Mientras la miraba sentí como el color de mi cara se borraba. ¿Por qué ella? Categóricamente me odiaba. ¿Por qué tenía que ser ella la que nos pillase? Se me cayó el alma a los pies mientras que una sonrisa lenta dibujaba sus labios. ¡Oh Dios, por favor que esto sea un sueño! ¡Por favor dime que esta clase fuera tan aburrida que me dormí y estoy teniendo ahora mismo una pesadilla!
- ¿Qué demonios? -Con el ceño fruncido movió la cabeza, como si intentase resolver algún problema.
Adam no se había movido y seguía pegado a mí, sujetándome contra la mesa, sus manos permanecían exactamente en el mismo lugar que estaban dos minutos antes que ella entrase en el cuarto. ¿Qué hacemos ahora? ¡Adam se va a meter en muchos problemas, a mí me expulsarán, nuestras vidas quedaran destruidas y todo por mi culpa! ¿Por qué tuve que llevar esta estúpida falda corta y tentarlo? ¿Por qué tuve que llamar su atención y ser una maldita coqueta en el horario escolar? Soy tan idiota, ¡y ha sido mi culpa el provocar esta situación!
De nuevo tragué saliva y abrí la boca para intentar hablar; no tenía ni idea de lo que iba a decir, así que esperaba que algo coherente saliese de mi boca. Sin embargo lo que salió fue:
-Yo... nosotros... no.... no es.... de ninguna manera... -Podría pegarme a mí misma. Adam seguía sin moverse, es como si estuviese congelado. Ni siguiera estaba segura de si aún respiraba, pero una cosa tenía clara, ¡tenía que quitarse encima de mí y empezar a encontrar excusas de por qué me estaba besando y de por qué estaba casi sin camisa!
Le empujé el pecho, haciendo que se pusiese derecho, pero continuaba situado entre mis piernas, boquiabierto. Sus ojos estaban de par en par y su cuerpo tenso. ¡Dios, reacciona Adam! Me levanté rápidamente, tirando de mi falda y de la parte superior, poniendo todo en orden mientras me sonrojaba.
-Señorita Dennison, no es lo que parece -se defendió Adam, sacudiendo la cabeza mientras salía del aturdimiento y comenzaba a abotonar su camisa.
Ella se rió en voz baja. -Oh, esto no tiene precio. Volví para recoger mi libro y me encuentro con esto. Es demasiado bueno para ser verdad -Erika reflexionó, sonriendo con satisfacción-. Señor Lambert, pienso que podría haber conseguido algo mejor. Quiero decir, mírela, ¡por Dios, es Araceli! -Me miró lentamente de arriba a abajo, asqueada y mis ojos se llenaron de lágrimas, pero de ninguna manera iba a dejar que salieran de mis ojos delante de ella.
Una enfadada expresión cruzó la cara de Adam.
- ¡Basta! -espetó Adam.
Ella sonrió dulcemente y se giró para recoger su libro que estaba encima de la mesa. No sabía qué hacer o que decir; sólo podía pensar en que todo esto era por mi culpa. Adam irá a la cárcel por mi culpa.
Ella agarró el libro y se dirigió hacia la puerta. -Bueno, ha sido un placer haberte conocido -gorjeo ella, riendo silenciosamente.
Tragué el nudo que se me estaba formando en la garganta. Ella se lo iba a contar a alguien, ¡e iba a ocasionar un montón de problemas a ambos! Brevemente consideré mis opciones. La podía dejar ir y podríamos fingir que ella mentía. La podía agarrar, darle una tremenda paliza, después cortarla en pedacitos y esconderla en alguna parte. Podría rogarle que no dijera nada. O simplemente podría admitir la verdad y, podríamos fingir que fue una locura del momento, una indiscreción que sólo ha ocurrido en esta ocasión.
Personalmente no me gustaba ninguna de estas opciones. Me inclinaba más bien por cortarla en pedacitos, pero no creía que Adam estuviera de acuerdo con ello. Por lo tanto decidí por rogar e intentar pedir su lado compasivo, si es que tenía uno.
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* Amor Joven * |A.L.|
LosoweAraceli Rose nunca ha sido de las que rompen las reglas o van más allá de los límites... Pero por una simple mentira piadosa se enamora de Adam Lambert, se caen bien inmediatamente, cada vez más con cada día que pasa. El anteúltimo curso de Araceli...