No sabía qué hacer, me sentía asfixiada en estos dos días que no había visto a Travis sentía que me iba a morir, y no solo porque lo extrañaba sino también porque mi padre estaba peor y me mantenía vigilada todo el tiempo, yo sabía que alguien me vigilaba más que antes, tenían miedo que yo lograra descubrir algo de lo que paso, sé que debo parecer paranoica, pero tenía derecho de estarlo. Mi padre me había hecho que le enseñe el parque del que yo hablaba y al darse cuenta que efectivamente quedaba a media hora de mi casa y que no estaba ligado a Travis el suspiro, creo que estaba demasiado estresado ya que ese tal Roberto lo llamaba a todas horas y siempre terminaban peleando, y que decir de mi madre, la relación entre ellos se había deteriorado completamente, casi ni se hablaban pero veía a mi padre intentando hablarle, pero mi madre simplemente lo ignoraba.
Tenía que descubrir cómo salir de aquí sin que se den cuenta, tenía que ir a ver a Travis a la cafetería en la madrugada, pero no se me había ocurrido nada para que no me descubrieran. De pronto, todo se me ilumino, sentí como si fuera como en las caricaturas, que un foco se prendiera encima de mi cabeza y me reí de mi idiotez. Sabía que mi madre tomaba somníferos porque no podía dormir bien, salí de mi habitación y me dirigí a la de mi madre, donde toque la puerta y no entre hasta escuchar su ''pase'' casi inaudible.
- Mama, tengo problemas para dormir – hice un puchero.
- Y eso a que se debe – preguntó extrañada ya que nunca los había tenido.
- Cada vez que intento dormir tengo una pesadilla – hice una mueca – y me despierto, pero sé que si tomo uno de tus somníferos voy a poder dormir tranquilamente.
- Claro – me miró con algo de desconfianza y sacudió la cabeza incrédula – en el baño están mis pastillas, ve y saca para que duermas tranquila.
- Gracias – le di un beso y me dirigí a su baño.
Entre y saque su bote de pastillas, saque dos y los guarde en mi bolsillo rápidamente, por si a mi madre se le daba por venir al baño, puse mis dedos en mi boca como si pusiera las pastillas en mi boca y me dirigí al grifo del agua y lo abrí, llene un vaso de agua, tomándome su contenido como si estuviera tomando las pastillas, porque, por el espejo logre ver a mi madre espiando me. Me comenzó a espiar segundos después de haberme guardado las pastillas, así que no me había encontrado.
- Eran dos que tenía que tomar no – pregunté volviendo al cuarto como si nada hubiera pasado.
- Te tomaste dos – preguntó en un jadeo y yo asentí insegura y ella maldijo bajo su aliento – no vas a despertar en un buen rato, sería un milagro que despertaras antes del medio día – dijo molesta.
- Lo siento – me disculpe – yo no sabía, como siempre te veo tomando dos pensé que esa era la dosis – dije intentando excusarme.
- Yo tomo dos porque a mi casi ya no me hace efectos y el doctor me subió la dosis.
- Ahh – dije y suspire – bueno me voy a dormir que ya estoy comenzando a sentir el sueño – me despedí – iré a tomar un vaso de leche – ella asintió y yo salí de su cuarto en dirección a la cocina.
Cuando entre vi a mi padre preparando dos vasos de café, era mi oportunidad para darle los somníferos, porque sabía que la otra taza era para el hombre de afuera, porque mi padre siempre va a dejarle un vaso de café a él.
- Hola papa – salude.
- Hola – me respondió seco – que haces aquí – preguntó.
- Vengo a servirme un vaso de leche – respondí al tiempo que me dirigía a la heladera a por la leche.
- Está bien.
- Y ese vaso de más para quien es - pregunte.
- Para tu madre – respondió seco y ese fue su error, sabía que mi madre odiaba el café. Me dirigí al estante donde se guardaban los vasos y saque uno, me dirigí al mesón colocando mi vaso al lado de donde él puso los otros dos.
- Está bien, tome de las pastillas de mi madre y por error tome dos, pensando que esa era la dosis – dije con mi mejor voz de arrepentimiento.
- Y porque hiciste eso – preguntó cauteloso al momento que se giró para traer el azúcar, pero no lo encontraba y comenzó a buscarlo algo desesperado. Me di cuenta que era mi única oportunidad de colocar las pastillas en los café y los saque rápidamente de mi bolsillo, colocando una pastilla a cada café, me comencé a servir leche como si nada, y mi padre encontró la azúcar y se giró hacia mí en el momento que yo estaba guardando la leche, lo mire y me di cuenta que esperaba una respuesta y yo me encogí de hombros.
- Tengo pesadillas – dije y me di media vuelta para dirigirme a mi habitación, sentía su mirada fija en mí hasta que subí las escaleras.
Entre a mi habitación y cerré el pestillo para que nadie entrara, tenía que esperar que sea de madrugada para ir a visitar a Travis, y así podía está segura que las pastillas habían dado efecto y las personas que siempre me mantenían vigilada todo el tiempo, ósea mi padre y ese hombre, se durmieran y así salir sin que me descubrieran.
Suspire frustrada y me eche en mi cama para tratar de dormir un rato. Cada vez que cerraba los ojos veía el rostro de la niña sonriendo me dulcemente y eso me dolía, porque sabía que esa dulce niña estaba muerta, daría lo que fuera porque ella siguiera viva, pero como no lo estaba, lo único que me quedaba era vengar su muerte. No solo quería descubrir lo que me paso, quería vengar a madre e hija por muertes injustas, porque sabía que ellas no habían hecho nada malo para merecerse la muerte. Y con ese pensamiento me dormí.
Desperté con el sonido de la alarma de mi teléfono, desactive la alarma y me levante algo apurada, porque tenía que hacer todo muy rápido, para ir y volver de la cafetería sin que se despierten y descubran que no había tomado las pastillas. Salí de mi habitación lo más rápido que pude y escape de mi casa, como siempre lo hacía. Camine lo más rápido que pude siempre vigilado que no me siguieran, cuando llegue a la cafetería corrí al callejón y encontré a Travis apoyado en una pared, me acerque rápido y lo bese con mucha pasión, cuando me despegue de él lo mire a los ojos.
- No tengo mucho tiempo - dije agitada - ¿trajiste lo que te pedí? - el asintió y saco un teléfono desechable de su bolsillo entregándomelo.
- Te quedaras un rato - pregunto esperanzado.
- Lo siento - dije dolida - tuve que darles somníferos para poder venir a verte, pero con este teléfono - lo levante mostrándolo - podremos comunicarnos para vernos sin que nadie sospeche.
- Está bien - asintió y me beso por un largo tiempo, cuando me separe de él me faltaba el aire - ve.
Lo mire por última vez de ahí y me fui con un mal presentimiento
Espero que les guste el nuevo capitulo.
Porque Annie tendra un mal presentimiento, sera que algo esta por pasar?
Ellos se estan arriesgando mucho con verse pero no pueden estar separados.Comenten y voten, nos vemos en el proximo capitulo. Los quiero
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Misterio
Mystery / ThrillerQue es lo peor que me puede pasar? Morir "Mi vista está completamente nublada y sé que en cualquier momento caeré desmayada y necesito salir de aquí primero, miro hacia los costados buscando ayuda y respiro hondo al ver a alguien en un barco pesque...