Cada día tenías algo que contar;
algunos te llamaban irritante
por tanta emoción que dar,
a mi me gustaba tú intrepidez
no le temías a nada ni a nadie,
nadie nos quería
se apartaban de nosotras,
y nosotras de ellos
yo comenzaba a sentirme segura contigo,
no eras como ellos;
eras una constelación de estrellas.