"Leer aumenta el saber..."
Muchas punzadas, una visión. Muchas punzadas, un dolor. Muchas punzadas, un recuerdo. Muchas punzadas, un recuerdo. Muchas punzadas... un porqué.
Jennifer sintió sus pestañas pegadas, no podía abrir sus ojos; sentía que no podía. Frunció sus ojos y logró abrirlos, sus manos eran puños, ya emblanquecidos por la fuerza que ellos conllevaban. Intentó ver de un lado a otro, dándose cuenta de que estaba tumbada en una cama, que no le era familiar.
Sintió unos ojos sobre ella, y volteó a buscar a esos ojos grises tan familiares: su mamá. Observó que su mama tenía los ojos rojos y unas ojeras grandísimas, además del cabello enmarañado, la ropa ajada y sucia. Jennifer hizo un esfuerzo para hablar. Su garganta estaba reseca.
--¿Mamá...?-chilló, al ver el terror que mostraban los ojos de su madre, y ese terror no tardó en reflejarse en los ojos de Jennifer también.
Volvió a ver la habitación, la cual no era la suya. Paredes blancas, azulejos blancos, olor a cloro y limpiador, cama blanca, una bata blanca que ella llevaba, sillas y mesas de vidrio, pero elegantes.
Obviamente, esta no era su casa.
Su madre se apresuró a ver a su hija, se sentó a un lado de la cama y le tomó de la mano.
--Oh, mi amor. Creí que nunca volvería a verte...-- dijo, con sollozos pequeños, su madre movió una mano para acariciar unos mechones rubios que estaban en los hombros de Jennifer, cerca de la gran venda que tenía en su cabeza. Era un milagro que Jennifer hubiese estado viva después de tremenda caída.
Jennifer se examinó solo con la mirada a si misma. Su pierna izquierda estaba pegada a una tabla. "Me la he roto", pensó con solo verla. Vió en su otra pierna, varios raspones, los cuales parecían recién limpiados. Su brazo derecho estaba enyesado. Tenía multiples moretes en sus extremidades. Cuando Jennifer intentó reincorporarse, sintió un dolor muscular en su abdomen.
--No te muevas, mi amor. Te vas a golpear.-le susurró su madre, quien lloraba en silencio, acariciándola y mimandola. Vio que Jennifer se examinaba-- ¿Cómo te sientes?
Jennifer vaciló.
--Eh... quebrada creo...-- dijo, poniendo los ojos en blanco y su mama soltó una pequeña risita.-¿Mama? Conozco lo suficientemente bien estos lugares como para saber que estoy en un hospital, pero, ¿Porque? ¿Qué me pasó? ¿Por qué estoy tan golpeada?-Un pensamiento cruzó por su mente.-- ¿Ha venido Miller a verme?-preguntó ansiosamente.
Su madre puso cara de angustia y suspiró.
--Cariño... ¿No te acuerdas de el accidente?
Jennifer sintió un dolor en su cabeza. Todo encajaba.
Una moto. Iba en marcha. Una carretera. Una curva. Un acompañante. Un puente. Lempa. Caida Mortal.
Las lagrimas empezaron a salir de Jennifer. Se llevó la mano buena a la boca, para cubrírsela.
--¿Mama?-chilló ella desesperada. Su madre siempre estaba para ella.
--¿Qué recuerdas, pajarito?-Le preguntó su madre. "Pajarito" era el apodo que su madre le había puesto a travez de los años. Le acarició una mejilla.
--¿Mami, donde esta Miller?-preguntó desesperada. Su madre bajó la vista.--¿Mama? ¿Está...?
Las lagrimas empezaron a surgir con mas fuerza, arrasando todo rastro de felicidad que había en Jennifer. Si Miller estaba muerto, ¿Cómo se repondría? Jennifer siempre se apoyaba en el en momentos difíciles.
La madre de Jennifer no se movía. Jennifer no podía verle el rostro, y mucho menos su reacción. La madre de Jennifer todavía tenía la cabeza baja, tenía los ojos cerrados fuertemente, y sus hombros se sacudían de arriba hacia abajo, dejando escuchar unos débiles sollozos.
--Hija...-- susurró ella.-a veces nosotros no entendemos los planes de Dios.
Jennifer entendió todo. Solo bastaba esa frase. ¿Miller murió? Miller. Miller. Miller. Miller.
Jennifer cerró sus ojos, con mucho dolor.
--Mama...-- gimió.
--¿Si, mi amor?-respondió la madre.
--Quiero estar sola, solo un momento, por favor.-dijo, y su mama titubeó.
--No me parece buena idea, cariño. Pero... afuera esta Kriss, dice que necesita hablar contigo urgentemente y... ya casi se va. Dejaré que solo ella entre, y te desahogues un poco con ella, ¿si?-Jennifer, ahora con la mirada perdida, asintió. Su madre depositó un beso en la frente de su hija. -Tus hermanos se mueren por hablar contigo también, pero tienes suerte de que están en la escuela. Vuelvo pronto, pajarito.-dijo y salió de la habitación.
Jennifer solo bajó la vista, mirando como sus manos se entrelazaban. ¿De verdad estaba muerto? No lo creía. Pero, a los ojos de su madre, (y probablemente a los ojos de todo El Salvador), Miller estaba muerto. ¿Qué diría su padre, Patrick?
--Hola, Jenn-dijo una voz. Era su mejor amiga Kriss, quien traía una bolsa grande en una mano. Tambien traía ojeras y ojos rojos.
--Hola-dijo en un suspiro. Su amiga pudo descifrarlo todo solo con ver a Jennifer.
--¿Ya te contaron, verdad?-Jennifer volteó a ver a otro lado y asintió.
--¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?-Krissia levantó la mirada al techo y fingió contar con los dedos, a propósito, para hacer reír a Jennifer. Jennifer solo se limitó a sonreír tristemente.
--Pues... desde el día de el accidente... estuviste en coma unos seis días, amiga. No se como te la hicistes, pero, tu cráneo se rompió o algo asi...-- decía gesticulando con las manos.-llegastes en shock al hospital, y luego, los doctores te operaron el cráneo de nuevo.
--Rayos, entonces usaré peluca, ¿no?-Jennifer ya sabía parte de ese procedimiento. Tuvieron que raparle parte de la cabeza. La mano de Jennifer se guió a su cabeza. Kriss se encogió de hombros. Kriss se sentó en el borde de la cama, justo como su madre.
--Cuando...-- dijo Krissia jugueteando con la mano buena de Jennifer.-Cuando terminó la operación, entraste en coma por los seis días. Luego, estuviste inconsciente como unos nueve o diez días más. Estuviste en la luna por dos semanas.
--Oh-susurró Jennifer triste. El rostro de Krissia echó chispas.
--Oye...-- dijo sacando el contenido de la bolsa que ella andaba. Sacó un periódico y se lo dio.-Ahora son noticia, nena.-dijo.
Jennifer revisó el periódico y leyó el titular principal:
CASO LEMPA DEJA A UNA MUJER HERIDA Y A UN DESAPARECIDO
El desaparecido, el millonario Justin Miller se presume muerto, mientras su acompañante, la hija del alcalde, Jennifer Lawrence, guarda reposo en estado de coma.
--¿Caso Lempa?-cuestionó Jennifer
--Asi le llamaron a tu accidente, según las noticias, todavía estas en coma.
Krissia volvió a la bolsa y, con suma reverencia y tristeza, sacó de la bolsa una chaqueta de cuero, la cual decía MILLER.
Jennifer recordó esa chaqueta: con ella cayó del puente. Abrazó esa chaqueta como si la vida se le fuera en ello. Sintió un bulto en uno de los bolsillos y lo sacó.
En el bolsillo derecho, había una cajita pequeña de terciopelo azul y marcos de oro. La cajita de por si, era una obra de arte. La cajita tenía una etiqueta pequeña : "para Jennifer". Jennifer volteó a ver incrédula a su amiga. Quien se encogió de hombros y levantó ambas manos.
--No sé que hay allí. Tu la traías cuando tuvistes el accidente, y tus padres me la dieron a mi sin saber lo que había en ella. No me he atrevido a abrirla... pero no me importaría si lo abrieras ahorita.-dijo pícaramente.
Jennifer abrió la cajita. En ella había un relicario de oro, el cual traía una J grabada en ella. Jennifer lo abrió y se quedó de piedra...
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"Parte De Mi" (Editando)
Teen FictionEl padre de Josh Hutcherson, murió en un tragico accidente, dejando su gran empresa y a su enferma esposa con un avanzado embarazo, a cuidados de su hijo mayor, Josh, un abogado importante en la empresa de su padre. Pasan pruebas, y la salud de su m...