Capítulo 25

209 23 6
                                    

Cassandra ha estado muy rara en estos últimos cuatro días desde que regresó de su viaje o visita a alguien que desconozco. Amanda como siempre pero últimamente está muy callada y observadora, realmente está algo extraña. Emily, es caso aparte, está enamorada de Johan, quien la llena de flores, chocolates, pequeñas notas de amor y visitas inesperadas al trabajo.

Por supuesto, me da regalos a mí también pero nada se compara con los de Emily. Me da tanto gusto de ella esté con un gran hombre, de vez en cuando salimos pero le dije a Emily lo incomoda que es la situación que dejó de invitarme y ahora me la paso más encerrada en mi casa que antes. Ya no lloro como antes pero de vez en cuando me toca, el dolor no desaparece sino que se hace soportable.

Cada día que despierto solo ansío estar en el trabajo para poder distraerme de todo lo que me afecta y los pensamientos que me rodean. Desde el día que vi a Valery besando a su ex Amanda se encarga de mi desayuno, las veces que llego tarde está ella esperándome con el desayuno en mi oficina, es tan atenta conmigo y me gusta porque no me deja sola para caerme.

Siempre recibo palabras alentadoras de parte de ella, aprendí que es bueno caerse y levantarse, llevar golpes e insultos, desilusiones y desamores, rompimientos y pérdidas de personas para ser fuerte y firme, que nada te haga doblegar. Comprendí que debo dejar que todo fluya como se debe y cuando el destino junto con el tiempo se pongan de acuerdo para hacerme feliz, lo aceptaré.

La felicidad no depende de estar con otra persona, depende de ti mismo, me constó comprenderlo pero a la final lo entendí. Pero resulta también se es feliz con la persona que amas, es contradictorio ser feliz sin la persona que te llena y te complementa, es absurdo decir estar feliz si tú corazón está frío y tiembla por la soledad que lo abraza. Eres feliz cuando esa persona te llena.

Cuando sabes que te complementa, y te brinda calor, sabes que te ama y te mira como si fuera la única en el mundo, como si fuera la maravilla más hermosa creada para ella, que le duela perderte por cualquier cosa, como si no existiera tiempo ni lugar más perfecto que estar entre tus brazos, ese tipo de felicidad se construye entre dos personas, si falta la otra, la felicidad se acaba.

Es por eso que todavía me cuesta encontrar la felicidad en mí misma, me aferré tanto al hecho de estar con ella que me cuesta avanzar sola, pero para Valery no, ella avanzó al siguiente momento en que se vio sola, la felicito por ese hecho tan valiente de su parte, no cualquiera logra esa hazaña tan grande como ella lo hizo, aunque yo lo vea de mala manera.

He averiguado si Valery sigue trabajando para la misma empresa pero no es así, pero me dieron una dirección de donde está viviendo ahora mismo. Soy algo masoquista pero necesito darle un ramo de rosas con una nota para que me perdone o algo, que sepa que sigo ahí a pesar de estar separadas y que esté con otra persona. Nunca dejaré de amarla a pesar de todo.

Algo realmente malo es no perdonarte, sentirte culpable es peor que estar triste, por eso el perdón empieza por ti mismo. Por eso me he vuelto a arreglar y vestir bien, las chicas están felices porque estoy empezando a amarme, necesito sentirme bien conmigo misma, ya no más para impresionar a alguien y que me vea solo a mí, ahora lo hago por mi propio bienestar.

—¡Llegaste! — Exclama abrazándome.

—Claro, no quiero regaños por llegar tarde — Ella me estudia de pies a cabeza.

—Creo que ya has empezado con la fase tres del rompimiento: la aceptación — Pongo mis ojos en blanco y camino hacia mi oficina — No seas mal educada — Habla y giro para verla con los brazos cruzados.

—No finjas estar enojada — Abro la puerta y miro de nuevo a Amanda — Vamos, tú no puedes enojarte conmigo — Comento y ella sonríe.

—¿Estás bien? — Pregunta acercándose a mí para darme masajes en mis hombros.

Mariposas OcultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora