Sentía tus caricias que eran tan suaves como tu mirada,
me condujiste hasta la cama
te besé aún más bajo el sentimiento ensordecedor
y no lo resistí ni un segundo más,
te quite la ropa
tu hiciste lo mismo con la mía
de una forma muy tranquila y delicada,
la lluvia cesaba, nuestros cuerpos se deseaban,
y nos amamos...