-¿Qué estás diciendo? -frunzo el ceño confundida.
Ela se vuelve a sentar como antes y me deja un espacio para sentarme con ella, apago la televisión y dejo el control en la mesita.
-¿De qué persona estamos hablando? -pregunto por segunda ocasión.
-No puedo decirte nada, se lo he prometido. -dice mirando al suelo.
-No me creo que estés haciendo esto, ¿y somos amigas? -estaba haciéndome enojar y mi poca paciencia la estaba perdiendo. -¿Ela de aquí a cuando nos hemos ocultado algo?
-Por favor Sofi entiende. -sigue llorando y yo no creo que esté pasando esto. ¿Era una broma? -Yo no elegí hacer esto, pero no puedo y ni quiero decírtelo, no me lo perdonaría ni yo misma.
-Me cansé de ti, no entiendo que jodidos está pasando pero déjame decirte que tarde o temprano voy acabar enterandome queramos o no.
Me meto a mi habitación cerrando la puerta de golpe y me tiro a la cama a llorar de rabia. Es que si no es por Blas, ¿de quién? Es por eso que ha estado distante, borde y amarga. Que asco de días.
"No entiendes como me estoy sintiendo ahora".
Le envío un mensaje a Blas, y en seguida tengo uno de vuelta.
"Estás bien, ¿que ha pasado?"
Reprimo mis lágrimas, y le digo vuelvo a escribir.
"Esto no está bien, he hablado con Isela y no sabes lo que me dijo. No sé por qué presiento que me voy a acabar enterándome de algo malo".
Termino dejando mi teléfono a un lado de mi y siento que vibra pero lo dejo sonar, no quiero saber nada hasta mañana.
Solo quiero dormir y olvidarme de esto. Cierro los ojos pensando que pronto estarán bien las cosas, que quizá Dani y yo volvamos si lo quiere el destino, que por cierto me quedé con ganas de decirle que sigo echándole de menos pero tuve miedo de hacerlo o que Ela no sería capás de engañarme, entre mis pensamientos pude dormir enseguida.
El fin de semana fue raro, sí al principio estaba radiando de felicidad al día siguiente estaba llorando como una Magdalena. ¿Cómo es que son así los días, a veces son buenos otros no?
-¿Y esas maletas?
Pregunto a Ela cuándo la veo en mi habitación, quien no ha dejado de estarse moviéndo de un lado a otro, eran mis maletas.
-Deja de moverte, me estás mareando y contesta a mi pregunta. -seguía molesta pero me preocupa su estado.
Se para enfrente de mi espejo, sus ojos están rojos e incluso aún llorosos.
-Tu no estás bien, siéntate y deja que te haga algo para que te tranquilices.
Me voy a calentar un poco de agua, cojo una taza y preparo el agua con un sobre de té verde, espero cinco minutos para tenerlo listo y vuelvo a la habitación.
-Toma, te hará un poco mejor.
Antes que le dé el primer sorbo, me mira haciendo una mueca.
-Hemos tenido una discusión hace unas horas. -balbucea entre lloros.
-Y Blas, ¿a dónde fue, estaba aquí?
-Yo no tenía la intención pero se volvió un paranoico y prefirió irse y no escucharme.
-Sigo sin entender que fue lo que sucedió. -digo acariciando su larga melena.
-Encontró un par de cartas sobre mi escritorio. -murmura viendo a un punto fijo, sus manos temblaban.
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Quédate conmigo, siempre [Dani Auryn]
Fanfiction¿Quien iba a imaginar que iba a terminar así? ¿Cuantas cosas no hemos pasado los dos juntos? En verdad no acabaría de contar...