+ CAPÍTULO 2 +

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  Apenas salí de la casa camine las dos cuadras y media para llegar a la parada de bus, abrí mi mochila y busque las monedas, busque y busque por cada rincón y nada ¿dónde rayos estaban?, agarré mi móvil que se encontraba en el primer bolsillo delantero de mi jean negro y observe la hora ''21:06'', rayos.
Me quede plasmada por unos segundos mientras miraba la calle vacía, estaba algo fresco, pero gracias a dios llevaba mi campera de cuerpo puesta.

Eran alrededor de unas 20 cuadras la distancia de la casa de mis mejores amigas con las mías, así que comencé a caminar en la noche fría junio, era fácil el camino ya que tenía que caminar todo derecho.

Micaela tenía razón, apenas tengo 15 años casi recién cumplidos para sufrir por un chico que no valía la pena en lo más mínimo, tengo una vida adelante todavía.

Camine y camine hasta que me choque con una persona sin darme cuenta, ya que estaba sumergida en mis pensamientos.

—Lo siento— levente la mirada para encontrarme a un hombre de unos 30 años alrededor con una sonrisa en sus labios.

—No hay problema cariño— Dijo depositando su mano en mi hombro, retrocedí hacia atrás y me choque con la parte frontal de otra persona, asustada gire mi cuerpo sobre mi propio eje y me encontré también con un hombre de su edad similar.

— ¿Qué haces solita cariño a estas horas?— pregunto lamiendo sus labios, en su mano llevaba una botella de cerveza.

— ¿Quieres divertirte?— Escuche decir al otro hombre atrás mío, sin pensar dos veces comencé a correr hasta que uno de ellos me agarró bruscamente mi brazo y me hizo girar.

— ¿A dónde vas bebé?— Musito mordiéndose el labio.

Mordí mi lengua, sabía que no tendría que responder algo grosero, pues no sabría que rayos son capaces de hacer.

El otro hombre se me apego atrás, apoyando su pelvis en mi trasero, sentía como el pánico se hacía presente en mi pecho.

El sonido del motor de una moto me hizo interrumpir mis horrendos pensamientos.

—Déjenla antes que parta su cara— Escuche decir atrás nuestro, no pude girar mi cuerpo ya que el hombre me tenía acorralada desde atrás.

— ¿Y quién rayos eres tú?— Musito el otro hombre mientras lo observaba alejarse del otro lado.

Levanté mi pierna y golpee las partes íntimas de aquel hombre que me tenía prisionera, causando que caiga y gimiera de dolor.

Retrocedí varios pasos hacia atrás hasta chocarme con el torso de una persona, cerré rápidamente los ojos asustada por si era aquel hombre.

—Estas a salvo— Escuche una voz suave en mis oídos.

Acto a eso aquel chico al cual no le llegue a ver el rostro se puso frente a mí, era demasiado alto y lo único que pude ver con claridad era un cabello negro alborotado, ya que la luz de los faroles no transmitían tanta luz.

—Váyanse ya si no quieren tener problemas—Amenazó a aquellos dos hombres y note como corrían desapareciendo por la oscura calle.

Suspire profundamente quitando toda la tensión que se hizo presente en mi cuerpo.

Aquel chico giro sobre su propio eje y me quede embobada al verlo, era demasiado bello, tenía unas hermosas facciones y un cabello increíble, observe su cuerpo mientras él caminaba hacia mí, llevaba una camisa negra, una campera de cuero encima y unos jeans negros.

— ¿Estas bien?— Preguntó mientras se agachaba y quedaba a mi estatura.

Levante mi rostro y me choque con sus profundos ojos, perdiéndome en ellos.

Ni una sola palabra se hacía presente en mi boca, simplemente asentí.

— ¿No crees que es algo peligroso estar sola a estas horas?— Levanto una ceja mientras me entregaba una hermosa media sonrisa.

—Si es que...— las palabras no me salían, me pegue abofeteadas mentalmente.

Él se quitó su campera y la deposito en mis hombros. —Está algo fresco— sonrió.

Rápidamente moví mi cabeza para salir de ese trance de estado de shock.

—Gracias— sonreí mientras él se paraba derecho, me llevaba alrededor de una cabeza y media, él bajo su vista y me entrego otra de su carismática sonrisa.

—No hay de que— Contesto mientras corría su rostro hacia un lado y volvió su vista a mí.

—No respondiste mi pregunta.

Fruncí el ceño. — ¿Que pregunta?

— ¿No crees que es algo peligroso estar sola a estas horas?

—Sí, es que acabo de salir de la casa de unas amigas, y no tenía monedas para tomarme el bus, así que decidí irme caminando— conteste rápidamente.

Él asintió. — ¿Está muy lejos tu casa?— levanto una ceja.

—Alrededor de quince cuadras— me encogí de hombros.

— ¿Quieres que te lleve con la moto?— preguntó mientras señalaba su hermosa moto negra, siempre me habían gustado las motos, ese era mi lado ''masculino''.

Me quede pensativa unos segundos.

—Ni siquiera te conozco— conteste algo apenada, pero algo en el me transmitía confianza.

Él echo su cabeza hacia atrás mientras una hermosa corta risa salía de sus labios, y volvió su mirada a mí.
—Me llamo Adam Mitchel Lambert, nací el 29 de enero, y tengo 25 años— Cuando dijo su edad me agarro una desilusión terrible. Compongo canciones y canto— sonrió. —Y no tengo novia— agrego con una media sonrisa en sus labios.

Lo mire fijamente mientras él me miraba con una media sonrisa.

—Ahora me conoces— respondió escogiéndose de hombros.

— ¿Y cómo sé que no eres un secuestrador de cincuenta años que se hace pasar por una adolescente?— dije en tono burlón mientras me cruzaba de brazos.

—Eres simpática—levantó la ceja derecha. —No podría tener cincuenta años, mira mi rostro— Dijo en tono burlón mientras señalaba su hermoso rostro con una sonrisa burlona en sus labios.

Me eche a reír.

—Ahora que te conté sobre mí, podrías contarme algo sobre ti—Dijo mientras se acercaba hacia la moto, yo camine atrás suyo, pues tenía miedo estar sola en estos momentos y por alguna razón me sentía protegida con él.

—A ver— Dije mientras fruncía el rostro pensativo. —Me llamo Araceli Belén Rose, nací el 30 de Noviembre y tengo 17 años— Dije eso sin pensarlo ¿por qué rayos dije que tenía esa edad? Iba a corregir mi error, pero cuando lo vi sonreír algo dentro de mí no quiso revelar esa verdad.

— ¿Y qué más?— Giro su cuerpo sobre su propio eje.

—No tengo novio— Dije en tono burlón lo que causo una gran sonrisa en el rostro de Adam.

—Interesante—Sonrió mientras se montaba en su espectacular moto. Yo me lo quede mirando embobada, nunca había visto un chico tal lindo...

— ¿Subes?— Preguntó mientras estiraba su mano para que la agarre, me quede varios segundos mirándolos y algo en sus ojos me dio la seguridad para subirme, me subí atrás suyo mientras él me entregaba un casco, lo agarré y me lo puse en la cabeza.

— ¿Quince cuadras derechas?— preguntó prendiendo el motor de la moto.

—Si— respondí mientras apoyaba mi cuerpo más a su espalda.

—Aférrate de mí cintura—Dijo antes de partir sobre las vacías calles, hice caso y me aferre de su cintura como si mi vida dependiera de él, era hermosa la adrenalina que se hizo presente en mi cuerpo, apoye mi cabeza en su espalda mientras observaba las calles oscuras, mi cabello bailaba en el viento ya a la velocidad que iba Adam, era inexplicable lo que causo en mi interior ante su tacto.  

* Amor Joven *  |A.L.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora