Capítulo 26

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Toda mi vida era confusa, yo era confusa.

No entiendo que hice para merecer todo lo que me estaba pasando, supongo que tendría que haberle hecho caso a mi padre cuando me decía que dejara de ser tan curiosa porque iba a terminar mal. Creo que fue el único consejo bueno que me dio en la vida, pero como cualquier niña, nunca le hice caso.

Ahora pagaba las consecuencias a todo eso, por simplemente querer descubrir que había pasado con la hermosa niña que de pronto dejó de aparecer y que en una ocasión me había ayudado.

Flash Back

La neblina a mi alrededor era muy espesa, tanto que hasta sentía que me ahogaba.

No podía ver nada, era como caminar con los ojos vendados. No entendía que hacía aquí. Tropiezo torpemente con ramas, raíces de árboles y hasta rocas.

Este bosque definitivamente era muy confuso. Negro, era lo único que alcanzaba a ver. La luna se alzaba sobre unos cuantos árboles creando una siniestra imagen.

Se escucha búhos y unos cuantos aullidos de lobos, haciéndome pensar que en cualquier momento seré presa de uno.

Camino es lo único que puedo hacer. Escucho las ramas debajo de mis pies romperse con cada paso que doy. Izquierda, derecha, izqui...

Mi equilibrio se pierde y de pronto estoy cayendo sobre algo, pongo mis manos como acto de reflejo pero eso no ayuda en nada, porque aún así mi cabeza golpea contra algo duro.

Caigo al suelo debido a que tropecé con una roca, una roca de mierda.

Toda mi vista se vuelve borrosa, más de lo que ya estaba. El dolor sordo sobre mi cabeza es insoportable, comienzo a quejarme del dolor sin parar. Mierda porque todas estas cosas tienen que pasarme justo a mi.

Me callo al escuchar ramas romperse como si alguien más estuviera caminando por aquí. Pero lo escucho lejos, como hacía mi derecha, alejándose de mi.

Un pitido agudo se adueña de mi cabeza provocando que cierre los ojos de puro dolor, quiero quejarme pero sé que no debo. Quien sea que esté por aquí me escuchara y no sé si eso sea bueno o malo.

Pongo mis manos sobre mi cara y me las tapo, como si eso logrará mitigar dolor alguno, a veces pienso que soy muy estúpida y que por eso me encuentro en esta situación.

De pronto escucho un fuerte, sonido como de un disparo. Escucho aleteos a mi alrededor de seguro algún búho o murciélago asustado por el fuerte ruido.

Quiero gritar, presa del miedo que de pronto se adueño de mi cuerpo, miedo que me da absurdamente en este momento, cuando escucho el disparo. No sé que me llevó a estar aquí en este mismo instante pero, lo único que ruego es salir de esto con vida.

Comienzo a respirar agitadamente, me tapo la boca con mis dos manos tratando de amortiguar el sonido pero, más parezco un toro resoplando a punto de cornear a alguien.

Escucho mucho ruido, está por todos lados, no sé en qué enfocarme, con la poca fuerza que tengo me deslizo y me meto debajo de un arbusto. Me rasguño todo el cuerpo con las ramas secas y algunas espinas que tiene pero eso no me importa con tal de sobrevivir.

Escucho pasos apresurados dirigiéndose hacia dónde estaba el disparo.

-No está - gritan desesperados - se escapó.

- QUE? - escucho un bramido que me deja la piel de gallina, se nota que está muy enojado - no puede haber ido muy lejos - grita - quiero que la encuentren YA.

Se comenzaron a escuchar pasos por todos lados y yo me sentía cada vez más mareada.

Lleve mi mano derecha hacia mi cabeza y al ponerla a la altura de mis ojos me di cuenta que estaba muy manchada de sangre.

Mi vista se tornó borrosa y comenzaron a aparecer puntos negros por toda mi visión.

- Aquí hay sangre - escuché que gritaron - no debe estar muy lejos.

Veía pies, un montón de ellos por todos lados, lograban marearme, no sabía en cuál enfocarme porque de pronto habían más y más.

Corrían de un lado a otro, se escuchaba las ramas romperse y sus respiraciones rápidas. Saben que si no me encuentran están perdidos, mejor dicho muertos.

Cada vez escuchaba pasos más cerca mío y la desesperación comenzaba a adueñarse de mi.

No, no quiero volver a ese lugar. Ahora recordaba de donde había escapado. Exactamente no sé cuántos días llevaba en sus manos pero, para mí eran como milenios, era una completa tortura.

Ya llevaba mucho tiempo encerrada y este era mi segundo intento de escape y, por lo visto el segundo fallido.

Bueno siempre dicen que la tercera es la vencida.

-Aquí está - gritaron y supe que me habían encontrado. Solo rece para salir viva de todo esto.

Esperemos que pueda haber una tercera vez.

MisterioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora