* Amor Joven * |A.L.|

+ CAPÍTULO 1 +

- ¿Qué pasa?- preguntó Micaela, mi mejor amiga, tez blanca, ojos verdes, cabello castaño con volumen, algo rellenita de cuerpo y apenas unos centímetros más alta que yo.

Estire mi cabeza para verla ya que ella estaba acostada en la cama y yo sentada en el suelo a su lado.

-Nada ¿por qué?- pregunte levantando una ceja.

- ¿Escuchaste lo que te estaba diciendo?

-No, lo siento. - Di una media sonrisa.

- ¿En que estabas pensando?- pregunto mientras se sentaba y cruzaba sus brazos por el pecho.

-En nada- corrí mi vista ya que mi mejor amiga me conocía perfectamente.

-Ara...- insistió pero fue interrumpida al ver ingresar a alguien en su habitación, Camila, mi otra mejor amiga, tez muy blanca, cabello rojo, ojos avellana y algo rellenita también, eran tía y sobrina, ya que la madre de Micaela era hermana de Camila, pero las dos tenían la misma edad que yo, 15 años.

-Aquí traje los jugos-Dijo Camila cerrando la puerta con su pie, Camila y Micaela no tenían muy buena relación que digamos.

Estire mi mano y cogí el vaso de vidrio con jugo de naranja depositado adentro, di un largo sorbido y Camila se sentó al frente mío.
-___ sigue pensando en el estúpido de Dave-musito Micaela volviéndose a tumbar en la cama dejando el vaso en el suelo.

Dave era mi ex novio, lo quería mucho, hace una semana termino conmigo porque dijo que le ''aburría'' ya que me negaba a tener relaciones con él, pero me sentía mal al saber lo único que quería conmigo era algo físico.

-Ara, sé que es difícil, pero tienes que seguir adelante por ti misma- Dijo Camila mientras agarraba mi mano, ella era una muy buena consejera conmigo, como yo lo era con ella.

-Es que es muy difícil, lo quería demasiado...- murmure.

- ¡Tampoco lo amabas mujer!- chillo Micaela, gire mi rostro para verla incrédula, ella tomo una gran bocanada de aire.

-Los sentimientos se alojan en el cerebro, en el lóbulo frontal. NO EN EL CORAZÓN... Su función es bombear sangre no sentir AMOR. - Dijo en tono seco.

Bufe.

-Tú no sabes nada, jamás tuviste novio y ni siquiera sabes lo que es querer a otra persona
-Conteste con una pizca de enojo en mi tono mientras me ponía de pie.

Micaela me miro sin expresión alguna.

-Prefiero estar sola que sentirme como tú ¿sabes?

Sin contestar salí de la habitación, cerrando de un portazo la puerta, baje las escaleras hasta llegar a la puerta principal.

- ¿Que paso Ara?- Pregunto Mariana, la madre de Micaela mientras ataba su cabello en una coleta, estaba sentada en la mesa mientras miraba televisión.

-Nada- sonreí. - ¿Podrías abrirme?- pregunte inocentemente, ella asintió y se levantó de la silla donde estaba sentada para dirigirse a mi lado, estiro su mano y agarró las llaves.

- ¿Te peleaste con las chicas?- Me preguntó mientras tomaba el pomo y estiraba su cuello para verme.

-No- mentí. -Mi madre quiere que vaya ahora antes de que sea tarde.

-Está bien- sonrió y me abrió la puerta. -Cuídate- beso mi mejilla y salí de aquella casa que la conocía como la palma de mi mano, pues, con las chicas nos conocemos desde que tenemos seis años.