El tiempo entre tinieblas

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Clary

Caminar entré la oscuridad se había convertido en algo normal la venda no había permitido ver el camino por el que siempre me llevaban, pero mentalmente había tomado nota de cada ruta, cada día cambiaban algo para que me confundiera pero ya había resuelto que eran cinco caminos todo hacia el mismo lugar.

Contando cada paso, y agudizando mis otros sentidos para conocer el lugar, mi plan se iba formando en mi mente, cuándo llegará el momento correcto, huirá.

La venda salió de un solo jalón, me lastimó un poco pero no me queje la luz de ese lugar me dejó alucinada por unos segundo para que luego me quedara sin aliento.

El jardín una combinación de colores entre aquellas flores altas como de tres pies, rojas, amarillas, verdes unas de un azul eléctrico que me llamaba tanto la atención.

El olor a flores desconocidas me hacía querer quedarme aquí por siempre.

Que hacían ese lugar tan hermoso aquí era lo que había preguntado la primera vez que lo vi.

El cielo se alzaba azul y poderoso, sobre aquel grandioso jardin, el cielo ese era mi escape el único lugar sin guardias en las salidas y echizos que lo separaran de mí.

Una senda se habría paso entre las enormes flores de colores, la primera vez que las vi parecían rosas pero ahora que me detenía a verlas, era una combinación extraña entre rosas y petunias.

Caminé por el sendero dejando atrás a mi carcelero, me dirigí hacia el centro donde se encontraba una fuente, el agua era clara y tibia magia pensé para mantener aquel lugar así de bello.

-Pensando como aprender a volar, dijo una voz que jamás había escuchado antes.

Me giré hacía donde la voz y vi a una chica de cabellos rubios casi plateados, un ojo de un color azul y el otro verde, quizá de mi estatura y delgada, llevaba una túnica azul que hacía ver su blanca piel más palida de lo que en realidad era.

-Si talvez un día de estos me convierto en murciélago, y escapó de este lugar, dije llenado cada palabra de sarcasmo.

Me miró confundida.

-Hadas, dije y la ignoré.

-Clarissa, talvez no encuentro tus palabras graciosas pero te aseguro que te conviene, conocerme, dijo y se sentó junto a mí.

-Así y porqué me tomaría el tiempo de conocerte? Pregunté mirándola a los ojos.

Estudiando a la única persona en este lugar que me había dirigido la palabra, Merlion no contaba ni tampoco mi carcelero que después de meses no había podido descubrir si era hombre o mujer.

-Porque no me gusta ver a Jonathan sufrir, y le dije que intentaría acercarme lo más que pudiera a ti, dijo suavemente solo para que yo la escuchará.

Me sorprendió con sus palabras Jonathan su nombre que había repetido cada noche en la oscura de la habitación.

-Quien eres? Pregunté tratando de no mostrarle ninguno de los sentimientos que sentía, no podía confiar en nadie.

-Una amiga, dijo con una sonrisa algo que jamás había visto aquí entre las hadas que me vigilaban.

-Cómo se que no es una trampa?

-No lo sabes, dijo y miro al cielo.

-Y porqué hasta ahora?

-Porqué la confianza de la Reina no se gana de un día a otro, tuve que recorrer mi camino con pies derechos hasta poder ganarme esta visita y ahora que te veo entiendo porque no quiere a nadie cerca de ti, sus ojos se clavaron en mi vientre, había algo en ellos que me hizo confiar.

-Siete meses, dije con tristeza, y acaricié mi abultado vientre.

Su rostro me vino enseguida ojos dorados cabello rubio, el sol por eso me gustaba este lugar me recordaba a él, a él que su nombre se me había prohibido pronunciar.

-Ya no queda mucho tiempo, puedes confiar en mí, dijo.

-Cómo puedo confiar en alguien que le sirve a ella? Pregunté.

-Eres astuta Clarissa piensa en algo que solo Jonathan puede saber y que me lo confiaría sólo a mí, se detuvo haciendo un efecto en esas palabras; Para que confíes en mí, dijo y su rostro se oscureció de pronto.

-Algo que sólo él y yo sabemos? Pregunté ella movió si cabeza en aprobación.

Pensé que puede ser entre Jonathan y yo, que nadie más conozca.

-No, dije en voz alta.

-Dilo, dijo ella mirándome seriamente.

-Él te lo dijo? Mi corazón dio un salto no era posible.

-Dilo, repitió.

-Él, dije y vacile.
Dime lo tú? Y yo te diré si es cierto o no? Dije decidida.

-Cómo quieras, dijo y su mirada se perdió en el cielo antes de contestar.
Él está enamorado de tí, dijo regresando sus ojos a mí.

La miré sorprendida, no podía ser, su mirada tenía algo que me dijo que confiara en ella.

-Y tú estas enamorada de él, dije.

-Para nosotros es diferente, pero puedo decirte que le tengo cariño y decidí ayudar, pero ahora tengo que irme.

-No, dije casi desolada, ¿Cómo están? ¿Me están buscando?, solté y eran más las preguntas atoradas en mi pecho.

-Volveré pero mantente en las tinieblas cómo hasta ahora no hagas nada estúpido, y te ayudare lo prometo, y sin contestar ninguna de mis preguntas desapareció.

Me pase lo que quedaba de la tarde, viendo a cielo y reviviendo la escena con la chica.

-Hora de regresar, dijo la voz de Merlion.

No lo mire solo me puse de pie para que venderá nuevamente, una lágrima rodó por mi mejilla, me sentía sin fuerzas, sin ánimo quería dormir y no despertar jamas,

TMI (fanfic) El Instituto #clace (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora