Capitulo 10

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Travis me guió al interior de la cafetería y con la mirada lo interrogue de como tenía la llave para abrir y el solo se encogió de hombros diciendo que le tocaba abrir. Cuando nos sentamos en una mesa me puse seria.

-        Quiero saber cuánto tiempo estuve secuestrada – dije firmemente, me di cuenta que dudaba, suspiro.

-        Cinco meses – respondió derrotado y me miro a los ojos – cinco putos meses donde no supe si seguías viva.

Me estremecí tratando de recordar que rayos me había pasado en todos estos meses. No podía recordar nada, era como una tortura para mí. Tanto tiempo estuve secuestrada.

-        Cinco meses – susurré incrédula.

Flashback.

-        Cuando me vas a liberar – escupí con asco y el solo se rió entre dientes.

-        Nunca cariño – me agarro la barbilla y me hizo mirarlo a los ojos – cuando te vas resignar que vivirás para siempre aquí – extendió los brazos mostrando la cabaña gastada – y estarás a la merced de mi hijo.

Trate de no estremecerme con el nombramiento de su hijo, él era mucho peor que su padre, al menos su padre no me pegaba cuando venía, pero su hijo si lo hacía cuando me “visitaba” y era el que más me hacía sufrir con todo lo que tenía a su alcanzó. Solo tenía una esperanza, que Travis me encontrará pronto, era la única salvación que tenía, sabía que él me buscaba desesperadamente.

-        Nunca seré de tu hijo – respondí con odio.

-        Como tú digas querida – dio media vuelta y se fue con sus matones, sabía que tenía aproximadamente un minuto antes de que terminara de hablar con sus matones para que me mantengan vigilada, así que me moví lo más rápido que pude hacia el fierro salido a un costado del cuarto en el que estaba, llevaba meses viendo con detalles el cuarto hasta que encontré la forma en la que podría llegar a escapar.

Una vez al lado del fierro comencé a cortarlo lo más rápido que podía, sentía desesperación porque termine de cortar de una vez. Sentí la liberación de la soga y corrí lo más rápido que podía hacia un mueble y lo moví, había una ventilación por donde podía entrar sin problemas, entre y puse la rejilla de un modo que podía sacar mis manos para poner el mueble en su lugar como estaba antes para no delatar mi paradero. Cuando por fin pude colocar el mueble de nuevo en su lugar suspire, había costado más colocar el mueble en su lugar de lo que pensaba, cerré completamente la rejilla y me hice para atrás lo más que pude para que no me vieran si espiaban por aquí, no podía escapar por la ventilación porque esto no era una película donde el protagonista lograba escapar sin ningún problema, la ventilación se hacía cada vez más chica si avanzabas hasta el punto que una persona no lograría caber en ese minúsculo espacio.

Respire profundamente varias veces para calmar mi respiración acelerada por el miedo, temía que pudieran escucharla. Estaba suspirando cuando escuche como se abría la puerta y como alguien maldecía.

-        Se escapó – gritó seguramente uno de los matones, escuche como corrían por el pasillo y entraban apresuradamente.

-        Como pudo escaparse – gritó el que me mantenía secuestrada – se suponía que estaba bien vigilada – bramó.

-        Estaba, no sé cómo logró escaparse – dijo alguien con miedo.

-        Les dije que la mantengan vigilada que ella era lo suficiente lista como para escapar sin que se den cuenta – dijo lentamente, pero así daba más miedo que cuando gritaba – busquen por todo el cuarto y vean que no se escondiera para despistarnos.

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