Escapar 2/2

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*narra Dani*
Estábamos caminando hacia la salida de profesores, intentando escapar de el colegio cuando de un segundo a otro sentí que me teletransportaba.
Pero no lo hice.
Me había desmayado y había soñado una historia muy extraña.
-acabo de soñar algo muy extraño-dije antes de que pudiera decir algo.
Me miró atónito unos segundos sorprendido por mi reacción.
-¿que soñaste?-preguntó inseguro.
Le relate cada detalle de aquel sueño y el ni siquiera parpadeo mientras escuchaba.
-¿qué crees que signifique?-preguntó.
-¿desde cuándo los sueños significan algo?-respondí.
-no suelen, pero cuando descubrimos poderes inexistentes, escapamos de personas armadas-señaló el bolsillo donde guardaba el arma-y te desmayas solo para soñar algo, debe significar algo-me miró fijamente.
No podía negar todo lo que dijo.
-no sé que signifique-dije mientras pensaba en las piedras de colores-¿sabes?, creo que esas piedras no sólo eran piedras-dije mirándolo.
-¿a qué te refieres?-preguntó.
-¡que tal si aquellas piedras son nuestros poderes?
-¿las piedras de tu sueño?-preguntó.
-obvio-respondí.
Me miró unos segundos como mirando a la nada y antes de que pudiera aclarar lo que pensaba  señaló con su dedo que hiciera silencio.
Voltee a ver a todos lados y escuche atentamente todo pero no logre captar más que un zumbido extraño.
-¿qué pasa?-pregunté en voz muy baja.
-escuchas aquel sonido-debía referirse al zumbido.
-claro-dije-es el regulador de temperatura de la piscina-
-no lo es, el regulador suena hueco y se distingue bien, eso es un motor, y de algo grande como para hacer tanto ruido.
Me puse a pensar un momento y de repente me pareció algo obvio.
Silenciosamente y procurando no ser vistos, nos alejamos del sonido para solo encontrarnos con que se escuchaba en todos lados.
No sabíamos que es lo que hacia esos ruidos ya que no queríamos ser vistos y nos alejamos de ellos.
El había encontrado un reloj infantil rojo con la correa rota y me señaló la hora: las 12:30.
-aún nos queda una hora-susurró-vayamos un poco más lento-pidió.
-¿por qué?-pregunté.
-por qué si vamos rápido nos toparemos con alguien, además, como ya dije tenemos una hora aún-respondió.
Nos quedamos quietos mientras escuchábamos atentamente una voz a lo lejos.
No era una voz desconocida, era una de nuestra profesora de matemáticas y supuse que estaba usando uno de los megáfonos.
(Hay un megáfono en cada sección del colegio menos la de profesores)(es decir dos)
-chicos, tal vez no me estén escuchando-su voz sonaba preocupada, algo extraño teniendo en cuenta que siempre está enojada-no deberían estar escuchando-sonó muy alterada-tengo poco tiempo, si están los dos juntos escondeos dónde Camilo sabe-nos miramos-tienen cubiertas todas las salidas, sé que allí no los encontrarán-empezó a llorar-adiós,
Y se escucho un disparo que además de fuerte gracias al micrófono sonó tres veces más potente seguido de otros disparos que solo se escucharon en la lejanía.
*narra Camilo*
Dani gritó por escuchar los disparos aunque su grito quedo opacado por el sonido de las balas.
Di un paso hacia ella y la abracé.
Lloro en mi hombro un tiempo a pesar de no saber lo que había sucedido.
-tenemos que irnos-le dije.
-pues vamos-respondió suavemente mientras se limpiaba una lagrima-¿dónde es ese lugar?-preguntó limpiándose otra.
-es...-la mire unos segundos-junto a la cancha de tenis, sobre una de los puestos de vigilancia abandonado se puede saltar hacia el techo del gimnasio y después al techo de la biblioteca en donde he dejado comida y otras cosas-
Al acabar aquella explicación ella tan solo me miró intrigada, la tristeza se había borrado de sus rostro.
-¿y cómo es que la Profe de mate sabía eso?-preguntó reprimiendo la tristeza.
-porque...hace mucho había llevado a su hijo y a otros amigos allí en talleres, pero al parecer su hijo le contó y ella me sancionó, pero jamás subió ni reveló el lugar, yo mismo lo comprobé, no le hizo nada.
-entiendo, vamos-dijo.
Caminamos todo el camino de vuelta atentos, evitando aún aquellos sonidos y sin toparnos con nadie.
Todo era silencioso hasta que Dani empezó a susurrar la letra de una canción que yo no conocía.
A pesar de que podrían escucharnos, me alegraba oír su voz.
Estábamos ya muy cerca de la cancha de tenis pero de todas maneras faltaba poco para la hora de salida.
Al final y para bien de nosotros, no pasó nada, llegamos al techo con toda tranquilidad.
-vaya, incluso hay una fogata-dijo.
-pero no podemos encenderla-dije con voz triste.
-es verdad-dijo ella lamentándose.
Solo había pasado una hora desde lo ocurrido y me sentía más cansado que nunca.
-deberíamos dormir un poco-dije intentando no sonar cansado.
-ya lo creo-no sabía si lo dijo de verdad o de manera sarcástica.
-allí hay un colchón y unas cuantas sabanas-me miro extrañada.
-¿podría saber para qué tienes un colchón ahí?-preguntó con una sonrisa de burla.
-larga historia-respondí.
-y quiero aclarar algo-dijo ella-no voy a dormir contigo, eh.
Me lo pensé un momento, un colchón, dos personas, mejor hago guardia.
Buen plan.
-tú duerme, yo haré guardia-sugerí.
-yo no tengo sueño, si quieres hago guardia yo-respondió ella.
"Victoria" pensé, la verdad es que tenía mucho sueño.
-gracias, despiértame si pasa cualquier cosa-dije.
-duerme bien-respondió.
Me acosté y ella se sentó a mi lado con uno de los libros había guardado allí hace mucho y empezó a leerlo.
Todo el cansancio que reprimí en esa hora se liberó y caí en un sueño profundo.
*Narra Dani*
Se veía tan tierno dormido... a pesar de ser un tanto sonámbulo (de vez en cuando decía algunas palabras incomprensibles o cambiaba de posición rápidamente.
Ahí estaba yo leyendo un libro que estaba allí, no se podía leer el nombre, estaba borrado, pero a un costado se podía leer Pittacus Lore, el autor supongo.
Solo me quedé allí, leyendo.
Cada tanto tiempo levantaba la vista por instinto o por que escuchaba un ruido.
Una vez logre escuchar voces.
Luego me aburrí y me puse a pensar:¿cuánto tiempo estaremos aquí?, ¿nos encontrarán?, ¿qué le sucedió a la profesora? Y muchas otras preguntas a las que no tenía respuesta.
Empecé a mover cosas con la mente, hacer girar un bolígrafo en el aire y pasar las páginas de un cuaderno lleno de dibujos.
Creo que los dibujo el.
No me moleste en verlos, estaba muy cansada repentinamente.
Decidí que iba a dormir, me recosté en la cama de espaldas a Camilo intentando evitar despertarlo (teniendo en cuenta que de todos modos no iba a suceder nada), una vez me acosté, él se movió y me abrazó, me planteé empujarlo pero no lo hice, necesitaba un abrazo.
Solo cerré los ojos y me imagine que pasaría si todo esto fuera un sueño, solo un sueño...

Arcoiris oscuros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora