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Capítulo narrado por Daniel

Hacía mucho tiempo que no me sentía así, tan profundamente y perdidamente enamorado de alguien como la chica que yace dormida a mi lado. Sofi. Me hace feliz y satisfecho de que cuento con ella, a pesar de que pasamos malos ratos. Me dolió mucho cuándo se fue, pero hizo lo mejor para ella y para mi, la lección más grande que me han dado. Jamás pienso en perderle, es lo más importante de mi vida.

Mientras mis pensamientos divagan, la alarma suena. Si, me he despertado justo antes del despertador pero ya no podía dormir, tengo unas ganas de irme con Sofi a Barcelona para despejar su mente y enseñarle de todo un poco la ciudad, merecía esto y mucho más.

—Preciosa. -susurro en su cuello y acaricio su largo cabello, ella emite en bajito un gruñido, sonrío y me pongo encima de ella. —Necesito que te levantes, no quiero perder el tren. -beso suavemente sus labios.

—Tengo cero ganas, levántame. -se engancha a mi cuello y juntos soltamos una carcajada.

Su risa es tan contagiosa que te pierdes y te ríes a su lado. Cuándo tenemos todo listo, me puse mi chamarra y cerré con llave, tomé de la mano a Sofi mientras nos dirigíamos a un reservado, el tren iba a tardar un poco. Dos cafés y más de media hora después nos llevó a Barcelona, caminamos con prisa hasta subirnos a un taxi y nos dirigía a un hotel.

Me derrumbe cuándo vi nuestro cuarto, era jodidamente enorme Sofi se escapó a mirar al balcón, un ventanal más grande que en nuestra casa nos dejaba ver la ciudad.

—Dani mira ven.

La escucho y me levanto después de quitarme mis zapatos y abrazo su pequeña cintura y beso su mejilla. Obtengo que se sonroje.

—Estás muy ciego tío. -imita el acento español y se se separó de mi quedándose frente mío con los brazos cruzados.

Divisé el lugar y si no fuese por la mesa llena de dulces, pétalos y demás me quedaría pegado al cuerpo de Sofi aún.

—Chocolate, ¡y es el que me gusta Daniel! -muerde un bombón con encima de almendras llenándose los labios de chocolate. —Joder, esto es gloria.

—A ver, que hay aquí. -me acerqué al banquete y agarré una barrita de chocolate blanco saboreándolo en mi boca.

—Si un hotel te mima de esta manera, hay que viajar más seguido. -ríe.

—En seguida regreso nena. -dije desviando la mirada y fui adentro ya que escuché sonar mi teléfono.

Lo desbloqueo y el nombre de David se pone en mi pantalla.

—¿Qué bro? -contesto nada más aceptar la llamada.

—Dijiste que ibas a hablarnos cuándo llegaras allá tonto.

—Ah sí perdón, acabamos de instalarnos en el hotel sólo que no se que hacer primero.

Si, estaba nervioso.

—La pasaréis juntos, normal tío. Eres un tremendo romántico, cualquier cosa la harás feliz. -dice.

—Ug, vete a la mierda pero gracias.

—Yo también te quiero eh.

—Hasta luego, tengo que irme.

Lanzo a la cama mi teléfono y me froto la frente.

—¿Estás bien?

Su dulce voz me sobresalta y le dedico una sonrisa.

—Si, es solo que no puedo esperar de enseñarte Barcelona.

—Y que esperas, quiero salir. -se acerca lo suficiente. —El día está realmente precioso, quiero tomarme muchas fotos y algo de comer.

Quédate conmigo, siempre [Dani Auryn] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora