Narra Olivia.
¡Había ganado la carrera!.
—¡Fue increíble!.—Me abrazo George.
—Wow florecita, eso fue...Asombroso...¡Ganaste!.—Grito.
Personas que ni conocía me felicitaban, el perdedor de Adolfo abandono la pista.
—Mejor entremos a la casa de Theo, si te dejo sola te comerán viva en especial los chicos.—Dijo George.
—Está bien.
La música sonaba por todas partes mientras caminamos a la casa de Theo.
No sentamos mientras salude a Olga la esposa de George quien amamantaba a Isabela de tres meses.
George conto todo el dinero.
—Treinta mil libras.
—¡Dios es mucho dinero!.—Dije sorprendida.
—Sí, que lo es y no quiero mi porcentaje.
—¿Qué?.—Pregunte.
—Se que no llevas ni una semana libre del reformatorio y quiero que estudies tu padre antes de morir me encargo de ti y de Elton.
Si lo cálculos no me fallaban el debía darme al menos diecisiete mil libras no treinta mil.
Tenía una cara feliz y se que no dejaría de molestarme hasta que no tomará el dinero.
—Está bien, gracias por todo George.
—Lo hago porque los quiero, te veía jugar con Elton desde el asiento trasero del auto de tu padre y mírate ahora eres ya toda una mujer.
—Sabes que te veo como un tío verdad.
Lo abrace.
—Lo sé pequeña.—Miro su reloj—Es tarde deberían de irse es tarde para ustedes.
Me entrego el dinero en un saco y nos acompaño hasta el auto, lo encendí y me despedí de George.
—Es un buen señor.—Dijo Grettel.
—Sí, era muy amigo de mi Papá, cuando mamá estaba borracha papa nos dejaba en casa de George él y Olga fueron muy buenos con nosotros. Incluso cuando murió mi padre nos ayudaron a pagar algunas cuentas.
—Sí que lo son.
—Algún día les pagare todo.
Maneje hasta la casa de Grettel, guarde el auto en el garaje y bajamos de él.
Abrió la puerta, entramos y Grettel calentó una pizza cogió dos sodas y nos sentamos frente al televisor.
—Y bien solecito.—Reí—No me has contado sobre tu vida sentimental.
Lleve un trozo de pizza a mi boca, viendo como su mirada se entristecía.
—Creo que ahora soy heterosexual.
—¿Y qué paso con Nora?.—Pregunte.
Ella era su novia según Nora se verían cuando Grettel saliera del reclusorio.
—Ambas decidimos terminar, ya que yo no era la misma.
—Bueno, ahora solo no busques el amor, el llegara solo.
—Eso hago...—Sonrió— ¿Y tú? ¿Crees que esa chica era la novia del tal Nev?
Tome un poco de mi soda y me quedé pensando.
—Tal vez la chica no era su novia, el fue a tu casa y tu no lo dejaste explicarse.
—Bueno...
—¿Los viste besarte?.
—No.
—Tienes que dejar que te explique.
—Sí, tienes razón.
—Bien, me iré a dormir mañana tengo que trabajar.
—Y yo supongo que iré a buscar trabajo.
Grettel sonrió.
—Puedo hablar con Tito para que te de trabajo en la cafetería.
—Gracias.—La abrace.
—Bien ¡A dormir!.
Después de apagar las luces y acostarme me quede rendida.
En la mañana.
—¡Despierta!.—Dijo la voz de Grettel.
Me acomode más en la cama, tenía mucho sueño.
—¡Vamos! tenemos que conseguirte el trabajo.—Tomo mi brazo jalándome.
—Ya esta.—Me levante.
Me vestí de nuevo, cuando termine fui a la cocina viendo como Grettel sacaba el cereal y la leche.
Desayunamos, tome mis cosas y Grettel me indico el camino de la cafetería.
—Tengo que comprarme un móvil.—Dije cruzando a la derecha.
—Después del trabajo puedo acompañarte.
Asentí.
Bajamos del auto estaba nerviosa no sabía si me darían el trabajo.
"Coffe Day's Emilio"
Entramos por la gran puerta de cristal, las ventanas eran todas de cristal dejando la vista a la ciudad, Grettel tomo mi mano y caminamos hacia la cocina pasando por lugres no aptos para clientes. Hasta que dimos con señor mayor.
—Buenos días señor Emilio, ella es la indicada para el puesto vació.—Grettel me dejo en frente del señor.
Sonreí tímidamente, viendo la foto grande de lo que supongo que eran sus hijos.
—Sí, es justo lo que necesitaba.—Sonrió amablemente—Dile a Melissa que le dé un delantal.
Se levanto de la silla y me tendió la mano.
—Emilio García. —Sonrio.
—Olivia Wood.
¡Ya tengo trabajo!.
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Intensamente Mía
RomanceNev había estado rodeado de fiestas, alcohol e infinitas carreras. Además de amoríos pasajeros, tenía un empleo peligroso y cursaba una carrera que no sabía si algun día terminaría. Aquella noche en la que conocio a aquella chica castaña le cambiar...
