"Leer aumenta el saber"
"Tu estas aqui. Ah, tu no huyes.
Tu me responderás hasta el ultimo grito.
Ovillate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin embargo, alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos."
"Juegas todos los dias", de "20 poemas de amor y una cancion desesperada, por Pablo Neruda"2 años antes del caso lempa...
Ambos estaban en el campo. Perquín, Morazán, para ser mas exactos. Justin había planeado junto con Jennifer a donar libros, ropa y medicinas a aquellos que no las tenían. Ambos estaban recostados en el césped, cada uno con los brazos detrás de la cabeza, y una rodilla medio levantada. Jennifer se sentía exhausta. Cada vez que Jennifer visitaba, lo que acudía rápidamente a ver era a las mujeres y niños. Siempre les preocupaba de que no estuviesen golpeados, maltratados, o algo parecido; siempre procuraba los derechos femeninos, y era por esa razón la cual era amada y respetada a tan corta edad en el país, y por corta edad, se podía referir a los cortos 17. Jennifer cerró sus ojos, con una sonrisa en los labios, y empezó a pensar en su futuro: se imaginaba curando enfermos, enseñando a leer a analfabetos...
"No sacrifiques tu vida del todo"
La voz de la madre de Jennifer resonó en su cabeza y la hizo abrir sus ojos.
"Eres demasiado generosa como para molestarte en pensar en ti misma. Estoy segurísima de que en este momento, no recuerdas cuando es tu cumpleaños."
Y estaba en lo cierto, a veces. Jennifer era olvidadiza en todo lo referente a ella misma. Se sentía una persona muy egoísta, ya que ella sabía leer, y muchas jovencitas de su país no lo sabían. "Seamos realistas", pensaba ella constantemente, "La gente esta tan ocupada de las riquezas, que ni siquiera se da cuenta de que el mismo país donde viven, se está yendo abajo."
Había estado tan absorta pensando en derechos, que olvidó que el chico al que ella quería en secreto estaba a su lado. Había vuelto a cerrar sus ojos. Escuchó un trueno a lo lejos y abrió el ojo derecho, de donde venía el estruendo. Justin estaba a su izquierda, observándola.
--Va a llover-murmuró Justin en la dirección de Jennifer. Ella volvió a cerrar el ojo.
--Si, asi parece.-susurró
--Entremos a casa, te vas a resfriar.-le dijo con dulzura, apoyándose en un codo en el suelo para poder verla mejor. La casa de campo de Justin estaba en la parte de atrás de ellos.
Pero enfrente de ellos estaba el cielo.
Empezaron a caer gruesas gotas de agua.
Jennifer se encogió como una bolita en ella misma.
--Mmm... aquí me quiero quedar-dijo todavía con los ojos cerrados. Se aferró a su jersey de lana mas de lo normal. Las tormentas en Perquin a veces son terribles. Justin se rió por lo bajo. Se puso en pie, y le dio una patada de broma en las rodillas a Jennifer.
--Vamos, alla podrás dormir todo lo que quieras, tu madre te espera.-le dijo, aun con una sonrisa.
--Nooo... me quiero quedar aquí...--gimió ella de mala gana, podría dormir en ese suave césped toda la vida.
Empezó a llover un poco más fuerte, y pasaron como dos minutos, y Jennifer abrió los ojos. Justin ya no estaba allí. Escuchó un fuerte sonido. ¡CRACK!
Jennifer se afligió y se puso en pie.
--¡Justin! ¡Donde estas!-Esta vez ya estaba más afligida. Corrió la larga distancia que había desde donde estaba hasta la casa. Recorrió rápida y desesperadamente la casa, en busca de el. Jennifer vió que llovía a cantaros. Salió al pórtico de aquella mansión, buscando con la mirada, desesperadísima. Sus ojos se abrieron de golpe.
"La delincuencia en el país esta hasta el tope hoy en día, en Perquín esta peor. ¿Y si se han llevado a Miller? El puede pelear a mano, pero ellos tienen armas.", pensó, y se llevo las manos a la cabeza, "Aun asi, tienen razones o motivos para secuestrarlo. Su padre es millonario alla, y aquí eso significa multimillonario... debo encontrarlo. Aunque se que no es un niño pequeño al que busco. "
De un paso decidido, corrió hasta donde estaba antes, las lagrimas ya se habían desbordado por sus ojos. Se moriría si le pasaba algo. Gritó su nombre, ahuecando sus manos alrededor de su boca, para que se escuchara más.
--¿Jennifer, que te pasa?-le gritó una voz, lo cual provocó un alivio en su ser. Miller...
Ella se dio la vuelta, furiosa, pero aun asi, corrió hacia el para abrazarlo, haciendo que Justin tirara al suelo las cosas que cargaba para devolverle el abrazo. Ella lloró.
--Vamos, Jennifer, dime que te pasa... Te has ensuciado ese bonito sueter...-- decía lo mas cerca de ella que podía para que la escuchara. Su jersey de lana blanca con encajes se había vuelto en blanco y marrón. Jennifer tragó saliva, levanto la vista, y se armó de valor. El maquillaje en sus ojos se había corrido.
--Creí...que te había pasado algo malo... es decir, tu sabes como esta la delincuencia aquí, y tu...-- logró decir entre sollozos, hasta que se interrumpió ella misma, dándose cuenta de que Justin la miraba fijamente, acariciándole el labio con el pulgar. Miller le sonreía con dulzura.
--¿Estabas... estabas... preocupada por mi?-dijo, con la incredulidad notable en su voz. Jennifer asintió y, sin apartarse de el, colocó su mano en su mejilla.
--Es que, yo te quiero...Ya no como amigos, como algo mas...-le susurró, aunque, si Miller no la hubiese escuchado, hubiera podido leer sus labios perfectamente. Una sonrisa se curvó por los labios de Miller.
--Yo también te quiero, Jennifer, del mismo modo que tu. Y no me importa lo que me hagan, si tu no me olvidas, no me importa, pues yo nunca te olvidaré.-dijo, y vió que las mejillas de Jennifer se encendian en rojo carmesí y se rió. Y dijo con su acento Americano.-Te has puesto roja, Jennifer, por eso llueve. No sueles hacerlo, al igual que no suele llover.-dijo entre risitas. Jennifer también se reía... hasta que sintió los cálidos pero suaves labios de Miller sobre los de ella...
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"Parte De Mi" (Editando)
Roman pour AdolescentsEl padre de Josh Hutcherson, murió en un tragico accidente, dejando su gran empresa y a su enferma esposa con un avanzado embarazo, a cuidados de su hijo mayor, Josh, un abogado importante en la empresa de su padre. Pasan pruebas, y la salud de su m...