Richard Castle, hombre de unos treinta años, viudo y con una hija de cuatro años, vive en Nueva York. Su mujer se suicidó por culpa de la depresión postparto; trabaja como redactor en el New York Times.
Katherine Beckett, mujer joven, madre soltera...
La mujer de tez morena ladea la cabeza de un lado para el otro.- No, lo siento Kate, no me creo nada.- comenta Lanie antes de darle un trago a su cerveza.
- Te estoy diciendo la verdad, es cosa tuya si decides creerme o no.- responde su amiga un poco molesta.
- Pero vamos a ver, duermes en su cama, con él, abrazados, ¿y no ocurrió nada? Ponte en mi lugar, es que no es creíble. Habéis comenzado una relación, ya sois adultos para ir esquivando el tema del sexo, ¿qué pasa?
Beckett se queda embobada mirando la pegatina del botellín de su cerveza, es obvio que hay un tema trascendental que quiere evitar a toda costa pero Lanie es muy persistente.
- No quiero que me hagan daño otra vez, Lanie, eso pasa.
- ¿Y por qué razón iban a hacerte daño de nuevo? Richard no es Stephan, lo sabes de sobra. Después de lo sucedido con el navajazo, ¿crees que te pondría una mano encima?
- No, por supuesto que no pero...es que es complicado. Claro que quiero acostarme con él sin embargo una parte de mí no se atreve; tiene miedo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Beckett.- su amiga le coge ambas manos.- aparta esa sensación, Rick te quiere, y a Luca también; daría su vida por protegeros a los dos. No te estoy obligando a hacer nada, simplemente veo que el tiempo es algo que a veces se nos escapa de las manos.
- Tienes razón, lo pensaré, te lo prometo.- y las amigas pasan rápidamente a hablar de otros temas.
Mientras tanto, en el loft...
Luca y Sophie están con Jim y Johanna para que así Rick pueda escribir durante al menos un par de horas. Su cabeza no le permite concentrarse, no deja de pensar en la otra noche, durmiendo junto a Kate, oliendo su perfume, acariciando su delicada piel.
- Querido.- la voz de Martha asusta a Castle que por poco se cae de espaldas.- ¡Madre! Pensaba que estaba solo.
- Y lo estabas, sólo venía para recoger una cosa.- la actriz veterana se fija en la expresión de su hijo, no es la típica que pone cuando está trabajando.- Richard, ¿va todo bien?
Rick duda sí debe hablar ese tema con su madre, ya no es un adolescente, es padre de una hija maravillosa, no será raro, ¿no?
- Pues...en realidad...es sobre Kate.
- ¡Ni se te ocurra dejarla! ¡Esa mujer es lo mejor que te ha pasado en la vida, después del nacimiento de mi nieta!
- Madre, relájate por favor, no voy a dejarla, lo que me preocupa es el tema de la cama.
- ¿Hablas del sexo?- su hijo asiente un poco avergonzado, lleva muchísimo tiempo sin tener relaciones sexuales con otra mujer, el día que ambos decidan tener una noche especial, ¿qué pasará? ¿Y si le defrauda?
- Querido, no tienes por qué comerte la cabeza, eso nunca se olvida, por mucho tiempo que haya transcurrido.
- La otra noche, la de la tormenta, estuvimos durmiendo juntos, sé que ella quería algo más y no pude dárselo, el pánico se apoderó mi de cuerpo.
- ¿Pánico? Me dijiste que ya habías superado lo de Meredith, o sea que esa no era la razón.- Rick no comprende cómo su madre acierta siempre, será la intuición de las mujeres.
- Y así es, el problema es que a veces pienso que Beckett es demasiado buena como para estar con alguien como yo; no es que no me valore, es que me resulta confuso todo lo que nos está pasando.
- Richard.- Martha se sienta junto a él.- es normal que te sientas así pero no dejes que esos pensamientos te impidan estar con la mujer que amas, si ambos sabéis que podéis llegar más lejos, intentadlo, verás como todo sale bien.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Gracias madre por darme esta charla, otra vez. Me he sentido como si tuviese los dieciocho otra vez.
- Sí pero la última vez que hablamos dejaste a la mujer embarazada, lleva cuidado con la segunda oportunidad. Quiero nietos, claro que sí, pero es un tema que no tengo que comentarlo yo con nadie.
- Lo sé, eso también ha rondado por mi cabeza alguna que otra vez.
- Entonces, ¿qué piensas hacer?- el móvil de Rick acaba de recibir un mensaje, los pequeños se quedan a dormir en casa de los Beckett, una sonrisa aparece en su rostro.- creo que voy a invitar a Kate a cenar, los dos solos. Supongo que el tema de la tormenta ya está más que solucionado y podrá tener la noche libre.
En la comisaría...
El edificio ha vuelto a la calma, toda la ciudad está controlada bajo los diferentes distritos, Beckett entra a su despacho con dolor de cabeza por la reunión informativa que acaba de dar, se deja caer en su sofá. Al cabo de unos pocos minutos se da cuenta de que su móvil ha recibido un mensaje, uno de muchos que recibe al día.
- Hola preciosa, esta noche estamos solos, paso a recogerte a las ocho, no me sirve un NO. Besos, Rick.
Kate sonríe al leerlo.- ¡Mierda!- exclama sin que nadie le escuche, menos mal que siempre se lleva ropa de cambio por si ocurre alguna emergencia. Seguro que Lanie tiene algo de maquillaje para prestarle; se va a emocionar mucho al saber que su amiga va a tener una cita romántica.
A las ocho en punto...
Rick espera a su pareja con una rosa roja en la mano, se la entrega a Kate en cuanto sale por la puerta con un vestido azul y unos zapatos de tacón a juego, Lanie ha hecho un brillante trabajo.
- ¡Buenas noches capitana, permítame decirle que está encantadora esta noche!
- ¿Sólo esta noche? ¡Muchas gracias!- ambos se besan antes de entrar en el coche aparcado en doble fila.- bueno, ¿dónde me vas a llevar a cenar?
- Es una sorpresa, lo verás en cuanto lleguemos.
El trayecto dura unos veinte minutos, Rick aparca y abre la puerta del copiloto, Beckett se queda anonadada al ver el paisaje que tiene delante.
- ¿Cómo has encontrado este lugar? ¡Es precioso!- la ciudad entera puede verse desde ahí.- es mi pequeño secreto, siempre que me bloqueo o necesito estar solo vengo aquí y observo todo lo que me rodea.
- ¡Vaya, me has impresionado! No hay ningún restaurante por aquí.- comenta Kate algo confusa, Castle abre el maletero y saca un mantel además de una cesta.
- ¡Voilà! Nada como la comida casera, ¿no? Espero que te guste porque he estado todo el día cocinando.
- Seguro que sí.
Siento si no he actualizado antes, he tenido un fin de semana espectacular e increíble, alejada de la tecnología y envuelta por la música. Espero que os haya gustado el capítulo, muchas gracias por leer y comentar!