Cirene era increíble, nos trataba como a sus hijas,
era jovial y luminosa, igual que tú,
tan llenas de gracia eran ambas
que yo parecía de poca relevancia junto a ustedes
tu sonrisa habían vuelto a brillar
tus heridas físicas ya casi habían desaparecido
pero yo sabía que estabas rota por dentro,
ambas lo estábamos.