Capitulo 17. Te amo chica de mi moto.

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Que decir que las famosas imágenes y finales de películas no son para mi, llegué al aeropuerto sin aliento... Media hora después del tiempo que me dijo Tom para que una desagradable chica del mostrador me dijese “Acaban de cerrarse las puertas del avión”

Le sugerí las más disparatadas ideas que se me pasaron por la cabeza:

“Señorita, es cuestión de vida o muerte... Debe parar ese avión” (la chica se quejó diciendo que eso lo escuchaba todos los días.

“ Hay una bomba en el interior” - dije poniendo cara de “sicario” (o eso me pareció a mi)

- ¿En donde? (me preguntó ella, con voz cansada)

- En una maleta – dije auto-convencido de mi gran actuación.

- Esta compañía es una compañía de las más estrictas en seguridad, las maletas pasan por tres escáners que nos alertarían de cualquier partícula que pudiese utilizarse en la fabricación de un artefacto explosivo. Asique si me disculpa, ¿puede retirarse... para que pueda continuar con MI trabajo?

“Me suicidaré si no lo para”- dije analizando con que podría “amenazarme”, cogí un abre-cartas que vi en el lapicero y me apunté con él...

- Mire señor, el avión acaba de despegar... Asique haga el favor de retirarse o llamaré a seguridad....

- NOOOOOOOOOOOO! No puede haberse marchado... noooooooooooo...- dije tirándome al suelo...

Vi a mi alrededor, como me miraban los que aguardaban fila atrás mía... los que estaban en la fila colindante... los que iban hacia la puerta de embarque... ¿Puerta de embarque?

Me levanté y corrí hacia allí, la azafata recogía algo y al verme corriendo se me quedó observando...

- ¿El avión con destino a EE.UU?

- Es ese que se ve allí, despegando en la pista tres....- se que me habló un rato más, yo fijé la vista en el avión en el que se iba mi chica, el amor de mi vida, la persona con la que más había disfrutado, con la que lo había cagado enormemente....

Las lágrimas surcaban mis mejillas cuando salí del trance, el avión se había perdido de mi visión hacía un buen rato, la azafata no estaba allí, nadie me prestaba atención.

Caminé de regreso a la moto, sin prisa, limpié mis lágrimas a las palmas de mis manos... La gente caminaba con prisa arrastrando maletas de un lugar a otro del aeropuerto, hacían cola en las tiendas para pagar sus regalos, en la cafetería muchos removían su café sin prisas (debido seguramente a un retraso), otros le soplaban enérgicamente (esperando que se enfriara lo más rápido posible..)

A ContracorrienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora