El chico de las flores

•Veintisiete

—Tomás, me niego.
—¿Que dices?
—Digo que estoy harto de hacer esto, nose que problema tienes pero no pienso mandarle ramos de rosas a dos chicas, solo juegas con ellas y aunque no conozca a la tal Carolina, sé que no se lo merece y Fernanda mucho menos. Así que me niego a escribir otra nota o a aceptar otro pedido tuyo.
Tomás estaba encolerizado, saltó sobre Gian y comenzó a golpearlo mientras gritaba cosas como: Tu no sabes de lo que hablas, o Esto no te debería importar.
Gian vio como los otros trabajadores corrieron a ayudarlo, pero no supo nada más, ya que todo comenzó a teñirse de negro y luego olvido donde se encontraba.