LUKMAN
Cuando a Mines lo sentenciaron al aislamiento por un tiempo, aquello me provocó diversión, pero era porque en ese tiempo aún no conocía bien a Mines, aun no sabía lo dulce y provocador que puede resultar ser. Es por eso que no quiero perder la vida, sé que el veneno del que habló Niss hará que un aislado muera, eso provocará que yo pierda la vida, lo cual es completamente injusto, pero también tengo esperanza, en que los Dioses no me abandonarán, todo va a resultar bien, tengo que mantenerme positivo, aunque se me es muy difícil en estos momentos, ya que estar encerrado en una celda parecida a la que Mines estuvo, me entrega mucha rabia y tristeza a la vez.
Escucho que alguien viene a verme, despreocupado no me levanto y me quedo sentando en el suelo tal y como estaba. Rein; mi hermano, viene a verme, el corre hacia donde estoy yo.
– ¡Por los dioses! ¿Qué ocurrió? – pregunta asustado.
– La reina me está culpando de la muerte de Cristal – confieso adolorido.
– Pero tú no fuiste, ¿Cierto?
– ¿Qué? ¡Claro que no! – Grito – fue ella – susurro, en Rein puedo confiar – ella envenenó a Cristal, la misma reina se lo dijo a la princesa.
– ¿Qué dices? No entiendo nada Luki.
– Es muy, muy complicado de explicar – agrego – pero de todos modos no tiene sentido que te lo explique, moriré a menos que Mines planee algo.
– ¿Mines?
– Él sabe todo, pero tiene que encontrar una forma en que el Rey confíe en él, si no lo logra, estaré perdido.
– Por Isis – susurra Rein asustado y triste, él se queda otros minutos conmigo, pero él no puede hacer nada más que acompañarme, quiero saber que ocurre con Mines, así que él se va de mi celda, prometiendo que volverá con buenas noticias, de verdad espero que así sea.
***
Unos guardias entran a mi celda, me hacen ponerme de pie y me informan que me llevarán al salón del trono, de seguro el aislado al que le dieron el veneno ya murió, y es hora de que el Rey ordene mi injusto castigo.
Camino, pensando en que estos serán mis últimos pasos, vuelvo a Palacio, todos me miran asombrados, yo mantengo la mirada levantada, incluso cuando llego al salón del trono, y noto que ni el Rey ni la Reina están. Los guardias me dejan y miran confundidos para todos los lados.
– ¿Y el Rey? – pregunto enojado. De pronto se escucha que se abren las puertas, Mines, Rein y Hathor vienen, los tres confundidos notan la extraña ausencia del Rey.
– ¿Cómo estás? – me pregunta Mines, disimulando ante Rein y Hathor lo que ocultamos.
– Bien, esperando para ver que va a suceder – susurro.
– No entiendo – susurra Hathor – vi pasar a mi Padre hacia su habitación hace un rato, él debería estar aquí.
– Algo anda mal – dice Rein. Entonces escuchamos llantos y sollozos detrás de nosotros, los cuatro volteamos y vemos entrar a la reina con un falso llanto y rostro de tristeza.
– ¿Qué ocurre? – pregunta Mines con firmeza.
– ¿Qué ocurre? – Repite ella con sarcasmo, mientras se ubica al frente del trono del Rey, y con rabia en sus ojos, me señala – Lukman se escapó de la celda, y envenenó al Rey para que no diera su veredicto final.
– ¿Qué estás diciendo? – Pregunta una destruida y lastimada Hathor – ¿Y Papá?
– ¡El Rey...! – Grita ella – ¡Ah muerto! A manos de Lukman – ¿Qué le ocurre a Niss conmigo? Me acusa de cosas horribles, y lo peor es que tiene el poder suficiente para que todos asuman que le creen.
– No es cierto – susurro, para luego explotar y luego comenzar a gritar – ¡Los guardias pueden comprobar que yo he estado todo el tiempo en la celda!
– ¡Guardias! – Le grita ella – ¿Es verdad? – pregunta.
– No – responde uno de inmediato – Se escapó a media noche – La reina tiene planeado esto con anticipación, pero aun no entiendo el porqué de su...
De pronto todo se aclara en mi mente, ella no quiere perder el poder, por eso intentó matar a Cristal, pero ella de alguna manera sabe mis sentimientos hacia Mines, por eso quiere destruirme, y sin nadie que le haga compañía a Mines en el trono, él no puede asumir como Rey. Y ella reinará, ese es su plan.
Los guardias me sacan de mis pensamientos cuando me toman de los brazos con fuerza.
– Mines – susurra Hathor, con lágrimas en sus ojos – eres Rey.
– Claro que no – responde Niss – no mientras no tengas una reina a su lado.
– Está Cristal – dice él con confianza.
– ¿La moribunda? – pregunta ella, con un falso tono de tristeza.
– Yo estoy aquí – Cristal entra al salón del trono, asombrando a todo el mundo – Yo seré reina, y Mines Rey.
– ¡Guardias! – grita Mines – Liberen al prisionero, ¡Ahora!
– ¡No! – grita Niss, ¿Qué sigue? ¿Aún tiene fe en que su plan tendrá éxito?
– Libérenlo – grita Mines.
– ¡Príncipe! – Le interrumpe Niss – Sabe bien, que la última orden del Rey se respeta, y lamentablemente para todos, esa orden condena a morir bajo las llamas a Lukman.
– ¿Está loca? – grita Mines horrorizado – Mi padre no alcanzó a condenarlo a morir.
– Pues él me lo comentó – responde despreocupada – ¡Guardias, llévense al prisionero! Y preparen la muerte para hoy al atardecer.
Bien, esto está por acabar.
Pueden encontrar en el banner de mi perfil o en mi tablero la fecha del capítulo final.Así que nos vemos la próxima vez, cuando lean por última vez a Lukman y Mines.
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A Escondidas Del Rey
FanfictionMines, un príncipe de Egipto, y heredero del trono del rey Klalid, es el consentido del reino. Pero es uno de los príncipes mas humildes que puedan existir, preocupado por los esclavos, los siervos y todo el resto de palacio. Siempre acompañado d...