+ Capítulo 46 +

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En la mañana del jueves Adam me llevó al instituto.

Lo había estado haciendo todos los días durante las últimas cinco semanas; le había dado a la señorita Teller la excusa de que necesitaba llevar a su mamá a trabajar y por eso no podía acercarla más.

Todavía la llevaba a su casa, pero las mañanas eran mías, al menos por los quince minutos de viaje, en cualquier caso. Todos los días me recogía y luego me dejaba al final de la calle del instituto, así que podíamos pasar unos minutos juntos antes de comenzar el día de clase. Cuando subí a su auto, se estremeció y me miró suplicante.

—Preciosa, por favor, deja de usar faldas en el instituto —rogó, con los ojos recorriendo mis piernas, una expresión de dolor en su rostro.

Me reí y rodé los ojos. Casi nunca llevaba faldas, pero lo hacía en los días en los que sabía que lo vería después de clase, con la esperanza de que pudiera ser capaz de seducirlo un poco más de lo normal. No era que hubiera funcionado, pero nunca se sabía, tal vez un día la visión de un poco de piel lo empujara más al borde.

—Oh, déjalo, Adam. Me pondré lo que quiera —le contesté, sonriendo con la mirada.

Él suspiró y encendió el auto, con las manos apretando el volante un poco demasiado para ser cómodo. Me esforcé en no ruborizarme cuando lo sorprendí, varias veces, mirando furtivamente mis piernas. Me reí, ni siquiera era una falda de zorra. Era sólo una falda de mezclilla, cortada un poco por encima de la rodilla. En realidad era bastante respetable, en mi opinión.

— ¿Aún vas a salir con Danny mañana por la noche? —preguntó Adam.

Asentí.

—Sip —le contesté, marcando la «p».

Casi pude oírlo poner los ojos en blanco, pero mantuvo su mirada firmemente en la carretera.
— ¿Dónde te lleva esta vez? —preguntó.

Me reí y puse mi mano sobre su pierna, apretándole la rodilla ligeramente y haciendo que sus manos apretaran el volante aún más.

—Deja de comportarte como un bebé porque salgo con tu hermano pequeño. Somos amigos y aunque tú no me crees cuando te lo digo, no pasamos toda la noche chismeando sobre ti —le dije, luchando por no sonreír.

Adam odiaba el hecho de que me llevara bien con su hermano y que saliera con él algunas noches de viernes. No era que estuviera celoso de Danny ni nada por el estilo, sino que pensaba que su hermano me estaba contando secretos y cosas de su infancia, disminuyéndolo todo el tiempo. Por supuesto, no ayudaba que Danny le dijera que hacía eso, sólo para hacerlo sentir paranoico.

Me sonrió de lado. —Oh, preciosa, sé que lo haces porque no puedes evitar pensar y hablar de mí todo el tiempo.

Me eché a reír y me incliné sobre el asiento, luchando con el cinturón de seguridad para poder plantarle un beso en la mejilla.

—En realidad, sí lo hacemos, pero no quiero que te preocupes por lo que me diga. Eras un chico muy divertido y lo que hiciste con la planta de interior de tu madre...

Me interrumpí, riendo. Su rostro giró bruscamente hacia mí, con una expresión conmocionada, pareciendo que había olvidado por completo que estaba conduciendo.

— ¡Mira la carretera! —le ordené, riendo incontrolablemente.

Esa era una de las muy pocas cosas que Danny me había dicho, pero en realidad no hablábamos mucho sobre Adam, después de todo. Generalmente hablábamos del instituto, de sus conquistas pasadas o sus fracasos, o sólo veíamos una película. Nunca había pasado nada excitante.

* Amor Joven *  |A.L.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora