Hace miles de años, cuando las dominaciones les asignaron sus cargos a cada uno de los seres celestiales, las virtudes, protestades, principiados, arcángeles y ángeles bajaron a la tierra. Y la tierra sobre la que cayeron quedó bendecida.
Todos estos ángeles cuidaban de la humanidad y de la tierra por orden de el Creador. Los ángeles se volvieron guerreros, los defensores de la tierra, su misión era alejar a los demonios y ángeles caídos de los humanos, pues éstos, por la malevolencia de su ser, tentaban a los frágiles humanos y los llevaban por el camino del mal. Destruían sus almas y sus espíritus para después desecharlos.
Por siglos el mundo estuvo en balance y el mal era una simple historia de terror, hasta que un arcangel cayó. Éste era sumamente fuerte y pronto logró extender los dominios del mal. Pero sin embargo todo se mantuvo en equilibrio hasta que los ángeles ya no pudieron seguir protegido a los humanos, esa no era su lucha.
Nombraron a cuatro humanos, elegidos por la pureza de su corazón, su determinación y coraje al igual que su deseo de hacer el bien. A cada uno se le asignó un don, los cuales eran necesarios para ganar su batalla. Habilidades en combate y una excelente destreza además de inteligencia, sabiduría para resolver conflictos y mantener la paz, el don del clima para mantener un equilibrio ambiental, y la magia, la voluntad y creencia en lo que emana de tí, en tu poder y habilidad.
Los ángeles construyeron una ciudad ahí donde cayeron y un castillo para que estos elegidos pudieran vivir y proteger a los humanos. También nombraron a familias para servir a esta causa las cuales por miles de generaciones estarían destinadas a la protección humana. Serían entrenados para acabar con las amenazas y no matarían a su prójimo.
Se les dió leyes y una forma de vida. Y luego, los ángeles se marcharon, pero no duraron mucho tiempo pues cuando se fueron, el ángel caído, quién buscaba venganza y lograr su oscuro objetivo, extendió el dominio del mal.
Los humanos empezaron a ser asesinados por los mismos humanos. Los demonios aumentaron en número y el ángel caído, el líder del ejército de Satanás, lideraba las hordas de demonios. Los ciudadanos lucharon con todas sus fuerzas contra el enemigo del cielo, pero sin embargo no lograron vencer. Los elegidos usaron sus dones y lucharon aún más fuerte, pero solo se alimentaban de su poder hasta destruirlos.
Y cuando la esperanza se volvió una simple palabra, un pueblo valiente llegó a ayudar. El pueblo luchó como ningún otro, mientras el resto de los humanos se escondía bajo las cuevas.
Después de la masacre muchos sobrevivieron, pero el pueblo no, dió su vida por la causa. De los elegidos casi todos fallecieron, excepto el tercer elegido, con el don de controlar el clima.
Éste, le pidió ayuda a el Creador. Los arcángeles bajaron y al ver lo que ahí ocurrió, las muertes injustificadas, las vidas arrebatadas, enfureció. Lanzó una maldición sobre el ángel caído y sus demonios, los desterró de la tierra y encarceló en el fondo del infierno. Se sembró un árbol por cada habitante del pueblo perdido en batalla. Y otros más en la ciudad por sus caídos. La tierra del pueblo fue bendecida, aquellos nacidos ahí serían puros de corazón y tan fuertes y valientes como los primeros. La paz regresó a la tierra solo que con una fractura.
Y los arcángeles, antes de elevarse nuevamente al cielo, recitaron una profecia:
En el año en el que el sol se asome por el monte.
En el mes en que los ángeles vengan.
En el día en que la tierra de su último respiro.
Cuatro guerreros elegidos por su fuerza, destreza y paz.
Cuatro ángeles destinados a cuidar a estos
Alzarán la piedra que le dará libertad a la tierra.
Y fuerzas suficientes para acabar con su enemigo mortal.
Pero solo uno de estos pondrá fin a la batalla final.Y dicho la profecía los arcángeles se elevaron al cielo dejando a los humanos el resto del control sobre su destino
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Guerreros: Las Piedras Del Ángel
FantasyHace miles de años, cuando el hombre dió sus primeros pasos en la tierra, se les encomendó a los arcángeles cuidar de éstos por orden del creador. Cuando aquellas criaturas celestiales bajaron a la tierra, el suelo en el que cayeron quedó bendecido...