+ Capítulo 45 +

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Esa noche pasó volando. El sábado fue el más feliz que había tenido en mucho tiempo.
Sólo descansar en el apartamento de Adam, sujetar su mano, y hablarle como solíamos fue increíble. Seguimos nuestra vieja rutina tan fácilmente que fue casi mágico. El único problema era que las horas que pasé con él no parecieron suficientes; la noche terminó muy pronto. Me dejó en casa con un beso corto y una de sus hermosas sonrisas. Me tomó horas dormirme esa noche, todo lo que podía oír era a él diciéndome que me amaba.

El domingo, tenía que salir y encontrarme con Cami para que pudiéramos ir de compras para su cita con Tom. Estaba ridículamente entusiasmada por ello, tan feliz que ni siquiera pude decir una palabra durante casi toda la hora que estuvimos recorriendo el centro comercial, probando cada vestido bonito que había. Sonreí con conocimiento y la dejé hablar sobre él; le había gustado durante tanto tiempo que no quería interrumpirla con mis felices noticias.

Después de contestar mi veinteavo mensaje de Adam, Cami frunció el ceño y miró mi teléfono.

— ¿Con quién te mensajeas? ¿Con Dave? —preguntó, sujetando una minifalda corta de la que inspeccionó cada centímetro antes de ponerla en el estante, negando con la cabeza.

Sonreí y tomé aliento.

—Adam —la corregí, mirando como su boca caía abierta por la sorpresa.

Ella agarró mi brazo y me atrajo más cerca.

— ¿Adam? ¿Cómo el Señor profesor Caliente con el que solías salir? —siseó con los ojos muy abiertos.

Me reí.

— ¿Conoces a algún otro Adam?

Sus uñas se hundieron en mi frente, haciendo fruncir.

—Oh Dios, tú... él... ¿qué?

Sonreí y quité su agarre de mi brazo.

—Volvimos. ¡Pero no puedes decírselo a nadie! —dije seriamente.

Ella abrió y cerró la boca un par de veces, y me reí de lo tonta que parecía. Enrojecí y miré por toda la tienda rápidamente para asegurarme de que nadie más estaba allí porque sabía que iba a tener un ataque en exactamente cinco... cuatro...tres... dos...

—¡Oh Dios mío, Ara! —gritó mientras agarraba mis hombros y me zarandeaba con emoción.

Me reí y negué, llevando los dedos a mis labios.
— ¡Shhh! —instruí—. ¡Tienes que calmarte, Cami! Tenemos que mantenerlo en secreto, ¡así que silencio! —Hice una mueca mientras una señora cerca nos miraba con curiosidad antes de girarse y salir de la tienda, murmurando bajito algo sobre nosotras «tramando algo malo».

Cami apretó la mano sobre su boca, sin dejar de verse muy emocionada mientras asentía.

—Cuéntame —murmuró, las palabras apenas perceptibles a través su mano.

Suspiré soñadora y comprobé que nadie estaba escuchando una vez más antes de contárselo todo. Le conté sobre el paintball y cómo me había perseguido porque quería lanzarme una bola de pintura. Le hablé de lo que dijo acerca de tratar de mantenerse alejado de mí, que me dijo que me amaba cuando me dio un beso. Le dije que fui a su casa la noche anterior, y que hablamos y vimos una película. Le dije cómo nos pusimos de acuerdo para ver a donde llegábamos pero que lo íbamos a mantener en secreto hasta que me graduase.

Todo el tiempo que estuve hablando ella sólo escuchaba con los ojos muy abiertos y su mano se cerraba con fuerza sobre su boca, haciendo ruiditos chirriantes de vez en cuando. Cuando terminé de contárselo por fin, me sentí como si un peso hubiera sido quitado de mis hombros. No me di cuenta de lo bien que se sentía contárselo a alguien más, tener a alguien más que supiera que Adam me amaba lo hacía un poco más real. Su mano lentamente se apartó de su boca, ella se veía tan feliz que todo su rostro estaba iluminado.

* Amor Joven *  |A.L.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora