+ CAPÍTULO 12 +

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En el transcurso de unas dos semanas y media vi a Adam cada noche (escapándome de mi casa), excepto el viernes y el sábado porque él trabajaba en un club.
En esos dos días fuimos a almorzar a su casa, ya que él dijo que quería verme.
Honestamente habían sido los diez mejores días de mi vida.
Cada cita en la que me había llevado había sido diferente. Había algunas cosas tradicionales como películas, cenas o picnic en el parque. Me había presentado a sus amigos en una fiesta; eran todos muy agradables y era fácil llevarse bien con ellos, cada uno era maravilloso a su manera, se ganaron un pequeño lugar en mi corazón rápidamente.

También hubo citas no tan tradicionales. Me llevó a un partido de futbol. Me enseñó béisbol, pero personalmente creo que esa fue sólo una excusa para envolver sus brazos alrededor de mí mientras me enseñaba a batear correctamente. Dimos un paseo en la playa; incluso fuimos a una carrera de autos. La mejor noche de lejos fue cuando fuimos a un bosque, dejó las luces del auto encendidas y la radio puesta en alguna estación de música cursi mientras bailábamos bajo las estrellas. Esa fue la última noche y fue tan romántico que me dieron ganas de llorar.

Adam era honestamente increíble y ninguna vez me presionó para que nos acostáramos, lo que me hizo incluso estar más loca por él. Hoy era martes por lo que debía estar por aquí en cualquier momento.
Tenía puesto una falda vaquera corta y una playera negra con el logo de Guns N' Roses.

Cuando se detuvo en mi casa, salté hacia él antes de que incluso bajara completamente del auto.

-Hey, guapo -coqueteé mientras subía en el lado del pasajero. Su boca cayó con un chasquido audible.

-Maldición, te ves tan caliente -me felicitó mirándome lentamente. Un rubor se esparció por mi rostro mientras me acomodaba en el asiento.

-Ese es un lindo hola -me burlé.

Él sonrió tímidamente. -Tienes razón, lo siento. Hola, preciosa -se corrigió, inclinándose para besarme.

Puse mis manos en la parte de atrás de su cabello y lo bese hambrientamente. Un pequeño gemido que hizo él con la parte posterior de su garganta hizo a mi piel tomar vida.

-Entonces, ¿a dónde vamos esta noche? Dijiste que hoy era tu elección -preguntó mientras se alejaba de mí y arrancaba el auto.

Me encogí de hombros. -Pizza para llevar.

Frunció el ceño, sacando al auto y llevándolo hacia la carretera. -Bueno, eso no es muy romántico ¿Dónde vamos a comer? ¿En el parque o algo así?

-No. -Sonreí burlonamente. Me miró expectante pero negué con la cabeza.

-Solo conduce hasta allí, te diré después.
Adam condujo hacia una pizzería que quedaba a unas pocas cuadras.
Mientras se estaba cocinando tomó mi mano y besó mi cuello, haciéndome poner la piel de gallina por todo mi cuerpo.
Adam tomó la caja y me llevó de vuelta al auto.

-Entonces, ¿a dónde? -preguntó de nuevo.

-A tu apartamento -contesté, encogiéndome de hombros. Él me miro con los ojos muy abiertos, pareciendo estar un poco sorprendido. Me encogí de hombros-. Pensé que podríamos tener una noche mirando películas.
Asintió, frunciendo el ceño, pareciendo aprensivo.

- ¿No quieres? -pregunté preocupada.

Su rostro se suavizó instantáneamente. -No es eso. Solo desearía que me lo hubieras dicho antes. Podría haber pagado a mis vecinos para que limpiaran -contestó sonriendo. Estallé en carcajadas, sacudiendo mi cabeza con diversión-. Mi casa es un desastre, Ara. -Hizo una mueca y me miró, con sus ojos pidiendo disculpas.

* Amor Joven *  |A.L.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora