Y llege a...¿mi casa?

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*narra Mike*
Yo seguía en la habitación de una desconocida, mirándola sin saber qué decir.
-¿seguro que allí vives?-me preguntó mientras caminaba en círculos.
-si, seguro-
Al momento dejo de dar vueltas y dijo:
-vamos a buscar tu casa-
Tomó una llave atada a un collar (una llave pequeña en verdad) y antes de salir me señaló que la siguiera, bajó las gradas y caminó a paso firme.
Mientras la seguía varias ideas se proyectaron en mis pensamientos.
¿Y si estaba en mi casa? Podría ser, se veía igual en cuanto a las paredes y esas cosas, pero había ya alguien que vivía allí.
¿Y si es un sueño? Eso solo significaría que no existen casas con color (lo cual sería decepcionante).
¿Y si perdí mi color y esto es lo que ellos (los que no tienen color) ven?Significaría que no puedo salvar a mi familia.
Ninguna de esas ideas podían ser reales.
A menos que..
-¿cuál de estas es?-dijo interrumpiendo mis pensamientos.
Estábamos ya en la acera, a mitad de una calle no muy grande.
-emmm...-dije observando todas atentamente, hasta que reconocí-aquella-señale a una de color blanco y tonos de un color como el del cielo pero más oscuro.
-¿seguro?-
-claro-le dije.
Pasaron unos segundos de silencio en los cuales ella solo me miraba como analizándome.
-¿qué?-
No me respondió.
-¿qué sucede?-repetí.
-esa es mi casa, no puede ser la tuya-Dijo con una voz que podría atravesar concreto.
-es allí donde... vivo.
Ella cruzo los brazos, pero no dijo nada.
-en el patio, si trepas el árbol de manzana, podrás saltar hacia el bosque-dije.
-no puede ser-dijo tapándose la boca-no...
*Narra Lucy*
Ese chico que acaba de decir algo que nadie más que yo podría decir.
Yo siempre que quería estar sola o peleaba con mis padres iba al bosque por allí, una rama del árbol, cruzaba sobre el muro y acababa al otro lado, muy cerca del piso.
-dime quien eres.
Dije alejándome de el, podría estar espiandome, podría ser alguien peligroso.
-¡no sé a qué te refieres!, yo solo había ido al bosque y termine aquí-
Di otro paso atrás.
-yo no vine aquí a propósito, además, si quisiera hacerte daño ya lo hubiera hecho.
Eso era cierto, yo misma vi como él aparecía en mi cuarto, y al llegar parecía más sorprendido que otra cosa.
¿Pero cómo llegó?
-dime cómo llegaste-le dije dando un paso mas hacia atrás.
-yo...-Mike se puso muy nervioso-en donde vivo no había color, los pocos colores que conozco los conozco por los libros, o por cosas que encuentro por suerte.
-¿como que cosas?-pregunté.
-anillos de bodas, fotos, y otras cosas importantes para la gente.
-sigue.
-un día encontré una bici funcional, muy bien conservada, y fui al bosque con ella.
Eso suena muy improbable.
-mientras paseaba en la bici, encontré un ciervo, pero no corrió, al contrario, me ignoro al inicio.
A pesar de tener expresión de terror, el hablaba con seguridad.
-¿como que al inicio?
-el...yo, seguí al ciervo por un tiempo, pero en cuanto quise volver para buscar la bici e ir a mi casa, me rodeó y me detuvo.
-¿eso qué tiene que ver con que llegaras aquí?
-el ciervo, no me dejo ir y me guió hasta una especie de cueva, en la que encontré dos rocas muy extrañas y luego...
-llegaste a mi cuarto-interrumpí recordando lo que vi.
Se hizo silencio por un momento.
-así es-respondió.
Miró hacia abajo seguramente pensando.
"Que tierno"
Espera ¿que?
Eliminé ese pensamiento de mi mente.
...
-y si...-no sabía si decirlo-si es que...
El solo escuchaba atento.
-¿y si buscamos esa cueva?
Esta vez el silencio se prolongó más.
Demasiado.
-pero...-respondió él al fin-¿y si no la encontramos?-
Cierto.
-¡tú deberías saber dónde está!-
-no lo sé, ya te dije que estaba concentrado más en el ciervo que en el camino-
-pero debiste ver algo.
-solo al ciervo.
-espera...¿dijiste que había un camino?-pregunté.
