I.

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Tenía un boligrafo en la mano
y un libro en la otra
cuando te conocí Lara
tan solo teníamos dieciseis,
unos ojos verdes y espontaneos rizos castaños;
me recibieron ese primer día en secundaria,
te sentaste junto a mí
saludando alegremente y yo,
no sabía lo que me esperaba.

Lara.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora