xxxi. el poderoso agamotto

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LAS DESTRUCTORAS,
capitulo treinta y uno: el poderoso agamotto!


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          MORGAN Y STRANGE CRUZARON EL PATIO, siendo perseguidos por los hermanos Belkova empapándose en el intento. La lluvia no había cesado de caer en la ciudad de Katmandú y todos se encontraban refugiados bajo sus techos. La noche cayó con penitencia, oscureciendo cada rincón de la ciudad y del templo – dejando que los cuatro estudiantes corriesen de manera ciega hacia la biblioteca. Stephen se encargó de que los libros no se mojasen con la lluvia mientras que el resto intentaban taparse las cabezas con algunas partes de sus túnicas, claramente sin tener éxito. Los cuatro estudiantes entraron en la biblioteca y una sensación extraña de soledad los inundó. Irina y Strange caminaron hacia el pasillo donde se encontraba la sección para maestros.

          —¿No deberíamos venir aquí con Wong?—preguntó Tatiana en un susurro.

          —Nadie verá o sabrá que estamos aquí—respondió Irina mirando entre los libros y observó que Stephen caminaba hacia la colección de la Hechicera Suprema—. A menos que Stephen haga algo que atraiga la atención de Wong, claro.

          Él quitó las cadenas del libro oscuro que había agarrado la otra vez y buscó un lugar entre las mesas. Irina tomó uno que había en otra sección y se sentó junto a él. Los hermanos Belkova se mostraban parados, vigilando la puerta. Stephen y Morgan se sentaron juntos, observando el mismo libro, ya que Irina volvió a dejar el suyo al ver que el de Stephen se mostraba más interesante que el de ella. Ambos observaron una hoja de las arrancadas donde había una ilustración de un artefacto que parecía un ojo. Gracias al Sánscrito de Morgan, ella entendió aquella figura como "El Ojo de Agamotto", una reliquia. Ambos se miraron entre ellos y luego miraron hacia adelante, encontrándose con la misma reliquia.

          Strange miró a su compañera—¿Quieres intentarlo?

          —Ya me he metido en problemas, Strange—replicó la rubia cruzándose de brazos—. Dios santo, está bien.

          Strange mordió la manzana que tenía en su mano y miró hacia atrás—¿Wong?

          Al ver que el bibliotecario no se encontraba en casa, la vista de Strange volvió al libro y luego dejó la manzana en la mesa. Irina caminó hacia la pequeña habitación donde se encontraba la reliquia, encontrándose con tres puertas que tenían el mismo símbolo. Stephen, por su parte, caminó hacia el centro donde estaba el ojo. Él lo tomó e Irina le miró alarmada—¡Stephen!¡Usa eso con cuidado!

          —¿Qué está haciendo?—preguntó Tatiana acercándose mientras que el doctor se puso el collar—. Oh, diablos. Eso si nos meterá en problemas.

          Stephen caminó de nuevo hacia el libro y se puso frente a él. Irina se puso a su lado y miró el libro, Stephen esperó a que ella le indicase las instrucciones.

AFTERLIFE ━━ Steve Rogers ² ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora