Ha pasado una semana que no he visto a Johan por estos lugares ni me ha escrito para vernos en algún lugar o hablar sobre lo que ha pasado con Emily, me preocupa que estos dos no lleguen a nada cuando se les nota que sienten por lo menos, atracción del uno por el otro. Otra persona que no he visto por aquí es Elizabeth, ni siquiera me ha escrito por su vestido.
Después de la visita de su prometida ella ni siquiera me ha llamado, ni nada, tampoco me he dispuesto a hacerlo porque no quiero tener problemas con su pareja y menos con la mía, estamos muy bien como para dañar esto por alguna estupidez de mi parte. No quiero ser la razón por la que ellas se peleen y se posponga o se cancele la boda, me gusta respetar a las personas con pareja.
—Alguien quiere verte — Anuncia Amanda por el teléfono.
—Hazlo pasar — Le informo.
Arreglo mi escritorio y despejo un poco todas las carpetas, es un desastre, tengo tantas cosas que hacer pero Amanda no me ayuda porque se la pasa coqueteando con todos los empleados y los que me traen la mercancía, no sé cómo es que no ha coqueteado conmigo porque lo hubiera hecho. Escucho la puerta abrirse pero no me levanto a saludar porque estoy concentrada en las carpetas.
—Disculpe el desorden — Digo al ver que pierdo tiempo.
—No te preocupes, preciosa. ¿Te ayudo? — Levanto mi rostro para verla ahí de pies frente a mí, después de tanto tiempo sin saber de ella — Pareces sorprendida — Dice sonriendo.
—Sí, la verdad es que si estoy sorprendida — Le confieso devolviendo la sonrisa.
—Entonces... — Recoge unos papeles y lo guarda en una carpeta — ¿Esto donde lo pongo? — Pregunta mirando a todos lados.
—¡Uhm! — Miro a todos lados buscando un lugar donde dejarlo pero el piso parece mejor elección — Dámelos.
Me los entrega para sentarse con una gran sonrisa en su rostro, dejo los demás papeles en el escritorio, me siento y la observo con una tonta sonrisa en mi rostro, niego con la cabeza y la agacho para quitar el sonrojo que se me puede formar en estos momentos. Puede ser un poco incómodo por la situación que viví con su novia recientemente, considerando que pasó entre ella y Valery.
Me sorprende mirándola y me dedica una sonrisa ladeada, aparto mi mirada porque la suya tiene un toque divertido y de alguna manera no me siento cómoda, cuando estábamos juntas siempre me miraba así y en ese momento era perfecta para mí, ahora todo es distinto entre nosotras por lo tanto no debo dejar que esto pase más allá, ya tengo suficiente con los besos y demás.
—¿Por qué todas tus amigas son tan pedantes? — Pregunta señalando hacia la puerta.
—Será porque no le caes bien — Comento entre risas.
—¡Oh, ya! — Asiente tratando de analizar porque no le agrada a ninguna — Ella es más amable que la otra, me agrada esta chica — Comenta sonriendo de verdad.
Ella muy pocas veces sonríe sinceramente, son escasas las personas que la ven así, yo era una de ellas, también era la que hacía que fuera un poco cursi pero seguía siendo ella. Me sorprende tanto verla sonreír, había olvidado lo que su sonrisa podía hacerme sentir en momentos de tristeza y soledad, siempre ese gesto fue un alivio para mí. Pero ahora es solo un gesto de ella.
—¿A qué debo tu visita? — Pregunto yendo al grano y ella se ríe.
—Pensé que ese toque tuyo de ir "al grano" se te había quitado — Responde entre risas y no comprendo — Vengo a ver el vestido que mandé hacer contigo, amiga mía — Asiento y le indico que se levante.
