Capitulo 13

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--Eh…, creo que iré a atender al bebé…-- dijo Jennifer, y Salió corriendo de la cancha, dejando a Josh con la pregunta en el aire. Jennifer empezó a  aminorar el paso cuando entró a la cocina. Rapidamente, sacó el combo que Josh le había comprado, y se encamino a la salida de la casa.

Jennifer salió de la casa, observando como se ponía el sol. Se sentó en la veranda de la casa. Lacual traía una banca. El vecindario parecía vacío, salvo por una anciana que paseaba a su perro a lo lejos. Esas casas eran grandísimas, de gente con dinero. Jennifer sacó su hamburguesa de el envoltorio, y empezó a masticarla. Una lágrima, se asomó por sus ojos.

Sus manos estaban temblando, y los recuerdos empezaron a surgir, como si fueran preguntas.

“¿Recuerdas con quien ibas a estudiar?”

“¿Recuerdas esas heridas?”

“¿Recuerdas por qué vinistes a los Estados Unidos?”

“¿Recuerdas a quien prometiste visitar?”

--Ya basta… -- susurró Jennifer, quien empezaba a hundir su rostro en sus rodillas. Escuchó una puerta cerrándose, volteó a ver hacia atrás y vió que era Josh. El pobre tenía la cara arrepentida. Cerró la puerta tras si, y se sentó al lado de Jennifer, quien lo seguía viendo.

--Lamento…lamento… lamento lo que te dije, fui demasiado directo, y aun asi… creo que no era de mi incumbencia-.

“No, no lo era…, pero no me importa. Trade o temprano te darás cuenta…”—pensó Jennifer.

--No te preocupes por ello. Te perdono. Solo que… ese es un tema delicado para mi.—replicó Jennifer.

Josh bajó la cabeza, rendido.

--¿Mi madre ya lo sabe todo, verdad?

--Asi es.—Dijo Jennifer, y siguió comiendo, sin ver a Josh.

Pasó una larga pausa, hasta que Josh decidió volver a hablar.

--La tia Audrey llamó, mi madre vendrá en unas horas. Dado que tu eres buena enfermera, comprarán un equipo médico para que tu la cuides a ella…

--Me alegra de que ella vuelva.—le interrumpió Jennifer.—Me ha hecho mucha falta una madre…

--¿Jennifer?

--¿Si?

--¿Has ido a visitar a tu verdadera madre alguna vez? Ir a visitarla a El Salvador, quiero decir.

Jennifer recordó. Recordó. Recordó. Un dolor agudo se vino a su cabeza, provocando que ella la tocase e hiciera una mueca de dolor y cerrara sus ojos.

--Au…-- masculló

--¿Qué te pasa? ¿Estas bien?—preguntó Josh alarmado.

--Si… Es normal para mi…-- dijo vagamente. –Josh… ehmm, apreovechando de que ahora el bebe esta dormido y esta con Lisa… me preguntaba si me podrías dar una hora... Es que… debo visitar a alguien.

Josh la miró con ternura.

--Jennifer, no te aflijas por ello, vete y regresa cuando quieras. De todos modos, el bebé estará bien, Lisa fue niñera en Italia.—Dijo, y Jennifer agradeció profundamente aquel gesto.

--Gracias.—susurró con una sonrisa.

Tomó los envoltorios de su comida e hizo ademán de levantarse, no sin que antes Josh tomara su brazo y la detuviese.

--Jenn… algún dia vas a contarme todo esto, por favor.—dijo Josh. No lo dijo en tono de suplica, fue mas como una orden. Jennifer asintió levemente, y murmuró un “ujum” y luego se fue.

¿Por qué Jennifer es tan cerrada? ¿Qué pasó en tu vida lo suficientemente malo como para no querer regresar?

Josh se quedó pensando un sinfín de cosas. Debía ganarse su confianza. De repente, su teléfono vibró. Había recibido un mensaje de texto.

“Hola, Joshy, te he extrañado mucho. Se que dijistes que querías tiempo para pensar lo nuestro… y, creo que ya es suficiente. Debemos hablar.

Te espero hoy en Boonedocks Pub & Grub, a las ocho. Se que no me defraudarás.

Claudia Traisac.”

Josh guardó su teléfono en su bolsillo y llevó sus manos a su pelo. ¡Lo que le faltaba! ¡La hermosa, pero loca de su ex!

Mientras, Jennifer estaba en camino a su habitación. Abrió la habitación y vió al bebé plácidamente dormido, y a Lisa en una silla mecedora, con su teléfono.

--Hola—dijo Lisa animadamente, levantando la vista de su teléfono.

--Hola—replico Jennifer.—Escucha… yo… tengo que ir a visitar a alguien, solo tardaré una hora. Volvere rápido, te lo prometo… ¿Podrías espiar al bebe por una hora, nada mas?—dijo suplicantemente. Lisa la miraba con dulzura.

--Por supuesto, chica … ¿Algún novio te espera?—preguntó. Jennifer se puso completamente roja, y volvió a ver a otro lado.

--Oh, por supuesto que no. Es un viejo amigo.—dijo ella, dirigiéndose a su armario, buscando una ropa normal. Lisa se levantó de su silla y le acompañó.

--Pues si a ver un viejo amigo vas, podrías ponerte algo sencillo, como… --dijo, revisando las bonitas ropas de seda que tenía Jennifer. –Oh, linda blusa… Humm, puedes ponerte este vestido.—dijo sacando un vestido negro con rosas diminutas de colores y manga de tres cuartos.—Si, favorece contigo.

--Gracias—dijo Jennifer y corrió a ponérselo.

Tomó su bolso, se puso un abrigo y salió de la casa. Por suerte, Josh le prestó uno de los dos autos. Pasó por el supermercado comprando unos viveres… Aunque sabía que no los necesitaría.  Condujo hasta llegar a una casa. La casa de infancias de el. Jennifer acarició el buzon que estaba en la entrada.

--Todavia te extraño, y te quiero.—susurró.

Luego, acarició el nombre que se asomaba en el buzón,  recordando a una vida de colores, alegrías y memorias. Observó el jardín que estaba frente a aquella mansión.

La mansión Miller.

Vane 😘

"Parte De Mi" (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora