Aunque quedamos en clases separadas,
no me importaba porque sabía que al final del día te tendría de nuevo,
cada tarde nos encontrábamos en la salida
y caminábamos a casa juntas
no podría desear nada más,
ninguna de las dos volvió a saber algo de nuestros padres,
o de las personas de nuestro antiguo colegio;
no nos importaba,
ya nada importaba.