+ CAPÍTULO 19 +

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  Y ahí me preguntaba mentalmente si recordaba a Adam, pero si mal no recuerdo ese día Adam tenia lentes oscuros y una gorra en su cabeza, por lo cual era difícil de verlo, suerte para mí.

— ¿Cómo vas a casa? —preguntó, mirándome preocupado.

Me encogí de hombros en respuesta. —Bus.

Él suspiró y puso su brazo alrededor de mi hombro. —Te llevo a casa. No puedes irte en bus a tu casa si estas enferma. —Me llevó hacia su auto. Sonreí, no queriendo admitir que estaba fingiendo. No quería ir en bus a casa. Sabía que era egoísta pero me gustaba su compañía, él me quitaba de la mente a Adam por un rato, porque él no hablaba acerca de lo guapo que era, todo el tiempo, como hacia Cami.

Me llevó a casa en silencio. Cuando se detuvo, me miró curiosamente. — ¿De verdad no estas embarazada, cierto? —pregunto, haciendo una mueca.

Le sonríe y rodé los ojos. —Dave, no estoy embarazada, era una broma, no particularmente graciosa pero una broma. Deja de estresante —le aseguré, sonriendo disculpándome—. ¿Quieres entrar y hacerme compañía? —le pregunté esperanzada. De otra manera tendría que entrar y encontrar alguna otra manera de distraerme yo sola.

—Mientras prometas no vomitarme encima, como la otra vez.

Me eché a reír. En nuestra tercera cita no me sentía particularmente bien, pero no quería cancelarla así que aun así fui y terminé vomitando en sus pies, en medio de un cine lleno.

—Oh, Dave, estoy sorprendida de que aún me hables —dije aun riéndome.

—Yo también algunas veces. —Rodó los ojos y salió del auto, esperándome a que llegara a su lado antes de deslizar su brazo nuevamente alrededor de mis hombros y llevándome al interior.

Mi madre ni mi padre aún no estaban en casa. Trabajaban hasta las cuatro en punto así que teníamos la casa para nosotros solos ya que mis hermanos estaban en la escuela y mi abuela materna cuidaba al bebe
Dave me llevó hacia el sofá e hizo que me sentara. —Iré a hacerte alguna cosa y luego podemos ver una película —dijo, sonriendo y caminando hacia la cocina como si fuera el dueño del lugar.

Apoyé la cabeza hacia atrás en el sofá, en silencio intentando detener mi mente y no pensar en Adam otra vez. Después de un par de minutos Dave regresó y colocó una tostada y una taza de té delante de mí antes de dirigirse hacia el reproductor de DVD.

—Gracias. —Le sonreí.

Se dejó caer en el sofá junto a mí mientras yo mordía la tostada, no queriéndolo realmente, pero no quería ofenderlo después de que se tomó la molestia de hacerlo para mí. Cuando la película empezó, sonreí. Era "Una cuestión de tiempo", mi favorita. Me acurruqué a su lado y suspiré. ¿Por qué no podía enamorarme de alguien como Dave? Un dulce y adorable chico que estaba loco por mí y lo más importante, de mi edad.

Después de la película hablamos un poco. Volvimos hablar acerca de mis clases, mi corazón se hundió, sabiendo que él pronto mencionaría a Adam. — ¿Y cómo llevas cálculo este semestre? ¿Crees que necesitarás ayuda otra vez? —pregunto. Él sabía cuánto lo había odiado la última vez; me había quejado con él.

—No lo creo; el chico nuevo dijo que debería conseguir un tutor. Sugirió a Erika, ¿puedes creértelo? A ella de todas las personas. —Me quejé, molesta ante la idea.

—Si necesitas un tutor puedo ayudarte. Digo, no soy un completo genio o algo parecido, pero me las arreglo lo suficientemente bien —se ofreció, encogiéndose de hombros.

—Me estás tomando el pelo. ¿Harías eso por mí? —pregunté, mirándolo esperanzada.

Él sonrió, levantando un dedo. —Con una condición.

* Amor Joven *  |A.L.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora