Los correos.

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Cerré el portátil y lo acomode en el escritorio tomé mi pequeña maleta que solo serviría para cambiarme en el jet. Ese era el último mensaje que le mandaba, tres en 36 horas eran muchos, además ahora tendría tiempo para pensarlo, una semana para ver qué pasaba.

Steve me esperaba con una pequeña maleta en mano también, tomó la mía de inmediato y acepté porque sabía que de nada servía que me quejara igual no iba a permitir que la cargara.

-¿Qué tan lista estas del 1 al 10? –me pregunta en el elevador.

-Un 12 –le sonrió-, bueno digamos que lo estoy y listo, no quiero medir que tan mal estoy.

-Tranquila, ya verás que no es tan malo como crees –lo observó incrédula-, todo depende de tu nivel de actuación.

El plan de Fury era conciso y muy sencillo. Steve, con ayuda de cierta máscara que replicaría las características faciales de Tyler Stone, del que ya se ocuparon Sam y Wanda de forma exprés y que estará tan drogado y ocupado la siguiente semana que no recordará mucho, Steve jugará a asistir a todas las conferencias y reuniones de dicho congreso con la ayuda de María y sacara todo lo que sea posible. Por otro lado yo seré el salvavidas de Steve en caso de que lo necesite y además daré largos paseos por todos lados sacando información de computadoras ajenas de blancos específicos y de otros de los que sospeche en el camino. Y con el resto del tiempo fingir que somos una enamorada pareja y que por ese motivo me llevó con él.

Rompiendo el mito: Capitán AméricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora