6.

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—Despierta preciosa.

Alcanzo escuchar su voz muy cerca de mi rostro, imagino sus ojos mas claros que el agua de un río, su cara recién despertada y con el torso desnudo. Sonrío y abro los ojos, nada de esto ha sido producto de un sueño. Nuevo techo, nuevo amanecer, nuevos vecinos, nueva vida.

Me siento cruzando mis piernas con un dolor punzante en mi cabeza, arrugo la nariz y vuelvo acostarme viendo como Dani dejó la cama y viste un short deportivo.

—¿Qué hora es? -mi voz ha salido rasposa, carraspeo llamado su atención. —Buenos días.

—Van a dar las 9 dormilona. -me sacude el cabello, dejándolo más esponjado. —Venga tenemos un tour afuera por la ciudad que realizar ¿no?

Joder si no fuera por nuestro plan me quedaba tirada en la cama. Me levanto torpemente y me doy otro mareo que me quejo.

—¿Estás bien?

Niego rápidamente y voy abro la puerta del baño.

—Nos acabamos una botella de vino nosotros dos, todo bien. -me encojo de hombros y entro cerrando la puerta. Hago mis necesidades hasta lavarme la cara y dientes. Salgo de ahí y busco ropa limpia. —A ti bonito, te hace falta hacer algo como todas las mañanas. -murmuro mientras me visto en su cara.

—¿Qué cosa? -arruga el ceño y me da la espalda. Ruedo los ojos, a veces los hombres son ciegos. —Que yo recuerde nada. -se analiza de pies a cabeza hasta por debajo de sus pantalones. —Tengo todo o ¿quieres ver mis bóxers? -pregunta divertido.

—¡Daniel! -le arrojo una almohada. —No te rías.

(•••)

—Pero tú estas... -me quedo sin habla al ver un buen desayuno en la mesa. Con jugo de cartón, fruta ya picada, saboreo los panquekes hechos y pellizco uno lo saboreo y veo a Dani de espaldas, camino hacia él y abrazo su torso. —¿En qué MIME hiciste todo esto? -señalo con mi cabeza la mesa y vuelvo a verlo.

No soy consiente del hambre que me ha entrado enseguida. Sin esperarlo sus labios atropellan mis labios, callando mis pensamientos.

—¿Sabes que tengo demasiada hambre, ¿no? -pregunto en sus labios. Abraza mi cintura y me sienta a un banco cerca de él.

Lo que más me ha gustado de esta casa es la sala, es enorme y muy acogedora con esos sofás y esa gran televisión, más adelante nadie podrá sacarme de ahí. Disfruto mi vaso con jugo de manzana mientras escucho con atención al ojiazul, explicándome que haremos durante el día. Ya quiero ver la ciudad, explorar sus alrededores. Devoramos todo lo que estaba en nuestro alcance y vuelvo a subir al cuarto para finalizar de arreglarme y tomar mi mochila.

Salimos de casa rumbo al centro de Madrid en su coche, todo el camino estuvimos cantando cualquier canción que pasaban en el orden aleatorio que tenía en su teléfono. Estaba pasando una mañana agradable, no quería dejar pasar ningún  momento a su lado.

Dani quiso llevarme a los lugares más turísticos que se suele pasear en Madrid, con un excelente clima disfrutamos los atractivos paseos al aire libre, me llevó al Templo de Debod que la entrada y sus alrededores me parecían tan geniales, pasamos por Callao y después a Gran vía una calle muy bonita que en las noches dice que la iluminan unas coloridas luces, visitamos Plaza Mayor la que me pareció grande y preciosa por dentro y por fuera, todo el mundo disfrutando el día, los bares, calles y plazas llena de gente que disfruta su copa y su bocado mientras charla ya sea en la tarde o en la noche. Luego nos pasamos a otra plaza llamada Puerta del sol otra en la que no paramos de caminar y tomarnos fotos. Había perdido la cuenta de los lugares recorridos pero verle la cara de felicidad a Dani era todo para mi.

Quédate conmigo, siempre [Dani Auryn] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora