Richard Castle, hombre de unos treinta años, viudo y con una hija de cuatro años, vive en Nueva York. Su mujer se suicidó por culpa de la depresión postparto; trabaja como redactor en el New York Times.
Katherine Beckett, mujer joven, madre soltera...
¿Ha sido una buena idea? ¿Por qué narices lo ha hecho? ¿Cuál es su propósito? Simplemente no quiere pasar la noche sola, no después de haber sufrido esa pesadilla, ¿y si le llama y le dice que no pasa nada? Sophie necesita a su padre, ¿de verdad quiere arrebatárselo?
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Sus pensamientos se ven interrumpidos por el sonido de la puerta.- Hola, he venido tan rápido como he podido, ¿qué pasa?- Kate olvida todo lo que acaba de pasar por su mente, Castle está allí, en su apartamento, a las cuatro y media de la madrugada.
- ¡Oh Rick!- ella se abalanza a sus brazos y rompe a llorar en su pecho.- Shh, ya estoy aquí, tranquila.- Ambos entran para no molestar a los demás vecinos que en ese momento deben estar durmiendo.
Ninguno dice nada, se quedan abrazados en el sofá escuchando sus respiraciones y los latidos del corazón. Rick quiere ayudarla pero no sabe qué es lo que ha ocurrido y eso le mata.
- Kate, ¿vas a estar callada toda la noche? No me desagrada la idea de dormir aquí pero me encantaría saber qué te ha pasado.
- Stephan...ha sido Stephan, él llamó y...- pero las lágrimas le impiden continuar hablando, Castle se arrepiente enseguida de la pregunta, tendría que haber tenido un poco más de tacto con ella.
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- Te llamó en Nochebuena, ¿verdad? Por eso has estado tan ausente estos días, Kate, ¿por qué no me lo has contado? Sabes que puedes confiar en mí. Tienes que entender que voy a preocuparme por ti, te guste o no, y si es un tema sobre tu ex, me gustaría saberlo.
Kate escucha las palabras y llora todavía más pero ya no de tristeza, más bien de la emoción, Rick no es Stephan, en realidad, no es como los demás.
- Me llamó para decirme que quería hablar con Luca, reclamó su derecho como padre, le mandé a la mierda antes de colgar pero...no puedo evitar pensar que va a venir a por Luca y yo no podré hacer nada.
- Kate, Stephan no va a tocar a tu hijo, no mientras yo permanezca a vuestro lado, ¿acaso te dijo que estaba en la ciudad? Seguramente te llamó para fastidiarte, quizás siga en Roma.
- No lo sé Castle, no me puedo fiar de él, ahora sólo quiero estar pendiente de mi hijo, he pensado incluso en poner un par de policías cerca por si ven a alguien sospechoso. Ya les he mandado una foto a Espo y Ryan para que me avisen si localizan a Stephan por la ciudad.
