Capítulo 20

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Me llevó a la casa después de esto, estaba molesta, herida por todo lo que dijo, a ella por otro lado, se la llevaron al hospital para curarle las heridas, suspiro y niego con la cabeza. ¿Cómo es posible que se le haya ocurrido decir esa mentira? Lo peor del caso es que Valery se lo cree. Me siento usada y devastada, me duele el pecho, quiero llorar pero tengo que ser fuerte para enfrentar esto.

—¿Qué escuchaste? — Le pregunto para conocer la gravedad de las cosas con ella.

—Todo — Responde luego de algunos minutos, estaciona el auto y baja sin decir una palabra más. Le sigo para resolver esto.

—Mi amor... — Digo caminando hacia ella y me da una cachetada.

—Nunca — Me señala con el dedo índice — Nunca en mi puta vida te fui infiel — Lo escupe — Tú... — Aprieta su mandíbula, sé que está luchando para no insultarme o decirme algo peor — La besaste y encima la ibas a volver a besar — Dice frente a la puerta.

Me quedo paralizada en el pasillo del departamento, mis lágrimas salen, mi quijada tiembla y me arde la mejilla. Está enojada, hecha furia, cierro mis ojos tratando de no llorar tanto. Entro al departamento y cierro la puerta con cuidado, no quiero molestar más a Valery, miro a todos lados para saber dónde puede estar y me voy hacia el baño para no estorbarle.

Abro el grifo para lavar mis manos de la sangre seca que tengo, aplico jabón para sacar mejor la sangre. El agua al golpear mis manos es traslucida, pero al salir es roja. Después de unos minutos me estoy secando y salgo del baño, mis enormes ganas de llorar son incontenibles, choco con Valery al salir y doy dos pasos atrás con la cabeza agachada, no quiero mirarla.

—¿Estás bien? — Pregunta un poco interesada por mí.

—Sí — Asiento y paso lejos de ella hacia el cuarto, no quiero que me toque.

—¿Me tienes miedo? — Pregunta tomando mi brazo antes de llegar al cuarto y me estremezco. Niego con la cabeza y me alejo de ella soltándome poco a poco para no alterarla.

Entro al cuarto cerrando la puerta con seguro, no quiero que entre y me quiera pegar o gritar, me desvisto. Tomo el celular para escribirle a Amanda que la necesito aquí en la casa, dejo el celular sobre la cama para ir a tomar mi ropa nueva, tomo la sucia y la tiro en la cesta para lavar este fin de semana. Tomo mis cosas y salgo del cuarto con la toalla envuelta en mi cintura.

Abro el grifo de la regadera, me coloco para que el agua golpee mi cabeza y recorra todo mi cuerpo, cierro mis ojos para abandonarme en los brazos de la tristeza y el dolor. Mi mano izquierda toca mi mejilla, la siento arder y me duele, tomo el valor de mirarme en el espejo, está roja, me dejó sus dedos marcados, suspiro para comenzar a lavarme y salir de aquí.

Cuando salgo de la ducha veo una llamada perdida de Amanda, suspiro para secarme poco a poco, aunque me golpeo solo la mejilla, siento como si me hubiera agarrado a golpes por todo mi cuerpo entero pero es por haber maltratado a Elizabeth, no me siento mal ni estoy arrepentida, estoy bien con lo que hice, no debió decir tal mentira, quería lastimarme, que lo haga pero dejando fuera a Valery.

—¿Qué pasó? — Pregunta al atender al segundo tono.

—Nada, estoy bien, solo quiero estar contigo — Respondo tratando de no llorar.

—¿Está todo bien con Valery? — Pregunta angustiada.

—Sí, todo está bien, tranquila — Suspiro y bajo la voz — ¿Puedes venir por mí?

—Claro, ya salgo para allá — Dice en tono autoritario

—Gracias — Digo sonriendo, cuelgo la llamada.

Mariposas OcultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora