Me senté en el patio de su casa, acurrucada en una manta de Liam con los personajes de Toy Story por todas partes, podría haber mirado fijamente la fogata por horas.
Admiré las ráfagas de color rojo y amarillo y naranja del fuego alrededor de la madera, dándome un calor reconfortante.
No podía dejar de comparar las llamas a mí.
El fuego y yo destruyen cosas.
Esta noche, yo había destruido la vida de otro ser humano.
Había matado a alguien.
— ___ —Una voz me hizo saltar.
— Oh, hey Zayn, —exhale —. ¿Cómo está Sam? ¿Está en la cama?
— Sí, se durmió hace horas. Él es realmente un chico cool —asintió con la cabeza, sentándose en una silla junto a mi —. Es un poco tarde, ¿seguro que no quieres ir a la cama?
— Nah —murmuré, tirando las rodillas hacia mi pecho—. Tengo demasiadas cosas en mente.
— No lo dudo. Mira, lo siento todo esto que ha pasado —dijo efusivamente—. Todo esto ha sido mental .
— Sí. Siento que hayas tenido que pasar por esto, también —me disculpé, teniendo mi mirada a las llamas furiosas.
— __, realmente nos preocupamos por ti. Los chicos y yo nos alegramos de que estés a salvo, así que tómalo con calma, ¿de acuerdo? —Zayn se levantó y caminó hacia mí, inclinándose para poner un beso amistoso en mi frente.
— Gracias, Zayn —me reí, mi corazón se sentia ligeramente más claro con su sentimiento—. Buenas noches.
— Sí, igual.
Me quedé sola.
Mi teléfono estaba sentado en la mesita junto a mí, burlándose de mí.
Seguí poniendome ansiosa, esperando que zumbara en cualquier momento con otro mensaje anónimo no deseado.
Pero ningún texto llegó.
Porque yo le había disparado al hombre que los había estado enviando.
Me mordí el interior de mi mejilla, apilado a mí mismo en una manta suave de Liam.
— ¿___? ¿Todavía estás aquí? —Una voz profunda cuestiono.
— Sí. Tranquilo, estoy aquí —razoné con un bostezo.
— Sí, y hace frio —se rió Liam, que ocupo el asiento junto a mí—. ¡Te vas a enfermar!
— Liam —dije— ¿Cómo estás ... ¿cómo estás tan normal después de todo? ¿Cómo esta todo bien para ti? —Cuestione, frunciendo las cejas en señal de frustración.
— Cariño por supuesto que no está bien —comenzó en voz baja—. Pero no se puede vivir en el pasado. Tenemos que seguir adelante. Hay una larga vida por delante.
— Gracias, Sr. Cliche —le tomaba el pelo, una pequeña sonrisa formándose en mis labios temblorosos—. Pero quiero decir, supongo que tienes razón. Sólo te llevará un tiempo, tal vez. Quiero decir, yo le disparé .... Yo lo mate .... —dije, lagrimas amenazaban con salir.
— Oh __, ven aquí —susurró Liam suavemente, tirando de mí llevándome hacia su pecho y colocando un brazo alrededor de mí—. Hiciste todo lo que tenías que hacer. Lo que hiciste fue, bueno, fue valiente por lo menos.
Sollocé, hundiendome aún más a mí misma en su pecho—. Sí, puede ser. Supongo que sólo tomará un poco de tiempo.
— ¿Tiempo? Bueno, estoy pensando en tener un montón mas de esto contigo —Sonrió, frotando pequeños círculos sobre mi hombro, aliviando los nervios.
Su otra mano se encontró con la mía debajo de la manta de Toy Story, y entrelazó sus dedos con los míos, y me dio un apretón tranquilizador.
Colocó pequeños besos en mi frente de vez en cuando, sentados en silencio, mirando las llamas amarillas y anaranjadas del fuego con los demás.
— Han pasado muchas cosas en sólo una maldita semana —comentó en voz baja, rompiendo el silencio—. Algunos buenos, otros no tan bien, pero si uno.
— ¿Y que ha sido?
— Estar contigo, __ Harper.
Yo me reí, dándole un codazo juguetón en el costado.
— Oye, ten cuidado con mi manta —advirtió, señalando en mí—. Es mi favorita.
— ¿Manta? —Solté un bufido—. ¿Tienes siete años o algo así? ¿Todavía lloras mientras mira Bambi?
Liam se rió. Mi sonido favorito.
— Lloro solamente durante veinte minutos, después de eso, estoy bien.
— Si —Dije, asintiendo en confirmación.
— Sí, ¿qué? —Preguntó Liam con curiosidad.
— Sí, definitivamente te amo.
No dijo nada, pero bajó la cabeza para encontrarse con la mía, dándome un apasionado, y delicado beso en mis labios.
Cada célula de mi cuerpo cobró vida y parecía a punto de estallar en cada toque de Liam.
— Te he amado desde hace un tiempo, chica loca.
***
Me desperté a la mañana siguiente con el olor a canela y pan tostado quemado.
Arrugue la nariz cuando baje por las escaleras, todavía envuelta en la cobija de felpa de Buzz Lightyear y Woody.
— Liam, ya te dije, creo que tenías que poner dos huevos ahi —Harry dedujo cuando entré en la cocina—. Buenos días, nena —sonrió Harry, aún somnoliento y sus rizos ligeramente despeinados.
— Buenos días —reí, limpiando mis ojos—. ¿Qué está pasando aquí? ¿Hacen una clase de Poción?
— No —replicó Liam, con la espalda hacia mí mientras removía un plato de lo que parecía ser mezcla para panqueques en sus manos, completamente concentrado en el desayuno que estaba tratando de preparar—. Estaba tratando de hacer un buen desayuno, ¡Pero Harry es un idiota y no me deja terminar mi obra maestra!
— Como sea. Estaba asegurándome de que la cocina no acabe en llamas —dijo Harry, dando un mordisco a una manzana y caminó hacia mí.
— Hola — dijo de nuevo, sus brillantes ojos verdes como sus lindos hoyuelos formados en sus mejillas—. ¿Cómo estas, nena?
— Bien —le respondí con un suspiro— Dormir un poco ayuda.
— No es broma —dijo riendo, dando otro bocado a su desayuno—. Estuviste fuera por unas once horas. Es casi mediodía.
Me encogí de hombros inocentemente— . Bueno, hey! Supongo que necesitaba el sueño de belleza.
— Oh, Callate. ¡No lo hiciste! —se rió entre dientes con de su boca llena de manzana, y me dio un guiño cuando camino junto a mí en la sala de estar.
— Hey, ¿Sam esta por ahí? —pregunté, dándome cuenta de que no había hablado con mi hermano desde ayer por la mañana cuando lo deje.
— Uh, no. Creo que está afuera Niall —dijo Harry desde el otro lado de la puerta.
Me arrastré detrás de Liam, que parecía adorable llevando un delantal rosa pálido cuando intentaba hacerme tostadas francesas.
Lo sorprendí abrazándolo por detrás—. Buenos días, guapo —susurre, mi cara enterrada en su espalda.
— Buenos días, hermosa — sonrió, colocando la espátula hacia abajo antes de enfrentarse a mí y plantar un dulce beso en mi mejilla—. El desayuno está casi listo. Y al diablo lo que Harry dice, el desayuno va a estar malditamente increíble —me aseguró con orgullo, haciendo un gesto hacia la sartén chisporroteante en la estufa.
— No puedo esperar —dije, frotando mi mano en círculos sobre mi estómago—.Hey, voy a ver cómo esta Sam, ya vuelvo.
Caminé hasta el porche trasero, buscando de Niall y Sammy, el le daba otra lección de guitarra.
— ¡___! —Sam se quedó sin aliento cuando me vio—. ¡Ya estás en casa!
Corrió hacia mí, saco la más linda pequeña sonrisa en su rostro mientras él me daba en un abrazo.
Revolví su suave cabello sucio rubio—. Hey chico —Me reí entre dientes—. Lo siento haber tardado tanto.
— No, está bien. Sólo te has perdido un poco, eso es todo. Niall me enseño a tocar guitarra, ¡él es un genio! Estoy mucho mejor ahora, tienes que escucharme tocar!
— Es cierto, ¡Soy un genio! —Interrumpió Niall con una sonrisa, agitando su mano en buenos días.
Sam ansiosamente me tiró hacia donde ellos estaban practicando y colocó una suave guitarra de color marrón en su regazo.
— Está bien —asintió Sam a Niall, quien también tenía una guitarra Gibson—. Vamos a tocar.
Los muchachos me dieron un pequeño concierto acústico, y me di cuenta de la capacidad de Sam para tocar el instrumento que había conseguido mejor desde el primer día que lo había visto actuar en la calle.
— ¿Oye __?
Me di la vuelta para ver a Louis entras a la habitación, pero su rostro no llevaba la sonrisa pícara que lo hacia normalmente.
— ¿Sí? —Le pregunté, preguntándome por qué se veía tan agotado Lou y confundido.
— Uh, hay alguien aquí. En la puerta. Es uh, para ti —explicó él, rascándose la parte posterior de su cuello.
— ¿Para mí? Bueno, eh, ¿qué pasa?
— Bueno, es tu padre.