Capítulo 15: Caer

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El auto se estrella contra el tronco de un árbol. Pese a ello, ninguno de los pasajeros muere.

Todos tienen heridas, pero por sobre todos, Katherine tiene las peores. En su intento para liberarse terminó con una posible fractura y una contusión. Los vidrios de la parte trasera del auto cayeron sobre ella y Alex por lo que tienen múltiples heridas en la piel.

Pero a pesar de ello, la adrenalina y el espíritu de supervivencia de la chica ganan la batalla. Abre la puerta del auto e intenta salir. Alex le sujeta el tobillo para que salga pero ella tira una patada y logra salir. Cae al suelo y se arrastra lejos de ahí.

Cuando está por lo menos un metro lejos, se pone de pie y corre lejos. Y mientras corre su teléfono cae de su ropa y se estrella en el suelo. Katherine frena y lo levanta para después echarse a correr de nuevo.

Sus pulmones calan y sus pies duelen pero no le importa. Se distrae un momento para llamar a emergencias y pedir tanto como un policía como una ambulancia para los hermanos. Pero ese momento donde baja la cabeza y reduce la velocidad, es suficiente para que Alex la alcance y la atrape.

Ambos ruedan en el suelo y Katherine suelta una maldición por el dolor de su brazo. Ella termina de espaldas en el suelo y él sobre ella. Alex sujeta con firmeza sus manos al suelo y sus rodillas a ambos lados de sus caderas, inmovilizadola.

—¡Tranquila, Katherine! ¡Por Dios! ¡No queremos hacerte daño! ¡¿Es qué no lo entiendes?! ¡Si quisiera hacerlo no estarías aquí!

—¡¿Quién eres?! ¡¿Qué eres?!

—Soy Alex, Katherine...

—¡No! ¡Suéltame! ¡Mataste a un hombre! ¡¿Es qué no lo....?!

—¡No era un hombre! —la interrumpe— ¡Era un jodido demonio! Te explicaré todo si vienes con nosotros.

—¡No! ¡Eso hice exactamente antes de que me llevaran a no sé dónde sin mi consentimiento!

—¡Okey, si! Eso estuvo mal y lo admito. No más mentiras. Sólo... por favor escúchame.

—Suéltame y lo haré. De lo contrario me voy a ir corriendo.

—De acuerdo, pero si huyes, antes de que termine, te voy a atrapar y te llevaré a la fuerza.

—No me iré.

Y Alex Holder se aparta con cautela, como si Katherine fuera un animalito indefenso, pero a pesar de ello, él sabe que no lo es. Porque dentro de la pelinegra, de Katherine Johnson, se esconde una guerrera a punto de surgir.

Katherine se arrastra lejos del chico y lleva sus piernas a su rostro, abrazandolas sin importarle que lleve puesta una falda

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Katherine se arrastra lejos del chico y lleva sus piernas a su rostro, abrazandolas sin importarle que lleve puesta una falda. Su brazo duele pero intenta no hacer ni siquiera una mueca. Alex se sienta en el suelo, cansado. Pasa una mano por su rostro y la mira fijamente.

—Existe una antigua leyenda, más antigua que todo, que decía sobre unos ángeles, que ellos bajaron para proteger a la humanidad. Pero tuvieron que regresar y...

—Conozco la leyenda. Nombraron protectores y se fueron. El ángel caído llegó y acabó con todo. ¿Pero que tiene que ver eso conmigo?

—Hay una parte que no sabes aún —suspira— Cuando los ángeles se fueron y eso, nombraron familias para que fueran las protectoras de la humanidad. Los llamamos guerreros... Pero no solo eso, sino también a los guardianes de las piedras, aquellos con el poder necesario para usarlas. Esos son los elegidos...

—Y de nuevo, ¿qué tiene que ver con todo esto?

—Que tú provienes de una de esas familias, Katherine...

—Espera —lo detiene— ¿Estás diciendo que soy una... guerrera?

—No, aún mejor. Tú, Katherine Johnson, eres una elegida. Tu destino, desde el momento de tu nacimiento, fue escrito. Tú nos ayudarás a salvar al mundo de los demonios.

Y, entonces, algo dentro de Katherine estalla. Lo único que ella puede hacer es caer, y caer.

Guerreros: Las Piedras Del ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora