El hospital era tan frío como siempre, pero esta vez yo lo sentía algo más cálido pues esta vez tenía conmigo a dos de las personas más importantes para mí. Paula y Lis. Aprovechando que la visita era por la tarde y sólo una revisión aprovecharon para acompañarme. Mi madre parecía encontrarse increíblemente bien estos últimos días y mi vida había mejorado mucho también. Incluso estaba empezando a dejarme el pelo castaño, aunque sin olvidar el azul, que aún vivía en mis nuevas y alegres mechas californianas que transformaban un castaño oscuro en azul eléctrico poco a poco.
En el hospital encontré un par de caras conocidas que hacía tiempo que no veía y corrí a saludar.
Marina se lanzó a mis brazos.- ¡¡¡Ruuutthh!!!
- ¡Alaa! Que grande estás. Has crecido, ¿eeh? - Después me dirijí a Marcos- Te dije que volveríamos a vernos.Pero su respuesta fue muy vaga comparada con la alegría y lo juguetón de mis palabras. Un simple "Ya..." Algo le distraía, y entonces me fijé en qué era. Era Lis, él se había quedado mirándola y ella a él, ¿amor a primera vista? Daba esa impresión. Por lo menos parecían tener mucha química. Bueno, era la hora de las presentaciones.
Tras un par de horas en que Paula y yo jugamos a todo tipo de juegos con Marina; Marcos y Lis hablaban sin parar. No estaba segura de si había oído bien pero juraría que se habían intercambiado los teléfonos incluso.
Algo estaba ocurriendo allí, en aquella cafetería de aquel frío hospital, y no era una simple amistad.Hasta entonces, nunca me había dado cuenta de cuanto pegaban esos dos. De todas formas, Marina no me permitía distraerme mucho.
- Me gustaba más cuando era entero azul.
Aunque Paula me ayudaba a entretenerla.
- Pués a mi me gusta aún más así.
Se notaba que le encantaban los niños. Y eso también lo adoraba en ella.
- Pues mi pelo rosa va a ser más bonito todavía.
- ¿Te vas a teñir de rosa?
- Claro, pero cuando sea mayor. Marcos dice que ahora soy muy pequeña.
Marina y ella mantenían una conversación apasionada mientras yo, en ese momento me encontraba perdida en las manos de Paula, que daban vueltas a una pulsera que llevaba en su muñeca izquierda.
- En serio, me encanta haberte conocido pero... Ahora debemos irnos. Hablame pronto. ¡Vamos Marina!
- Jooo, ¿tan pronto?
- Sí, lo siento, tenemos que ir a ver al abuelo.
- Vaaaale.
Ambos se levantaron y abandonaron la cafetería. Paula y yo nos giramos rápidamente hacia Lis con una sonrisa pícara en la cara.
- ¿Qué os pasa a las dos? ¿Tengo monos en la cara o algo?
Todas nos reímos, aunque Lis se sonrojó. No la había visto con tanta vergüenza desde el primer día que llegó a clase, cuando la conocí.
Después de los meses que ya habían pasado conocía a mi mejor amiga mejor que nadie y podía asegurar que estaba enamorada.
Quizás el amor a simple vista sí existe... Por lo menos, cualquiera habría jurado que este lo era. Lis y Marcos... Nunca lo habría pensado...
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Como el Hielo
Teen FictionRuth es una joven normal, peliazul, pero tiene muy mala suerte en su vida, aunque quizás eso cambie con el tiempo. Amor, amistad, familia... ¿Superará con esto todos sus problemas?