-si, pero incluso el camino estaba muy lejos de la casa.
¿Por qué no dijo "tu casa" o "mi casa"?
-que importa, vamos-dije, tenía demasiada curiosidad.
Empece a caminar hacia mi casa, pero antes de que alcanzara la cerca, tomo mi brazo y me hizo voltearme.
-¿y si nos perdemos?-
-encontraremos la salida-
...
*narra Mike*
Llevábamos tan solo un minuto en el bosque y ya me sentía más perdido que nunca.
Nunca antes había visto tantos colores.
Aquel color que había en las hojas de los árboles ahora estaba en el suelo e incluso a veces en los troncos de los árboles.
Era maravilloso.
Habían además muchos otros colores que no reconocía, uno en el suelo, muy obscuro, pero a la vez cuando lo veía en mi mente se proyectaba la palabra "fuerza" por alguna razón.
Otros en las flores, siempre eran diferentes, habían tantos que no los podía contar con mis manos.
-¿qué observas?-preguntó Lucy.
Me había quedado como bobo mirando el bosque.
-es que, donde vivo no hay tantos colores...-
-¿que no vivías aquí?-
Debería acostumbrarme a estos silencios.
-mejor sigamos-dijo ella notando mi incomodidad supongo.
Caminamos otro rato en el cual yo seguí admirando todo hasta que note algo.
¡El riachuelo en donde bebía el ciervo!
-¡espera!-le dije(grite) a Lucy.
-¡aah!-dijo mientras daba un pequeño salto.
Creo que la asuste.
-no vuelvas a hacer eso-dijo mirándome enojada-¿¡que pasó!?-
-este era el río donde bebía el ciervo-
-¿y hacia dónde fueron?, tú y el ciervo-
-hacia...allá, creo-dije apuntando con el dedo a donde me parecía que había ido.
-bien, vamos-dijo, no se parecía en nada a la chica que conocí en su cuarto (tampoco es que la conocía tan bien).
Después de solo un rato nos encontramos al camino, cual a pesar de tener color, se veía, podría decir, igual que el que recorrí con el ciervo.
-¿quién crees que hizo esto?-dije yo.
-tú eres el que vino de otra dimensión, deberías decírmelo tu-
-no vengo de otra dimensión-dije.
-¿cómo sabes?-
Era verdad, de donde vine probablemente nunca lo sabré.
Empezamos a seguir el camino, y mientras lo hacíamos procure recordar cada pedazo de vegetación que en otra ocasión no pude apreciar, para poder asegurarme al volver de que era el camino y por qué era inevitable para mí verlo.
Después de lo que parecieron dos días llegamos a la cueva.
Sentí una punzada en el pecho por no saber lo que encontraría dentro.
-¿estas lis...?-
Muy tarde, ella había empezado a caminar hacia la cueva.
La seguí mientras imaginaba que encontraría.
Y lo que encontré jamás lo habría imaginado.
Eran las dos piedras que había encontrado la primera vez, con la única diferencia de que una tenía un color diferente a mi Esmeralda.
-un rubí-dijo ella.
En aquel momento saque las piedras de mi mochila y pensé: ¿por que aquí la gema se veía completamente diferente?
Al salir de mis pensamientos, note que ella estaba con ambas piedras en las manos.
Dos prismas.
-¡tengo la misma que tú!- dijo con una sonrisa ella.
Cuando la acerco a mí con la intención de chocarlas como copas, un destello me obligó a soltar el prisma y taparme los ojos.
Cuando los abrí vi a ambos prismas en el suelo vibrando.
Y se estaban fusionando.
Estoy seguro que después de esto nada me sorprendería.
Hacían un ruido horrible contra el suelo de la cueva.
Lucy estaba en el suelo mirando todo con mi misma expresión.
Con un ruido como de un brindis amplificado por mil los prismas se convirtieron en uno solo y liberaron un destello.
Por el miedo del momento nos alejamos un poco de aquel prisma.
Cuando ella levanto la mano con intención de recoger el prisma, el suelo bajo el mismo paso de un color azulado a gris y en el instante sentí un golpe en la nuca.
Mire hacia arriba y vi una pared tras de mi.
Volvimos.
Baje la vista y la vi a ella con el prisma en una mano y su rubí en la otra.
-¿qué diablos fue eso?-preguntamos a la vez mientras me miraba con ojos de terror.

Arcoiris oscuros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora