— ¡¿Zayn? Zayn, si, bueno —exclamé ha mi teléfono celular, tirando a Sammy detrás de mí por la muñeca, maniobrando alrededor de las concurridas calles de Londres.
— Ey, ¿A donde vamos? —Mi hermano siguió hablando detrás de mí, haciendo un mohín con el descontento —¡Estoy aburrido!
— ¿__? Oh, que bueno escuchar de ti finalmente —se rió con sarcasmo, desde el otro extremo de la línea —¿Que has hecho?
— Escucha, ¿Esta Liam en casa? —dije, casi ahogándome en su nombre, llendo hacia el grano.
Hoy era el día. En menos de ocho horas, enfrentaria mi miedo, mi acosador.
Supongo que la parte más estresante era no tener la menor idea de lo que estaba caminando en hacerlo, o si yo saldria, con vida.
Si alguna vez me vera la cara de Liam otra vez...
— Uh, no —respondió Zayn vacilante —Está en, uh, salio a correr esta mañana. De hecho, solo estamos yo y Niall aqui en casa.
Suspiré, mordiendo mi labio.
— Bien, bueno. Zayn, tengo una gran favor que preguntarte.
— Dilo.
— Bueno, no sé cómo explicarlo. Pero, uh, ¿Tal vez puedes, por favor, cuidar a mi hermano menor por unas horas?
— ¿Cuidar qué? ¿Desde cuando tienes un hermano? ¿Y quieres qué, cambie pañales y lea cuentos sobre hadas? Nah, inténtalo a próxima vez —Se burló Zayn —Aun que te puedo dar un autógrafo o algo así —dijo riendo.
— Zayn, tiene once, ¿de acuerdo? Y el es un gran fan. Solo ponle el Wii y ahí estara sentado todo el día. No tengo... a alguien más —dije con voz débil.
Fui respondida por un silencio de rechazo de Zayn, quien no le agradaba la idea de responsabilidad mucho. El tenia suerte de no tener nada de esto.
— Bien, creo que forzare a Niall de hacerlo —resopló Zayn —Nos vemos.
Tan pronto cuando quite el teléfono de mi oreja, Sam empezó a hacer preguntas.
— ¿Quien era? ¿A donde iremos? ¿Tienen un Wii?
Le sonreí al ansioso chico a lado mio.
— ¡Por supuesto que tienen un Wii! ¿Qué clase de hermana seria si no me asegurara de que tengas la mejor seleccion de video juegos? —Reí, acariciando su dorado cabello.
— ¡Genial! Espera, ¿Entonces iremos a la casa de tu amigo? —Preguntó, mientras los dos caminabamos.
Su nariz se arrugo y su sonrisa se transformó en una mueca enfurruñada — ¿Es ese idiota de anoche? ¿El que te estaba atacando?
Tragué saliva, tomando una respiración profunda.
Liam.
— No, no es —dije lentamente —. Aun que, son sus amigos. No se si has escuchado de la banda... ¿One Direction?
— Espera, ¿que? —Jadeó — ¡Por supuesto que he escuchado de ellos, duh! ¿Recuerdas? ¡Esa es la canción que toque para ti! Gotta Be You, ¿Recuerdas?
— Bueno, duh, si recuerdo —respondí —Bueno, resulta que esos chicos son mis amigos.
— ¿En serio? ¿Vamos a su casa? __, ¡Eres genial! —aplaudió, casi gritando de la emoción.
— ¿Si? Estaras ahi un par de horas mientras estoy a fuera. Asegurate de no romper nada —sonreí, dandole las gracias en mi mente a Zayn por haber dejado que mi hermano se quedara temporalmente en un lugar donde quedarse.
— ¡Lo prometo! ¿Crees que me puedan ayudar con mi guitarra?
Era alrededor de las once cuando llegué a la gigantesca casa, sintiendo que los minutos de mi vida lentamente se iban.
Me sentí como presentandome a este acosador, estaba vendiendo mi alma al diablo. Y no había nada que pudiera hacer para revertir este chantaje y amenazas implacables. Nada de lo que podíudiera hacer para recuperar las cosas crueles e hirientes que le había gritado en la cara a Liam. Nada de lo que pudiera hacer para darle a Sam una vida mejor que la que yo tenía.
Recordé mi miedo por las alturas y a los aviones, y cómo Liam, siendo un extraño, había sido tan amablemente de atravesarlo y me mostró que no había sonrisas y buenos momentos que aún quedan en el mundo.
Todavía tenía a Liam, para que me ayudara ahora. Él estaba conmigo, sus ojos marrones y su pelo rizado, susurrando alentador, luchando contra las palabras mientras me preparaba para enfrentarme a mi nuevo temor: mi acosador.
