"Leer aumenta el saber"
Ella sentía el viento en su rostro. Tenía que sujetarse bien al piloto para no caerse. Ambos tenían los mismos gustos: la medicina, y las motos. Se diría que eran profesionales. Sentía que podría salir volando con solo soltarse. Sentía que sus mejillas, estaban por escapar de su rostro. La moto iba a 120 km/h. Sentía que la chaqueta de Miller, el piloto, que ella llevaba puesta podría salir volando en cualquier momento, así que apretaba más su cuerpo para no perder aquella vieja chaqueta de cuero. Y ya está: dos jóvenes paseando en una moto al atardecer, parecería romántico.
Iban por unas de las calles más transitadas de El Salvador, en la Panamericana, casi a llegar por el rio Lempa, uno de los ríos más grandes del país, el cual también contenía un grandioso puente.
Antes de llegar al puente, suele haber una curva.
--¡Miller!-gritó ella, ya que el viento no le permitía, el aludido solo movió la cabeza, para hacerle saber a la chica que él la escuchaba.--¿Ya practicaste aquel truco de la curva?
--¡No!-pero no más te deje en tu casa lo probaré aquí, en esta curva porque...
Fue lo último que Miller dijo ese día. La moto iba a tanta velocidad, que Miller casi choca con un árbol de la curva que estaba para llegar al rio Lempa. Hizo un giro repentino y completamente brusco, desviando así la moto, a chocar en el puente.
Y ambos salieron volando al rio, con todo y moto.
Miller intentó zafarse de la chica, quien permanecía pegada a él. Cuando la chica se dio cuenta de las intenciones de Miller, intentó unirse a él de nuevo, pero era demasiado tarde. Su rostro y su cuerpo cayó plasmado en una piedra.
Una hora después, la chica abrió sus ojos. Todo estaba mucho más oscuro. ¿Dónde diablos estaba Miller?
Se levantó, le dolía todo. Sentía una terrible punzada en su cabeza. Su mano se guió hacia su cabeza, pero ya no tenía el casco puesto. Volteó a ver a su alrededor. Estaba acostada en una gran piedra. Cuando iba a apoyar su cuerpo con su brazo, este le envió una terrible descarga de dolor. Provocando que ella se encogiese y cayera en la piedra.
"Apuesto a que me quebré este brazo" pensó ella.
Sintió unas gruesas gotas por todo su cuerpo, tocó nuevamente su cabeza. Sangre. Sangre. Sangre.
"Ay, Dios"
Luego, recordó que todos sus sentidos estaban con ella.
--¿Hola? ¿Miller? ¡Auxilio! ¡Alguien ayúdeme!-gritó con todas las fuerzas. --¡Miller!
Era curioso saber, que siempre que ella necesitaba a Miller, él siempre estaba allí. Las lágrimas de desesperación empezaron a surgir. Luego, sintió una fuerte luz en su rostro.
--¿Hola?-dijo la voz de un hombre.-- ¡Sara! ¡Solo hay una muchacha, y esta bien fregada!-La chica supuso que era un campesino. Solo ellos decían "fregada" en vez de decir "herida" o "lastimada".
--Ayúdeme... por favor.-dijo, y sentía que su voz estaba a punto de irse.-El esta en el rio, el esta en el rio. Ayúdenlo, o se muere.-dijo ella atropelladamente. El campesino la tomó de loca, y no le hizo caso. Saco su antiguo teléfono y llamó al 911.
--¿Sí? Disculpe, usted. Fíjese que aquí hay una muchacha herida... si soy, Pancho. Aquí estoy, debajo del puente Lempa. -el rostro de la chica se crispó. ¿A quién se le ocurre conversar con el 911 cuando hay un herido, y... talvez un muerto? La chica sentía el viento de nuevo, y se empezó a recostar en la piedra. Soñar. Soñar. Soñar.
Soñar con cosas lindas y pesadillas.
Soñar que está en el parque con Miller.
Soñar de que esto nunca pasó.
Soñar que Miller está vivo.
¿Dónde está Miller?
Cada minuto sin el eran como una tortura. Peor que las descargas de dolor que sentía a cada momento.
--¡Niña! ¡Dice la seño que no se duerma!-dijo intentando detenerla, la chica lo sabía. Si dormía, quizás nunca despertase. Escuchó unas sirenas.--¡Aguante, que ya casi llegan! ¡Aguante, niña! ¿Cómo llego hasta aquí?
--¡Pancho, mire!-dijo una mujer. -Ese casco está roto. Quizás se quería matar...
--No...-- murmuró ella-Yo jamás...
--Ah, ya vinieron...-- dijo el tal Pancho
--Señorita, tranquilícese, va estar bien... ¿Puede levantarse?-Dijo el paramédico principal. Los paramédicos levantaron a la chica y la pusieron con mucho cuidado en una camilla. -Cuidado con la cabeza, tiene una herida grande. ¿Señorita? No se preocupe, pronto estará en el hospital. -Le levantó el rostro para verla mejor, tomándola de la clavícula. El paramédico sintió un golpe en el estómago al verla. -- ¿Puedes decirme tu nombre?
Con toda la fuerza que la chica tenía, Abrió su boca.
--Jennifer... Jennifer Lawrence.
--¡Entró en shock! ¡Llévenla al hospital rápido! Avisen a la policía para que revise el lugar.
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"Parte De Mi" (Editando)
JugendliteraturEl padre de Josh Hutcherson, murió en un tragico accidente, dejando su gran empresa y a su enferma esposa con un avanzado embarazo, a cuidados de su hijo mayor, Josh, un abogado importante en la empresa de su padre. Pasan pruebas, y la salud de su m...