Como el Hielo

CAPÍTULO 5 - Frágil primavera

Después de unas cuantas horas juntas, Lis se fue soltando y hablando un poco más alto cada vez y me contaba más cosas, incluso comenzaba ella las conversaciones, resultó ser una chica de lo más agradable. Además su sonrisa aparecía más a menudo con el tiempo.

Y... Si puedo preguntar... ¿Por qué estabas siempre sola? No pareces una persona muy solitaria, ni siquiera friki. - Preguntó al final.

Gracias. Supongo... La verdad es una larga historia.

Tenemos tiempo. - Una sonrisa pícara cruzó su rostro, con personas así es muy difícil guardar secretos.

Mejor dejemoslo en un pasado un poco feo con los compañeros. Prefiero no contártelo todavía, quizás en un futuro.

De acuerdo...

El timbre sonó y, así a lo tonto, la mañana había pasado rápido con mi nueva compañía y ya era hora de irse a casa.

¿Vas caminando? - Le pregunté

Sí, vivo... ¿Sabes dónde está el gimnasio? Pues en esa calle

¡Vaya! Si me queda a la vuelta de la esquina...

¿Enserio? ¡Genial!

Cuando salimos me di cuenta de que por primera vez en semanas, incluso en meses, el cielo estaba completamente despejado y lucía un sol enorme y precioso, unas tempranas muestras de la primavera dejándose ver en el mundo a la par que en mi corazón. ¿Cuánto tiempo hacía que no me sentía feliz saliendo del instituto? ¿Cuánto que la mañana no se me pasaba rápido?

La primavera había llegado, en todos los sentidos y yo no pude evitar sonreír.

Perdona, ¿me he perdido algo? - Lis parecía confusa con mi repentina sonrisa.

Nada en absoluto - Reí yo.

Los españoles cada vez me parecéis más raros...

¿No te encanta la primavera?

Prefiero el invierno... En Montreal es lo que tenemos principalmente... -Otra vez esa sonrisa triste.

Pues te digo yo que conmigo aprenderás a adorar la primavera.

La enorme sonrisa no se borraba de mi cara y mi voz se tornaba cantarina en las conversaciones con Lis mientras caminaba saltando de felicidad. Entonces me llegó un nuevo mensaje, me había olvidado completamente del móvil desde la hora de física:

Se te ve muy feliz, ¿Novedades? Lunes 14:21

De verdad... ¿Tú qué estás en todas partes? Lunes 14:22

Todavía no me has dicho que hacías en el instituto hoy Lunes 14:23

Voy a dejar que tú averigües eso ;) Lunes 14:23

Miré a mi alrededor, si él me veía, yo tenía que poder verlo a él.

Me paré en seco cuando vi unos ojos azules en la otra acera, pero resultó no ser él. Y así estuve un buen rato... parando cada vez que veía unos ojos azules de reojo.

-¿Se puede saber qué mosca te ha picado ahora? - Lis empezaba a cansarse de que me parase cada dos por tres sin ningún motivo aparente.

Y, finalmente, llegamos a mi casa, y yo no había visto a Alex.

Bueno, es aquí, nos veremos mañana, ¿verdad?

¡Claro! Nos vemooos.

Me encantaba esa chica.

Mientras llamaba y esperaba al sumamente lento ascensor caí en un detalle del que no me había acordado más. Mi madre ya debía estar en casa...

Y, cuando después de una eternidad este llegó arriba, crucé rápidamente el pasillo del piso, abrí la puerta y atravesé el umbral casi corriendo.

¡Mamáaa! ¿Qué tal el...?

Me callé en mitad de la pregunta, mi madre estaba muy pálida y chupada y, aunque estaba cocinando parecía haber perdido toda su fuerza. Ella, una mujer fuerte, firme y luchadora, que nada podía con ella... Y resulta que casi la tumbo de un abrazo.

¿Qué te ha pasado?

Cariño... Creo que tengo que decirte algo...

No me asustes...

Las lágrimas llenaron mis ojos y empecé a ver borroso, mi corazón dio un vuelco y tube que agarrarme a la mesa más cercana, ya me estaba imaginando lo que me iba a decir y no quería oírlo, no podía. Mi corazón latía a mil pulsaciones por segundo y lo sentía en la garganta. Entonces me di cuenta de algo, el cielo se había vuelto a nublar, así, sin más, unas nubes grises, casi negras, cargadísimas que anunciaban una importante tormenta.

Bueno... No lo voy a hacer dificil... Quizás deberías ir acostumbrándote a vivir sin mi.