A pesar de lo que puede o no pueda pasar, lo sabía.
Yo sabía que si el alma de Liam era tan impresionante como su rostro, Sam tendría un lugar donde quedarse después de que me fuera. Liam lo rescataría de la tortura que era la vida de la familia Harper.
Zayn abrió la puerta, luciendo muy apuesto en un par de elegantes gafas, una camisa roja de polo y unos jeans deslavados.
— ¡Hola! —dijo Sammy, sonriendo con temor a la celebridad.
— Hola Zayn —suspiré, entrando a la casa —. Gracias por hacer esto. El es mi hermano, Sam.
— ¡Hola! —repitió Sam, todavia deslumbrado, con la boca abierta.
— Hola amigo —dijo Zayn, poniendose en cuclillas para ver a los ojos a mi hermano — Hay un poco de pizza en la cocina, ¿Quieres?
— ¡Si! Agarrare un poco —asintió, saltando a la cocina.
— Gracias. Bueno, regresare.... regresare pronto —mentí, dandole una sonrisa a Zayn.
— Oye, espera un segundo, no te iras tan fácil —me detuvo, sus ojos oscuros desde detrás de sus gafas.
— Mira, me tengo que ir..
— Sabes que Liam escribió sin cesar esa canción para ti, ¿verdad? —me interrumpió.
Cerré los ojos y heche mi cabeza hacia atrás, diciéndome a mí misma que manteniera la calma.
— Lo sé —respondí simplemente, lo más firme que pude sin que se desmoronara en el momento.
— ¿Quieres explicar que paso? ¿Por que corristé o como sea? El es uno de mis mejores amigos, y bueno, ha estado un poco mal desde el evento.
— ¿Qué? —me encogí de hombros —Vamos, sabes qué el escribe canciones como esa para cualquier chica al azar, estoy segura. Ese es su trabajo.
— __, no es su trabajo ser falso con la gente. Lo decía en serio.
— Bueno.... entonces estoy segura que..
— Mira, ¿te importa Liam?
— Si —respondí sin pensarlo, mis ojos se abrieron —. Si, por supuesto que lo hago.
Estaba haciendo todo esto para salvarlo, ¿verdad?
— Bueno, entonces deberiamos decirle eso. Por que ahora el está... hecho un desastre —Zayn puso sus manos en sus bolsillos y empezó a silbar mientras se fue a la sala de estar, descansando en el sofá.
— Zayn, ¿Puedo confiar en ti? —tiró su cabeza hacia atrás para mirarme, sus ojos aprovando.
— Bien. Bueno, la verdad es que... Yo.. yo, me dirijo a ver a alguien. Para, eh, poner fin a las cosas, con alguien, y hacer las cosas bien. Entonces, volvere, y le diré a Liam lo que siempre he querido. ¿Hecho?
No era exactamente una mentira, pero ciertamente no era toda la verdad.
El consideró todo lo qué le habia dicho y y asintió. —Suena bien. Espero que te quedes, ___, Por qué piensó que me caes bien, comparada con las otras novias de Liam.
— Ow, que lindo —dije sarcásticamente, riendo para mi misma —. Pero no soy su novia. Ire a decirle adiós a Sam.
— No, aquí, tocas el acorde G... así — instruyó Niall a mi hermano en una oscura y vieja guitarra.
— Em, chicos —dije — ¿Ya son amigos? ¿Qué hacen?
— ¡__! ¿Como estás? Le estaba enseñando a Sam como tocar One Thing acústica —sonrió Niall.
— Perfecto, suena bien —comenté, los azules ojos de Niall brillaban.
— Escucha, ¡__! Mira, ¡Puedo tocar! —Mi hermano emocionado tocó las cuerdas de la guitarra, la melodía pegadiza familiarizado llenando el aire.
El le dió a Niall un amigable abrazo.
Le sonreí con orgullo. —¡Es geneal! Pero oye, ire a, uh, ya me voy. Adiós —le dí a mi hermano un abrazo fuerte,
No se sentía como un último adiós.
Pero yo sabía que existía la posibilidad de que esta sería la última vez que lo veia.
— Oye, ¿Sam?
— ¿Si?
Me arrodillé, colocando ambas manos firmemente sobre sus hombros, mirandolo a los ojos color avellana.
— Aprovecha todas las oportunidades que tienes, ¿de acuerdo? Nunca dejes que la vida te pase de largo. Atrévete a soñar, e ir a por ella —le susurré con urgencia, imitando las palabras que significaban mucho para mí cuando fueron dichas por mi madre, hace casi ocho años.
— ¿Sabes? Eso es divertido —comentó Samuel, frunciendo las cejas —Mi padre solía decirme cosas así todo el tiempo.