Epílogo

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Para Melia. 
Porque necesitas saber esto... 

Un día conocí a quien le daría significado a mis días,
la que todo lo sabía
la que siempre lo quería
pero ella no necesitaba saber el resto,
así era mejor,
así no tendría que preocuparse.

Un día me di cuenta que te quería,
en los bosques bajo el agua
en las montañas lejos de casa,
en todas partes pero conmigo
te demostré que así podíamos hacerlo.
Me detuve y me cubrí de rosas y claveles,
para no mostrar más de lo que debía,
forceje una ruta alterna
evitando todo lo posible,
para no enseñar lo que en mi escondía. 

Y no nos querían,
las demás personas por el único hecho de demostrar nuestro amor,
solo porque ellos creían que no era igual que a los otros
y eso de alguna forma les molestaba,
¿Por qué? Yo no sé,
¿Por qué la gente odia el amor y ama la guerra?

Tal vez algún día lo logres saber 
eso fue algo que yo nunca entendí, 
porque tus papás no te querían
y porque el mío era más que el infierno mismo,
quizás luego él llegue ahí,
al igual que yo.
al infierno.

Y no lo sabías,
quién me dio la vida y formo parte de ella,
era infierno tortura sombría
noches de golpes, alcohol sin poesía,
paradigma indebido quebrantando todo,
todo... y una gota más de desdeño.

Me perseguía,
la memoria dolores de angustias;
quitándome la vida que me había otorgado,
desde aquella noche que nada regreso y todo se fue,
cuando mi padre me había violado.

Pero tú me habías salvado, sin saberlo,
mis motivos y necesidad para poder escapar contigo
bajo la luna de la madrugada
en la noche llena de valor y estrellas de dolor;
me temblaban las manos mientras las alas volaban con ansiedad. 

Y no nos lo merecíamos,
y no se lo dije a nadie,
pero el infierno nos había encontrado
sabía dónde vivíamos y amenazo con asesinarnos
me escapaba de vez en cuando
para evitar que eso pasará,
pero a cambio...
yo era de uso y desuso a su disposición,
los cuchillos ahora llamados lágrimas me acompañaban eternamente.

Un día ya no habían lágrimas,
solo cuchillos
una mano decidida y un pensamiento oscuro,
una tarde intranquila y un alma que ya no quería sufrir,
un pensamiento severo,
gritando ser cumplido 
así era mejor,
así no tendrían que preocuparse.
Y entonces el cuchillo solo obedeció.

Te amo Melia.
Atte.: Lara

Los forenses te sacaron en una camilla, 
el cuerpo me dolía y sentía que caía;
desbastada, 
sostenía en mis manos esas palabras escritas con tu letra,
aún no lo creía, 
ya no vería más esos ojos verdes, esa sonrisa terciopelo, 
intensas pecas como constelación de estrellas, 
me quedaría con Cirene, eso era seguro, 
pero ya nada sería lo mismo,
sin ti Lara, 
no sabía ahora que me esperaba.

Lara.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora