Richard Castle, hombre de unos treinta años, viudo y con una hija de cuatro años, vive en Nueva York. Su mujer se suicidó por culpa de la depresión postparto; trabaja como redactor en el New York Times.
Katherine Beckett, mujer joven, madre soltera...
Las oscuras y negras nubes se posan sobre la gran ciudad, desatando una fuerte tormenta que obliga a los ciudadanos a quedarse en sus casas o al menos, resguardados del fuerte viento acompañado de agua.
- Mami, ¿por qué no podemos ir hoy a casa de los abuelos? Sophie y yo nos aburrimos, ya no queremos jugar.- Luca odia ese mal tiempo al igual que su amiga que expresa el mismo sentimiento.
- Cariño, me han avisado de que no es aconsejable que salgamos fuera, ni siquiera puedo ir al trabajo. He tenido que distribuir a mis agentes a través del ordenador para evacuar y ayudar en la medida de lo posible.
- Pero es que nos aburrimos, esto es un asco.- reprocha el pequeño cruzándose de brazos, Rick, que hasta el momento no ha querido intervenir, se levanta y camina hacia su despacho; regresa con algo escondido tras su espalda.
- Yo tengo la solución a vuestros problemas, mirad lo que compré por internet.- Castle les enseña un equipo completo de laser tag, pistolas, chalecos, gafas, un para cada uno.
- ¡Qué chulo! ¿Podemos jugar aquí?- pregunta su hija cogiendo uno y observando la pistola completamente fascinada. Luca también se queda embobado con el chaleco y las gafas.
- ¿Has pensado bien en esto? Podéis romper alguna cosa Rick, sé cómo funcionan estos juegos.- su novio le da el suyo de color púrpura para que se lo ponga.- ¿qué pasa Beckett? ¿Tienes miedo de perder?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- ¿Perder yo? Más quisieras tú, os vamos a machacar, ¿a qué sí Sophie?- La pequeña asiente emocionada, una batalla, chicos contra chicas, quien pierda tendrá que hacer la cena.
- Venga Luca, vamos a nuestro territorio, conozco un sitio perfecto para que no nos disparen.- los chicos se esconden tras las estanterías que separan el despacho del resto del loft.
La partida comienza y las luces se apagan para dar paso a un sinfín de colores, púrpura, verde, azul y amarillo; volteretas por parte de los adultos, los pequeños gateando para ponerse a salvo y así evitar que les disparen.
- ¡Vamos Sophie, ahora!- mientras Kate entretenía a Rick y Luca, la pequeña se las ha ingeniado para dispararles por la espalda.
- ¡Eso no vale, nos has engañado mamá!- exclama Luca molesto por haber perdido la batalla, Castle se acuclilla para hablar con él.- no pasa nada campeón, la próxima vez seremos los campeones, han ganado porque yo todavía sigo recuperándome.
- ¡Es verdad, mami, la próxima vez ganaremos!- Luca y Sophie se suben para ponerse los pijamas, Rick y Kate se encargan de preparar la cena.
- Gracias por animarle.- comenta Beckett mientras pica un poco de ajo para hacer la salsa.- sé que estás completamente recuperado.
- En realidad no podía decirle que os hemos dejado ganar, eso no es de ser un caballero.- Kate deja de cortar y mira a Rick.- ¿en serio? ¿de verdad nos habéis dejado ganar?
- Venga Beckett, soy un profesional en este juego, no te enfades.
- Y yo llevo años disparando, ¿no me crees capaz de ganar?- Castle no se asusta, simplemente sonríe.- creo que será mejor que deje de hablar.
- Pues sí pero antes de eso, un día te vendrás conmigo al campo de tiro; ya veremos quién es aquí el profesional.
- .- la pareja termina por darse un beso antes de terminar la cena.
Unas horas más tarde...
Un fuerte trueno cae justo en Nueva York asustando a Kate que se despierta sobresaltada, se levanta para comprobar si los pequeños continúan durmiendo, ambos permanecen tranquilos en sus camas.
- ¿Rick?- el hombre mira por la ventana, la lluvia cae con más intensidad, a Beckett le espera mucho trabajo por la mañana, lo sabe.
- ¡Eh! ¿Qué haces levantada?
- El trueno me ha despertado, ¿y tú? ¿Es por la herida? ¿Te duele?- él niega con la cabeza, no deja de mirar por el enorme ventanal.
- Simplemente estaba pensando, por las noches es cuando más vueltas le doy a las cosas que rondan por mi cabeza pero que no les presto demasiada atención durante el día.
- ¿Y en qué pensabas exactamente?- pregunta ella rodeando el cuerpo de él y acurrucándose en su cuerpo.- pues en todo, en mi pasado, en como éste ha afectado a mi presente, en mi futuro...ya sabes, lo normal.
- ¿Y aparezco yo en tus pensamientos?- Rick se gira para verle el precioso rostro.- tú nunca desapareces, siempre pienso en ti, tanto que me duele pensar que sería de mi vida sin no estás a mi lado.
- No voy a marcharme Rick, ya te lo dije. Hemos empezado una relación, un poco complicada pero que de momento marcha bien, deja de ser tan pesimista porque voy a quedarme aquí.
- Vale, no pensaré más en ese asunto, prometido. Oye, ¿por qué no duermes conmigo? La cama es grande y así puedo protegerte de los ruidos de la noche.
- Soy mayorcita, creo que puedo cuidarme de mí misma pero no es mala idea, nunca me han gustado estas noches tan escalofriantes; no lo paso nada bien.
- Pues no se hable más, podemos dormir perfectamente y sin apenas rozarnos.
- ¿No quieres abrazarme? Yo que te iba a dejar...- ambos, cogidos de la mano, entran a la habitación de él para intentar conciliar el sueño. Kate se coloca de lado y Rick pasa un brazo por su cuerpo, no tardan mucho en quedarse profundamente dormidos.
Ambos desean llegar más lejos pero el miedo se apodera de ellos, ¿y si no sale bien? ¿Y si es demasiado pronto? Beckett está dispuesta a llegar más lejos pero quiere convencerse del todo de que Rick jamás le hará daño, Stephan le arruinó la vida y se niega a pasar por lo mismo dos veces. Rick también quiere algo más pero siente que no es demasiado bueno para la mujer que ahora duerme a su lado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.