LUKMAN
Mines no piensa mover su cuerpo para irnos a Juicio de Duat y así cumplir con la orden que el Rey me ha dado, estoy seguro de que él va evaluar a Mines en algún momento, y tengo miedo por lo que pueda hacerle si descubre que él aun no lo ha hecho con nadie. La intimidad tiene que llagar sí o sí. Decido aprovechar el momento en que Mines se distrae con las almohadas; le digo una frase que tenía en mi mente y su mirada se junta con la mía, sus labios se comienzan a tensar, y eso provoca ese extraño deseo de pegar mis labios a los de él.
- No lo hagas – Susurra Mines algo lastimado.
- Seré suave – agrego.
- Por favor, no estoy listo aún – dice él. Entonces noto que una pequeña lagrima toma forma en su ojo izquierdo, él comienza a sonrojarse.
Estoy haciendo esto mal, muy mal. Mines es dulce, cariñoso, y yo soy solo un tonto que intenta que Mines pierda su pureza con cualquiera.
- Lo lamento – confieso. Me aparto de Mines, comienzo a ordenarme la ropa y a ponerme de pie – Nos vemos mañana – digo con una sonrisa falsa, él solo me mira y asiente. Comienzo a caminar hacia la puerta de la habitación. Le doy una última mirada, al notar que él está sumergido en sus pensamientos, salgo de su cuarto sin mirar atrás.
Camino con la mirada agachada por los pasillos de Palacio, llego a mi habitación, me lanzo a mi cama sintiéndome muy culpable. Aun no entiendo lo que me está ocurriendo con Mines. Todas las noches antes de dormir pienso en su rostro, cuando estoy con él no puedo evitar molestarlo y provocar que se incomode; para así poder robarle algún beso en los labios. Eso no es normal.
Pienso en lo que está noche pudo ocurrir, y un ruido en la puerta me sobresalta y me borra mis sueños, me levanto al notar que es Mines el que entra a mi habitación.
- ¿Qué es lo que quieres conmigo? – dice enojado.
- No entiendo lo que dices – agrego.
- ¿Por qué me besas? ¿Por qué juegas conmigo? ¿Tanto me odias? –
- Yo no te odio – digo, mientras intento no levantar mi tono de voz.
- ¿Y entonces? – Pregunta él algo frustrado – no es justo lo que me haces –
- Lo lamento! – Grito – no sé por qué lo hago -
- Claro que lo sabes! – Grita – eres cruel – el suelta aquella frase, y se da la vuelta para irse de mi habitación. Yo lo tomo del brazo para que no se escape, él vuelve a mirarme, y una fuerza que está dentro de mí, me obliga a ponerme de rodillas.
- Lo lamento – susurro, Mines se tensa, y se agacha para que nuestras miradas se junten
- Solo dime por qué lo haces – dice
- Porque... por... -
- Por favor dime – susurra. Entonces sus cálidos ojos me demandan hacerlo. Acerco mis labios a los de él. Para mi sorpresa, es Mines el que junta su rostro con el mío, él me besa con velocidad y deseo. Mis dedos acarician sus mejillas, y comienzo a sentir caer una lagrima solitaria desde su ojo mientras nos besamos.
La falta de aire en nuestro cuerpo, nos obliga a separarnos.
- ¿Qué nos ocurre? – susurra Mines asustado.
- Yo te gusto – susurro, Mines comienza a negarlo con la cabeza – Si! – Grito – Yo te gusto! Y tú me gustas a mí! –
Mines se pone de pie, trata de huir pero nuevamente se lo impido.
- No va a funcionar – susurra sin verme.
- Nunca lo sabremos si no lo intentamos – él voltea su mirada hacia mí, se acerca y me abraza.
- Tengo miedo – susurra.
- ¿A que le temes? –
- Al Rey... A mi Padre – Tomo las mejillas de Mines con mis manos, y lo obligo a mirarme a los ojos.
- Tu padre no tiene por qué enterarse – agrego.
- Pero... me voy a casar! –
- ¿Y? Todos los Reyes han tenido muchas esposas, tú puedes tener la tuya, y en secreto, puedes tenerme a mí –
- No sería justo, ni para mi esposa, ni para ti –
- Mientras pueda besar esos labios... – paso mi dedo por el labio inferior de Mines mientras hablo - ... yo seré feliz – Mines vuelve a abrazarme, pero está vez, es un abrazo de felicidad, un abrazo que me entrega el calor y el cariño que toda mi vida necesité, y no me había dado cuenta que lo quería hasta encontrarme con él.
Desde ahora, todo será distinto.
***
Espero a Mines afuera del salón del trono, cuando por fin sale, caminamos solos por los pasillos.
- ¿Qué te ha dicho? – le pregunto a Mines. Él habló con el Rey bastante tiempo esta mañana.
- Volvió a insistir en lo de Juicio De Duat – dice él, poniendo un pequeño gesto de disgusto, el cual se me hace muy tierno.
- ¿Y qué le dijiste? –
- No pude decirle nada, dijo que mañana tenía que volver al salón del trono, pero con noticias.
- ¿Noticias sobre qué? – pregunto asustado.
- Pues... ya no tengo escapatoria, tiene que ser hoy sí o sí – agrega – necesito intimar hoy mismo -
Hola a todos! Muchas gracias por leer, pueden por favor darle a la estrellita 🌟🌟🌟 y comentar que les pareció...
Nos vemos pronto... Los amo...
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A Escondidas Del Rey
FanfictionMines, un príncipe de Egipto, y heredero del trono del rey Klalid, es el consentido del reino. Pero es uno de los príncipes mas humildes que puedan existir, preocupado por los esclavos, los siervos y todo el resto de palacio. Siempre acompañado d...