Richard Castle, hombre de unos treinta años, viudo y con una hija de cuatro años, vive en Nueva York. Su mujer se suicidó por culpa de la depresión postparto; trabaja como redactor en el New York Times.
Katherine Beckett, mujer joven, madre soltera...
Se levanta adormecida y un poco confusa, ¿dónde está? Y lo más importante, ¿sigue viva? Kate no conoce ese lugar, es una habitación preciosa además de espaciosa, parece que la playa es el paisaje que se puede divisar desde una pequeña terraza adornada con diversas flores.
- ¡Buenos días!- Rick aparece con una bandeja repleta de comida, Luca y Sophie le siguen con varios dibujos.- Ya creía que dormirías todo el día, ¿cómo te encuentras?
- Castle, ¿esto es un sueño? ¿dónde estamos? ¿Y la bomba?- su hijo se sienta junto a ella, cogiendo su mano y sonriendo porque su madre ya no corre peligro alguno.
- ¿De verdad no recuerdas nada? ¡Vaya, sí que debieron pasarse con la dosis del calmante!- Beckett abre los ojos de golpe, al moverse de golpe siente un fuerte dolor en el hombro izquierdo.- tengo que traerte un analgésico para el dolor.
- No hasta que no me digas qué pasó con la bomba, nos encontrábamos en aquel edificio, ¿qué hacemos aquí?
Rick suspira, es evidente que no podrá hacer nada hasta que no le relate lo ocurrido a la capitana que sobrevivió a aquella cruda y horrible experiencia aunque con final feliz.
La noche anterior...
Castle pone la contraseña con mucho cuidado, una lucecita verde aparece, señal de que la bomba ha sido desactivada.
- ¿Te atreves capitana?- pregunta Espo nervioso y dispuesto a saltar en cualquier momento para salvar a su capitana y amiga.
- Allá voy...- Beckett da un paso minúsculo y no ocurre nada, rápidamente se lanza a los brazos de su novio que le acurruca en su pecho.- ¡Estás a salvo! ¡Te he salvado!
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- No lo dudé ni un segundo pero creo que no debería volver a poner mi vida en tus manos, ¿verdad?- Rick le besa con dulzura ignorando la mirada de los demás, sin embargo un sonido similar a un disparo se escucha en el edificio de enfrente.
- ¡Nos están disparando, todos a cubierto!- durante unos intensos minutos nadie escucha nada, quizás sólo ha sido un disparo para asegurarse de que la víctima no tuviese posibilidad de salvarse.
- ¡¿Estáis todos bien?!- Ryan se marcha junto con unos agentes para asegurarse de que el culpable no escape, Espo asegura el perímetro, no hay problema.
- Por los pelos.- comenta Rick mientras ayuda a Kate a ponerse de pie, sus manos se llenan de sangre en cuestión de segundos.- ¡BECKETT!- la manga de la mujer se torna de un color granate y el líquido se desliza hasta su mano.- ¡JAVIER, NECESITAMOS UNA AMBULANCIA!
- Castle tranquilízate...- sus ojos se cierran y siente como todo su cuerpo comienza a pesarle.- ¡Kate, Kate!
