Capítulo 5: "El perdón"

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-¿y qué hay de la chica?

-¿Qué chica?

-No te hagas, Peter. Sabes de chica hablo...

Lo miré a los ojos, pero el bajo la mirada, tratando de evitarme, eso lo hacía cuando estaba avergonzada. Y debería estarlo, así que no dije nada, esperé que él se tome su tiempo para contestar.

-Bueno...ya no la veo. Desde ese día

-No me refiero a eso. ¿Cómo la conociste? - pregunté tratando de ser más clara.

-Siempre tuviste celos de ella, ¿Lo recuerdas?

-Ella quería acercarse mucho a ti, y al parecer logro su objetivo

-Ya no creas eso, solo escucha. Cuando me mandaron es maldita imagen, me puse como loco, te busqué, pero no te encontraba.

-Yo también estaba buscándote.

-¿Me dejaras hablar? - Me miró y asentí - Solo te buscaba par que me des una explicación, ya que sabía que la tenías porque estaba completamente seguro que tú nunca me hubieras hecho algo así. Al encontrarte, te vi tan normal, como si no hubiera pasado nada y eso me molesto, pero no te dije nada. Y así pasaron los días. En noche buena, recibí un mensaje de Martina, que me decía que tenía un plan. Me dijo que en 10 minutos estaba en mi casa, porque ella sabía que tú estabas celebrando conmigo la Navidad.

Si, lo recuerdo perfectamente. Mis padres estaban de vacaciones, así que yo pase la noche buena con Peter, ya que él vivía solo. Fue la por navidad e mi vida, así es como lo recuerdo.

-Nunca quise mostrarte que estaba enojado contigo, pero lo estaba, ya que tú te mostrabas muy cariñosa con Benjamín y yo pensaba que se veían a escondidas, al menos eso era lo que me decía Martina. Esa noche, nosotros empezamos a comer, cuando el timbre sonó. Fui abrir y antes de poder decir algo, Martina me dijo que le siga la corriente, luego de eso me besó. Yo estaba tan deseoso de venganza, que me deje llevar y no la aparte, como debería haber hecho. Fue ahí cuando tú apareciste y yo te dije las mentiras más grandes de mi vida. Por eso estoy aquí, pidiéndote perdón.

Me quede pensando en algo, así que ignore las últimas palabras de Peter.

-Y ahora que te veo con Benjamín, pienso que él fue él que mando a Martina.

Martina siempre fue la mejor amiga de Benja, ella haría cualquier cosa por él, pero no lo creía capaz de haberle pedido algo así. Pero con lo que Peter me dice, podría asegurar que el la mando.

-¿Me perdonaras? - Tomo mi mano, pero me solté lo más rápido que pude. Con pedir perdón no reparaba el daño que me había hecho.

-Deberías haberle dicho que no, deberías haberme pedido una explicación y así, ahora no estarías pidiéndome perdón. Deberías haber pensado en mí en ese momento.

-Lali, entiéndeme. Si yo te hubiera engañado primero, ¿Qué hubiera hecho?

-Te hubiera pedido una explicación

-¿Estas segura? Además, nunca nadie se había burlado de mí y que el que vengas tú, que de verdad te quería, y que me engañes con mi mejor amigo, era lo peor que hubiera haber pasado.

Lo mire por un momento. Odiaba conocerlo tanto y que estaba arrepentido, hubiera preferido creer que lo decía porque sí.

-Peter...te perdono, pero nuestra relación nunca podrá ser la misma, estoy con Benja no lo dejare y ni siquiera sé si nosotros podremos volver a ser amigos, porque me dolió mucho lo que...

-Con que me perdones me conformo - sonrió y besó mi mejilla.

Peter también me conocía. Sabía que volvería a ser su amiga, sabía que volvería a confiar en él y sabía que aunque vuelva a romperme el corazón, lo perdonaría una y otra vez, y otra vez.

-¿Quieres comer algo?

-Creo que sabes la respuesta - Reí mientras me dirigía a la cocina, rogando que Benjamín no llegue. Si ve a Peter aquí es capaz de matarlo, o al menos darle una buena paliza, pero tampoco quería que viniera porque eres la persona que menos quería ver en ese momento, aún no podía creer que me haya mentido y engañando de esa manera.

Le di lasaña a Peter, ya que quedaba de lo que yo había dejado. Charlamos, reímos y pude notar que era el mismo chico al que yo había conocido. Tierno, dulce y cariñoso.

-Ya debo irme, dijo Peter mientras se levantaba del sillón.

No ¡Quédate, Peter¡ fue lo primero que se me vino a la mente, pero no me comportaría como una tonta.

-Te acompaño a la puerta.

Peter tomo su abrigo y caminamos hacia la salida.

-Peter...¿sigues viviendo solo? - Pregunte tímidamente.

-Sí, ¿Por qué?

-¿Te molestaría que me quede hoy en tu casa? Podría quedarme en la habitación de huéspedes, es que no quiero quedarme aquí con Benjamín, no creo poder soportarlo.

Peter me mostró una de sus más grandes y sinceras sonrisas al escucharme.

-Eso no debes preguntármelo, Lali. Mi casa es tu casa también.

-Entonces, ¿No te molestes?

-Claro que no, vamos

Tome mi celular la llaves y luego la mano de Peter, para salir de la casa.

El viaje fue muy cómodo, ambos charlábamos y no entramos en temas incomodos para ninguno de los dos, por eso acabó cuando entramos a su casa.

-Bueno, son las 11:00 p.m. Deberíamos ir a dormir.

Peter tomó mi mano y me llevó. Entre algo insegura, el simple hecho de entrar a esa habitación de daba escalofríos, allí habían sucedido tantas cosas, que me hacían sentir mal por no decirle que estaba esperando un hijo de él y no de Benjamín.

-Vamos, Lali. Pasa no hay nadie, solo nosotros.

Entré, pero me sostuve de la pared para no caerme. Esa habitación me traía tantos recuerdos, allí mismo Peter me había pedido que sea su novia, justo después de tener una larga sesión de besos.

-Creo que me iré a la habitación de huéspedes.

-¡No! - Dijo Peter. Volvió a la puerta y le hecho llave - Dormiremos aquí.

-No creo que esa sea una buena idea.

Me tomó de la mano y me llevó hacia la cama. Ambos nos sentamos.

-No te haré nada, no te preocupes. Ahora, siéntate como en tú casa y duerme tranquila

Le sonreí y bese su mejilla.

-Gracias, Peter.

-No tienes que agradecerme nada.

Levanté las sabanas y me acosté. Seguían igual de suaves que la primera vez que estuve aquí. Me sorprendí al ver que Peter se acostaba al lado mío, ¿de verdad no le importaba?

-Peter, creo que será mejor irme.

-Lali, dormimos tantas veces juntos, ¿Y ahora te preocupa?

Ese comentario logro sonrojarme, pero a la vez darme confianza. El aun no olvidaba nada.

No fue el que me abrazo para dormir como solía ser. Esta vez fui yo quien lo abrazo, necesito hacerlo, necesitaba dormir tranquila sabiendo que estaba con él. Sabiendo que, a veces, lo malo te hace bien.

Ligeramente Embarazada ( Laliter )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora