Capítulo 15. Primero y.. ¿último?

2.5K 125 5
                                    

-Lali, ¿eres tú?

No era capaz de contestar, los nervios me podían y notar su presencia tan cerca de mi hacía que las mariposas de mi estómago subieran hasta mi garganta para de esta forma hacer que se me atragantasen una por una las palabras que en ese momento hubiera querido decirle.

Muda, me quedé muda clavando mi mirada en la suya. ¿Y si no le gustaba tu cambio? ¿Y si prefería a la Lali con anteojos y aparato? ¿Y si ahora todo acababa debido a tu precipitado cambio? Miles de preguntas se te pasaron por la mente antes de que él volviera hablar.

- woww, estás espectacular. Te juro que si no te conociera no te hubiera reconocido al verte. - El rubor en tus mejillas delató que aquel comentario te había no solo gustado, sino encantado.

- Gracias. Fue un cambio radical, no quería seguir dando pena con mi apariencia, además ahora estoy más contenta, tengo más autoestima cosa de la que ante carecía y me veo, bueno, más bien me siento más fuerte, capaz de hacer lo que me proponga.

- No sabes, ni te imaginas el tiempo que llevaba queriendo escuchar esas palabras salir de tu boca. Me alegro muchísimo de tu cambio y no me confundas, estás muy linda pero lo que más me alegra es el cambio que se ha producido dentro de ti. Esa luz que antes estaba apagada, ahora brilla, brilla con luz propia. - sus palabras consiguieron formar una bolsita de agua en el lagrimal de mis ojos.

- Eres tan lindo conmigo.. - ¿eso lo había dicho yo? - no sabés cuanto te voy a echar de menos Peter. - y ahora fue tu puchero el que te delató.

No dijo nada, el espacio que había entre nosotros fue reducido a nada cuando sus brazos rodearon mi cintura. Mis manos se abrazaron también a la suya, quedando mi cara enterrada en su pecho, eso fue la gota que rebosó el vaso y que hizo que mis lágrimas – ya sí – comenzaran a salir. No quería que se fuera, no podía irse, lo necesitaba a mi lado, necesitaba sus mimos, necesitaba su ternura, lo necesitaba todo de él, quería sus besos, quería quererle y ser querida por él, quería su amor, todo su amor.

- Yo también te voy a echar de menos Lali, mucho. Desde que te conocí todo es diferente en mi vida y tu eres un motivo para sonreír en ella. Eres tan importante en mi vida.. - me lo susurró al oído y yo solo pude aferrarme más a él. Si alguien desde algún punto de aquel lugar estuviera visualizando la situación pensaría cosas que no son – pero que ojalá fueran- sobre nosotros y nuestra relación. - Lali, eres el único motivo que me haría quedarme en Madrid.

- ¿El único?

- El único.

El abrazo fue soltándose y ahora nos mirábamos, cerca, muy cerca. No estaba nerviosa, para nada, todo lo contrario me sentía con mucha paz, él me daba paz.

Noté como sus manos ya no tocaban mi cintura, ahora estaban paradas en mis mejillas.

- ¿Por qué lloras? - retiró una lágrima con su dedo pulgar de las varias que caían sobre mis mofletes y otra que sentía sobre la punta de mi pequeña nariz.

- No quiero que te vayas Peter.

- ¿Por qué?

- Porque te quiero. - ahora ya no le miraba, le había confesado que le quería y es cierto, le quería, me había enamorado del chico del lunar. Era un hecho.

Estaba pensando que saldría a correr en cualquier momento cuando su mano levantó mi cara con delicadeza para que de esa manera estuviéramos de nuevo mirándonos. No sabía que hacer y él tampoco actuaba para saber que – cojones- estaba pensando en ese momento. Aunque no hicieron falta las palabras.

Sus labios fueron a parar a mi nariz, dejando en esta un pequeño beso justo en la puntita, allí donde antes se había situado una lágrima que ahora había sido arrastrada a su boca – lágrima suertuda-.

Mis ojos automáticamente se cerraron y allí en mitad de todo el mundo sentí como sus labios rozaron los míos, pidiéndome permiso para poder besarlos. Las mariposas de mi estómago ahora salían por cada poro de mi piel. Di paso a sus labios que se ajustaban perfectamente a los míos. Era mi primer beso, no sabía besar pero lo que sí sabía con certeza es que él sabría guiarme como lo hizo desde que llegué aquí, el sabría cuidarme y quererme.

Ahora notaba sus labios abarcando el mío inferior, luego el superior y supe en ese momento besar porque nuestras bocas se movían sin cesar aunque de un modo tímido, sensual pero a la vez apasionado. Deseábamos ese beso – tanto como las lectoras y autora - .

Cuando ya nos faltaba el aire, poco a poco, nos fuimos separando hasta que de nuevo nuestras miradas se juntaron, no pude evitar soltar una risilla nerviosa y él se limitó a dejar en mis oídos el sonido de su carcajada.

Volvió a abrazarme, dejando esta vez un beso en mi cabeza. Era una verdad como un templo, haría cualquier cosa por mantener a Peter cerca de mi.

Sacándome de mis pensamientos volvió a unir sus labios con los míos y esta vez mis brazos que caían a ambos lado de mi cuerpo fueron a parar a su nuca, no podía evitar tocar su pelo mientras nuestras bocas seguían moviéndose a la par.

Desde ese momento sabía que ya nunca más podría vivir sin esos besos, sus besos.

----

Perdón por el retraso pero estoy en mi último año de bachillerato y me es un poco difícil actualizar pronto. 

Gracias por la espera y ojalá hayáis disfrutado el capítulo tanto como yo al escribirlo.

Charo.

Cambio radicalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora