Te mire con duda, Lara,
me sonreíste como si no pasara nada
entraste primero y luego seguí yo
en el asiento del conductor había una mujer
Cirene me dijo que se llamaba,
con una sonrisa en su rostro que me pareció conocida,
condujo varias horas lejos de ahí,
tú dormiste en mi hombro todo el camino.