Capítulo 14

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En ningún momento tuve la oportunidad de despedirme de Valery porque tuvo que irse temprano y no tuvo el valor de despertarme para despedirla, me siento tan mal, cuando inicio mi día sin ella es un calvario, una tortura, necesito tenerla conmigo para poder abrazarla besarla, susurrar cosas hermosas a su oído para que esté feliz y estar completa porque ella lo es todo para mí.

A la salida del departamento me encontré a Elizabeth que está esperándome en su auto, frunzo el ceño y sigo mi camino hacia el trabajo. Ella se limita a mirarme pero no pierde el tiempo de seguirme para detenerme, anteriormente podía hacerme dudar si realmente quería a Valery a mi lado pero esta vez es diferente, sé lo que quiero y eso no cambiará nada y no hay poder humano ni sobrenatural que me haga cambiar de opinión.

Me dirige hasta su auto haciéndose a un lado para entrar, frunzo el ceño y suspiro entrando de mala gana, rodea el auto para entrar, usa el cinturón de seguridad. Avanza hasta mi trabajo y se baja, no sé cuáles son sus intenciones pero me desabrocho el cinturón para salir y ella me abre la puerta muy educadamente. A pesar de todo, ella es una buena persona y una amiga.

Me sonríe y es la misma que me regalaba cada mañana al despertar o en cualquier broma y juego que hacía, en su momento fue perfecta para mí. Creí que en ningún momento la dejaría de amar ni al menos un segundo de mi vida, sin importar que cometiera errores pero me equivoqué, cuando algo es para ti el cielo y todo el universo conspira para que vuelvas a tenerlo en tu poder.

Ahora que le dije todo a Valery me siento bien y puedo decir que no tengo miedo de un amor viejo donde no supe valorarme, he sanado más rápido de lo que pensé. Cuando tienes una herida y no cura, tienes que expresarlo, desahogarte, compartirlo para que sane y no te duela. Entramos a la tienda, saludo a todas, Elizabeth me imita siguiendo mis pasos, detesto que esté detrás de mí.

—Me gusta como esos jean abrazan tu culo — Comenta cuando entramos a la oficina.

—Gracias — Paso hacia mi silla para estar lo más lejos posible de Elizabeth pero es imposible porque ella me toma del brazo y me hala hacia ella.

Me permito observarla un poco más para luego alejarme pero ella me da un beso en la boca que no correspondo, lucho contra ella unos minutos para poder separarme y lo consigo, le doy una bofetada, el rojo en sus mejillas y mis dedos aparecen marcadas. Salgo de la oficina un poco ofendida y molesta, cierro la puerta tras de mí con fuerza y capto la atención de algunos trabajadores.

Miro hacia la entrada y me encuentro con dos tortolitos. Hacen bonita pareja, él la hace reír, los dos son felices. Hay momentos pequeños que Johan la mira como si fuera única y especial, conozco esa mirada que pongo cada vez que miro a Valery, también sé lo que siente cuando me mira así. El corazón salta de emoción al verlos así tan enamorados o tan centrados en ambos.

La mirada de mi amiga hacia Johan es la misma que veo en Valery cuando lleva tanto tiempo sin verme, Es la típica de "te extrañé" "te necesito" "gracias por estar aquí", cada vez que sonríe sus ojos se iluminan más y por experiencia sé que él la llena de vida, una vida más larga que la que ella no pensaba tener. Nunca sabemos que tanto podemos llenar y vaciar a una persona.

—¿Vanessa? — Escucho que alguien me llama.

—¿Sí? — Pregunto mirando detrás de mí.

—¿Estás bien? — Pregunta Amanda colocándose a mi lado

—Sí — Asiento sonriendo un poco incomoda mirando hacia mi oficina.

—Esta distraída ¿Algo te pasó? — Niego con la cabeza y le tomo del brazo para que me siga dentro de la oficina.

Mariposas OcultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora